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Sus gentes: Los años prósperos (4) 

  También desaparecidas ... 

Profesiones

Si nos remontamos a lo que decía el Catastro de Ensenada refiriéndose a los habitantes del pueblo en el año 1751, había por entonces dos pastores (no vecinos). Volviendo a 1960, podemos detallar que el régimen contractual del pastor se concretaba en algunos aspectos curiosos que nos han contado. El pueblo le pagaba con fondos del común obtenidos de los ingresos que generaba el monte (madera y resina). El pago se hacía mixto: parte en metálico y parte en especie: grano, fruta, etc. En el período que estamos analizando recordamos dos familias -numerosas, por cierto- que pasaron sucesivamente por Hozabejas realizando este noble oficio. Como hemos dicho más arriba, el cierre de la escuela fue causa decisiva para su marcha del pueblo. 

Monumento al pastor 

Gracias a su constante y diligente labor las cunetas solían estar habitualmente limpias y bien dispuestas para acoger las avenidas del agua de la lluvia o para permitir el paso fluido del agua de riego. 

Monumento al caminero

De su trabajo duro (siempre sometidos a las inclemencias del tiempo), metódico y de gran desgaste físico ("moviéndose habitualmente por lugares accidentados o de difícil acceso") ya hemos hablado en el capítulo "Gentes-6" al referirnos al monte y a la resina.  A quien esto escribe siempre le intrigó, en su época infantil, ese singular sentido de la orientación que debían poseer estos hombres "para no perderse y, además, llevar un cierto orden en su tarea en medio de un bosque de pinos, aparentemente todos iguales" (¿?).

Un remasador 

Si bien es cierto que esta profesión ha dejado de existir en el pueblo desde hace mucho más tiempo, no queremos dejar pasar la ocasión de hablar de ella, máxime cuando han sido bastantes -por lo que sabemos- los vecinos del pueblo que la ejercieron en una u otra época, tal y como nos lo precisa el Catastro de Ensenada que hemos visto en páginas anteriores.  

Hablando de la actividad de la Arriería en "Las montañas de Burgos", escribe José Ortega Valcárcel: "Las montañas de Burgos han sido tierras de muleteros y mercaderes [...]. El arriero, el transportista con caballerías propias, constituye una verdadera institución montañesa que hunde sus raíces en plenos siglos medios; que pervivirá hasta casi el nuestro [...]. El arriero se dedica a comprar y vender, y sigue en ello los caminos más favorables de acuerdo con los productos más beneficiosos [...].  Una dedicación bronca y difícil si creemos la opinión expresada en el citado interrogatorio (se refiere a las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada) sobre las ferias medinesas, que nos pintan al arriero de mal carácter y apasionado. Un oficio de riesgo, también, pero que representó, en el panorama económico tradicional montañés, una posibilidad de beneficios más acrecidos que los que podía proporcionar el trabajo de la tierra [...]. Actividad transportista y comercial a la par, arraigada entre las propias de los montañeses, la más expresiva y caracterizada de las ejercitadas, después de la labranza que, por otra parte, suelen compaginar con la arriería. Bien porque este ejercicio lo reserven a los tiempos libres que les deja el trabajo del campo. Bien porque mantengan una de ellas por otra persona, de la propia familia en unos casos -la mujer, los hijos- o por medio de criado en otros, que se encargan ora de la recua ora de la labranza [...]. En general, el transporte, como actividad se sitúa, con preferencia, en torno a los pasos obligados y más dificultosos [...]. 

Un monumento al arriero

Algunas tradiciones que no se han perdido (del todo). 


Imagen de la Patrona 

 Eran dos días, que solían vivirse con la intensidad y singularidad propia de estas ocasiones -similar a la de otros lugares del entorno- con lanzamiento de cohetes desde la víspera.

Detalle de la imagen

  

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Imagen del santo Ángel, en la ermita

 

      Aunque el tema daría para un  amplio y detenido estudio (ya existe alguna publicación seria referida al "habla de la Bureba", como puedes ver en la bibliografía que se halla en Documentos), nos limitaremos a enumerar -a modo de muestra- algunas de aquellas palabras de uso común que conformaban una parte del vocabulario cotidiano. Es lógico pensar que muchas de ellas, relacionadas directamente, bien con las labores domésticas, bien con las tareas del campo, bien con la propia casa rural, irán desapareciendo -si no lo han hecho ya- con el cambio o supresión de ciertas actividades y costumbres.

-¿Te suenan?

             Y...  ¿sabes qué es un "marayel/marael"?   .