Cerro del Águila (46 km)

El Cerro del Águila es quizá la lengua más occidental del páramo que separa los valles del Esqueva y del Duero, o al menos es el más occidental y más cercano a la ciudad. El pueblo más cercano es La Cistérniga, aunque algunos barrios de Valladolid, como el de Las Flores, también están cerca. Visto desde este barrio casi parece la proa invertida de un barco, mientras que el cerro de San Cristóbal, que está al lado, parece el casco completo de un barco que hubiera sido dado la vuelta y varado junto a la ciudad.

El Cerro del Águila se distingue muy bien desde lejos porque encima de él hace muchos años que colocaron una antena. Es muy alta y más ancha en la base que en lo alto, al contrario que las que hay en el Cerro de San Cristóbal. Esta antena la levantó Telefónica hace más de cuarenta años como repetidor de radioteléfonos y hará unos veinte la alargaron más para dar servicio a la por entonces naciente telefonía celular.

La ruta sale de Valladolid por el Camino de las Culebras y llega a Renedo por la Senda Verde. En Renedo podemos demorarnos un poco recorriendo el pueblo. No hemos de dejar de ver la iglesia, que está bajo la advocación de la Purísima Concepción y es barroca. De Renedo salimos por la carretera que lleva a Villabáñez, pero nada más salir del pueblo nos desviamos por un camino que está a la derecha y que lleva al cementerio. Dejamos atrás el cementerio y en seguida comienza la subida. Como todas estas subidas al páramo, la pendiente va aumentando a medida que ascendemos. En este caso, el tramo final está pavimentado con cemento y la ahí la pendiente es de más del 10%. En total ascenderemos unos 125 metros con una pendiente media del 5%. El perfil de la subida está debajo.

Una vez en el páramo hemos de procurar no perdernos por la red de caminos que suben y bajan, como nos pasó a nosotros. En el mapa se ha señalado con color verde el camino que se debería haber seguido, pero nosotros nos perdimos y recorrimos un buen tramo sobre el rastrojo de una tierra de cebada. No hubo pinchazos que lamentar. La antena nos servirá de guía, aunque hay tantas en el páramo que puede que no sepamos cuál usar de referencia.

Antes de llegar al cerro pasaremos entre dos naves de chapa que parecen haber conocido tiempos mejores, aunque no tienen aspecto de estar completamente abandonadas. Una de ellas tiene sección semicircular. Estas naves son en realidad los hangares de los primeros ultraligeros que volaron por estos cielos, allá a mediados de los ochenta. Después se trasladaron a Matilla de los Caños, y por ese aeródromo también hemos pasado.

El tramo final que lleva a la antena del Cerro está asfaltado, lo que se agradece después de tanta piedra. Al lado de la antena hay un vértice geodésico y desde sus alrededores tendremos una vista magnífica de la ciudad, con el Polígono de San Cristóbal y el cerro que le da nombre en primer plano. Veremos desde allí Laguna, Zaratán y Arroyo. También más pueblos, pero no es fácil identificarlos. Por la mañana hay mejores vistas que por la tarde. Lo que se ve está en el mapa siguiente.

Desde el cerro se llega rápidamente a La Cistérniga sin más que dejarse caer por la carretera que sube a la antena. Desde allí seguiremos nuestro camino, que podrá ser tan complicado como queramos. Nosotros volvimos a Valladolid por Laguna siguiendo el Canal del Duero y pasando por detrás de La Corala.