3.2 Representación Política y Nuevas Mediaciones

Definición:  

Las transformaciones de las democracias liberales discurridas como expresión del nuevo orden global post-colonial y post-socialista, han generado un comportamiento paradójico dentro del liberalismo contemporáneo: de un lado, las ultimas dos décadas se consolidaron como expresión del triunfo de los preceptos liberales, al tiempo que varios de sus fundamentos han sido profundamente erosionados, como por ejemplo la idea de representación política y la participación electoral asociada a los sistemas de partidos políticos; crisis que se amplia con la multiplicación de nuevas formas de identificación y nuevos mecanismos de filiación policial post-institucionales.

Descripción:

Uno de los escenarios sobre los cuales ha discurrido un proceso de transformación que no sólo se explica por la emergencia de nuevas mediciones tecnológicas y culturales, pero también por ellas, es la manera en que las prácticas de ciudadanía se descentralizan del dominio institucional, estatal y partidista, para ubicarse en un ámbito siempre cambiante y poco forrajeado como el de la sociedad en red.  Calderon y Lorenzo (2010) [1] consideran que se observa carencia de confianza hacia los gobiernos,  los parlamentos y los partidos político; sumando, entre otros síntomas, a los crecientes niveles de abstención electoral, el bajo nivel de afiliación política y la dificultad de los partidos políticos para actuar como portavoces de la sociedad.

Este escenario se ha visto profundizado dado la creación de nuevas formas de vinculación transnacionales y translocales.  Con lo primero me refiero a la articulación de los asuntos de interés público con las estrategías de expansión de las prácticas privadas de corporaciones que sin representar al Estado, en muchas ocasiones lo semejan para incidir sobre las agendas públicas y la definición de prioridades que afectan el disfrute y realización de derechos de los ciudadanos.  En ese sentido, las fuerzas de lo trasnacional no son visiblemente representadas pero si tienen gran influencia en los mecanismo de representación; lo que ha implicado niveles cada vez amplios de perdida de legitimidad de dichos poderes de representación llamados democráticos.  

Por su parte, lo translocal se despliega como parte del conjunto de vínculos de agendas ciudadanas muy localizadas, pero globalizadas por articulación de movimientos sociales, organizaciones no gubernamentales y expresiones altermundialistas.  Este fenómeno, enfatizado y expandido en los años más recientes a través de las redes sociales y la Web 2.0, ha sido a su vez, recogido y amplificado por los medios de comunicación, también globalizados.  

El resultado final es la confluencia de ambos fenómenos sobre un proceso de erosión de la legitimidad institucional en donde las dinámicas de representación política, la definición de agendas ciudadanas donde confluye lo público y lo privado; nos obligan a pensar y ha responder de forma innovadora a la multiplicación de agentes de mediación entre las demandas ciudadanas y la capacidad institucional de acción legítima.