La parodia de las novelas de terror se puede ver claramente representada en el personaje de Laura. Al principio se nos presenta como la prima de Jezabel y haciendo una acción tan normal como cambiarse de ropa porque se le había mojado la que llevaba anteriormente. Durante toda la velada que pasan en casa de la protagonista actúa como una persona completamente normal, hasta posee un nombre corriente: Laura. Desde el principio creemos que es la prima de Jezabel, una chica más bien rellenita, alegre y carácter fuerte. Vemos directamente como lleva puesto el kimono de la protagonista, argumentando que su ropa estaba mojada. Más tarde descubrimos que dicha ropa no existe.
La descripción del personaje de Mortimer y su manera de actuar y la historia que nos explica nos hace pensar que es él el personaje sobrenatural, ya que incluso el nombre nos evoca a algo tenebroso (ya que hace referencia a El perro de Baskerville). A su vez, el personaje al que se refiere como “el joven del abrigo de mohair” también nos da indicios de ser un fantasma. Es callado, no habla apenas en todo el relato, es pálido y ni tan solo conocemos su nombre. No es hasta el final que vemos que en realidad el personaje más verosímil de todos los que se juntan esa noche resulta ser el fantasma. Al no escuchar ni las llaves, ni el sonido de la puerta al cerrarse tras de sí, ni el rugir de ningún motor de coche ya nos hace dudar por completo del personaje. Y no se confirma su sobrenaturalidad hasta que comprueban que la ropa mojada anteriormente mencionada no existe y el kimono que le cogió prestado está tendido en el porche de la entrada junto a una inscripción en el suelo que pronto se desvanece.
El relato completo está impregnado por una atmósfera de irrealidad. Los saltos en el tiempo y las constantes narraciones de los personajes hace que al lector le cueste diferenciar entre lo que es real y lo que es simplemente una narración fruto de la imaginación. También las referencias a otros libros crean esta atmósfera. Aparte de la referencia que hay en el personaje de Mortimer, toda la reunión es una referencia a la creación de la novela de terror por excelencia Frankestein de Mary Shelley. La reunión en la que se cuentan historias de terror en el relato que hemos leído es un paralelismo a la noche que pasaron Mary Shelley, su marido y Lord Byron contándose historias de terror para amenizar la velada. Al igual que los personajes hacen, se cuentan historias de terror inventadas por ellos, excepto la de Jezabel que es una copia de una previamente creada por Edgar Allan Poe (otro autor de terror por excelencia), para entretenerse mientras amaina la tormenta.
La mezcla que se crea esa noche de personajes tan distintos también contribuye a que la situación sea más inverosímil. La autora pone en duda cómo percibimos la realidad y cómo la distinguimos; qué utilizamos para saberlo. Claramente demuestra cómo lo que más normal nos parece luego resulta ser lo sobrenatural. Y es a través de elementos tan normales como el sonido de las llaves que descubrimos que personaje no es real. A lo largo de todo el cuento el lector va saltando de la fantasía a la realidad, de historias de pura ficción a lo que creemos que es real. Lo que no sabemos es que aquello que teníamos tan seguro como real resulta que no lo es.