Diferencias entre la primera y la segunda parte

PRINCIPALES DIFERENCIAS ENTRE LA PRIMERA Y LA SEGUNDA PARTE


El Quijote consta de dos partes, precedida cada una de ellas de un prólogo.

Primera Parte (1605) El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha . 52 capítulos

Segunda Parte (1615) El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha. 74 capítulos


Estructuralmente, tanto desde el punto de vista interno como externo, las dos partes del Quijote guardan una innegable relación con el género del libro de caballerías. Como en estos, Cervantes narra las andanzas de su protagonista a través de un relato itinerante. En total, abandona por tres veces su modesta hacienda, para regresar en otras tres ocasiones a ella. La primera parte contiene dos salidas ( en la primera don Quijote sale en solitario y la segunda, la primera de don Quijote acompañado ya por su escudero Sancho Panza) mientras que la segunda parte contiene una única salida: la tercera y última de don Quijote y su escudero.


Una de las diferencias obvias es que en la Segunda Parte no incluyó novelas interpoladas; sí se valió en cambio de la técnica narrativa de incluir la Primera Parte dentro de la Segunda (metaliteratura) , o sea, de que el personaje literario lea su propia historia, al igual que muchos contemporáneos. En la segunda parte Don Quijote se presenta como un personaje conocido, al igual que su escudero. Innovación narrativa que da credibilidad y realismo a la obra.


La diferencia básica de la segunda parte respecto a la primera es que existe una evolución clara de los personajes y de los acontecimientos, en relación al conocimiento que tienen los propios personajes de la primera parte del Quijote, e incluso, del Quijote de Avellaneda. La primera parte de la obra se ha publicado y los personajes que aparecen en la segunda parte la han leído; reconocen por tanto a don Quijote y Sancho Panza en cuanto los ven. ES el bachiller Sansón Carrasco quien llega en II, 3 con la noticia de la publicación de la I Parte del Quijote. Es decir, en la continuación don Quijote y Sancho han pasado a ser personajes conocidos a través de la lectura y, de alguna manera, se convierten en víctimas de su fama. Este conocimiento del personaje por parte de los demás propiciará, precisamente, una mayor pasividad de don Quijote, que será objeto de burlas, hasta convertirse (en la corte de los duques) en una parodia de sí mismo; en contrapartida, Sancho adquiere mayor protagonismo. A la pasividad del protagonista ha de unirse la duda, la desconfianza, el desengaño e incluso cierto escepticismo, a partir especialmente del descenso a la cueva de Montesinos (capítulo XXIII), consumado por la derrota en la playa de Barcelona.


La locura de Don Quijote sufrirá una evolución en la segunda parte del libro. Mientras que en la primera parte Don Quijote padece innumerables alucinaciones, relacionadas con el mundo de la caballería; en la segunda parte, los personajes conocedores del comportamiento de don Quijote le quieren hacer creer situaciones inexistentes, basándose en la experiencia de la primera parte del libro ( vemos por ejemplo las bromas que les gastan los duques en su palacio, camino de Zaragoza) .

Es interesante que a lo largo de libro se produzca una inversión de la situación común en la novela, que ha llevado a hablar de la sanchificación de don Quijote y de la quijotización de Sancho. Así, mientras el espíritu de Sancho asciende de la realidad a la ilusión, declina el de don Quijote de la ilusión a la realidad. Y el cruce de las dos curvas tiene lugar en aquella tristísima aventura, una de las más crueles del libro, en que Sancho encanta a Dulcinea.


Cervantes se hallaba escribiendo la segunda parte cuando apareció publicado el Quijote apócrifo de Avellaneda . El propio Cervantes había dejado preparado el camino a una continuación de su obra al especular sobre una supuesta tercera salida de don Quijote con dirección a Zaragoza en el último capítulo de la primera parte. Sin embargo, la publicación del Quijote de Avellaneda provocará cambios y referencias que enriquecerán y darán originalidad a la segunda parte del libro. Esto hizo que, una de las intenciones deCervantes al escribir la Segunda Parte del Quijote , diez años después (1615), fue diferenciarse de Avellaneda, por lo que hizo que su héroe siguiese una ruta distinta (por ejemplo, no ya entró en Zaragoza), o lo hizo mucho más verosímil que el hiperbólico apócrifo.


Cervantes conocía la tendencia de los autores de libros de caballerías a dejar inconclusas sus historias. Por eso, él siguió esas pautas, pero, viendo que lo que le había pasado con Avellaneda, le podía ocurrir otra vez, al final de su Segunda parte del Quijote decide dejar morir a su protagonista. Su relato estaba definitivamente cerrado y concluido.


Otras de las diferencias entre la segunda parte y la primera sería la inclusión de hechos históricos reales (la expulsión de los moriscos, el “problema” de los bandidos catalanes, etc.), o la entrada en una ciudad real y nombrada, como Barcelona.