Un poco de historia

A modo de cuentacuentos

Esta comunidad parroquial tiene sus raíces en el grupo de religiosas carmelitas de la Caridad Vedruna que decidió realizar su compromiso de inserción en el barrio de La Cañada en el año 1975.

Las ocupaciones de Vicario se fueron haciendo incompatibles con el acompañamiento a la comunidad naciente, y en febrero de 1978 le sustituyó Miguel Ángel Velasco, por entonces profesor y formador en el Colegio Rural “El Pino”. En 1981 la Diócesis de Valladolid adquirió en el barrio de Las Villas unas construcciones ganaderas en desuso y las puso a disposición de este grupo cristiano, con el propósito de desarrollar en el futuro un proyecto parroquial.

A tal efecto, Miguel Ángel fue nombrado coadjutor de la Parroquia de Ntra. Sra. del Rosario, con dedicación específica para el barrio de La Cañada. El cambio de situación produjo en un primer momento cierta confusión en los vecinos de ambos barrios, pero supuso una mejora sustancial en el desarrollo de las actividades, que se potenciaron. Jóvenes y menos jóvenes de estos barrios con su trabajo desinteresado y la aportación económica de la mayor parte de las familias adaptaron las dos naves que constituían el complejo de manera que se habilitaron una capilla capaz para 130 personas, un hogar para jubilados, una biblioteca, ocho salas de catequesis y la casa rectoral.

El día 16 julio de 1984 fue erigida por Decreto del Arzobispado la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe. Leyó el decreto de constitución D. José Velicia, que fue acompañado en la celebración de la Eucaristía por D. José Ramos, párroco de Ntra. Sra. del Rosario y D. Miguel Ángel, el día 15 de agosto de ese mismo año.

(Lectura realizada en la celebración de la Eucaristía en el tercer aniversario de la constitución de la Parroquia de Ntra. Sra. de Guadalupe. Valladolid 12 de diciembre de 1987)

«La Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe no tiene una historia muy larga. Sólo hace tres años que fue erigida nuestra parroquia por el Sr. Arzobispo, don José Delicado.

Pero cuando se leyó el Decreto de erección, el 14 de agosto de 1984, día de la Virgen, ya existíamos como Comunidad de Jesús.

Muchos todavía recordamos aquellas celebraciones en la escuela de La Cañada, tan familiares y tan sencillas. Algunos allí descubrieron lo que es una comunidad cristiana y les gustó, y se apuntaron a ella. Allí todos crecimos como personas y como cristianos. Nunca fue un grupo cerrado. Y desde allí descubrimos el trabajo y la convivencia con los demás.

Pero se nos hacía pequeño. Necesitábamos no sólo más espacio físico, sino también poder llegar a más personas. Fue entonces cuando la Diócesis nos ofreció estos edificios: la lechería, la llamaban unos; la cuadra de Peláez, le decían otros.

Y el día 29 de junio de 1981 tuvimos nuestra primera Eucaristía al sol, en medio del patio; no cabíamos en la pequeña sala que después de tanto trabajo un grupo de jóvenes había preparado.

Se siguió trabajando, tirando paredes, quitando estiércol, poniendo cristales, pintando ventanas y puertas… Y así tuvimos dónde reunirnos para la catequesis, para la biblioteca, para las actividades, y una capilla un poco más amplia donde recordábamos a Jesús y celebrábamos la Eucaristía; pero también veíamos cine, o tratábamos de los problemas del barrio.

Luego vino lo de ser Parroquia. Nos preguntaron qué nombre nos gustaba como advocación. Dimos uno: Monseñor Óscar Romero. En su lugar nombraron a esta nueva Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe.

Se realizaron obras, y lo que antes fuera cuadra de vacas se convirtió en la capilla; las conejeras, en hogar de jubilados; el gallinero, en salas de catequesis; el pajar pasó a ser salas de actividades; y una de las antiguas viviendas se transformó por obra de la piqueta y la paleta y de libros que nos fueron regalando en nuestra biblioteca parroquial.

Y lo más importante, la comunidad crecía en el número y en la fe. Y sigue creciendo. Y es nuestra la responsabilidad de que en esta pequeña parte del mundo, en el extremo sur de la zona sur de Valladolid, en La Cañada, Las Villas, San Adrián, El Barrio y todas las fincas diseminadas por nuestra geografía local, el Reino de Dios sea predicado y anunciado a todos aquellos que estén dispuestos a escuchar.

Nuestra historia es tan vieja como la historia de la Iglesia y tan nueva y tan reciente como la fe que nos anima en Jesús de Nazaret.»

En 1996, a petición de esta comunidad cristiana, la Diócesis adquirió la nave industrial existente en la misma calle, justo enfrente de la parroquia.

En dicha nave, y aprovechando parte de su estructura, la Comunidad Cristiana por sus medios acondicionó un templo con capacidad para 350 personas.