Cide Hamete Benengeli

FUNCIÓN DE CIDE HAMETE BENENGELI

Ya en el prólogo de la novela Cervantes advierte a los lectores de que él no es el padre de la obra, sino su "padrastro".

Pronto nos damos cuenta de lo que Cervantes quiere decir con esto pues en el capítulo I se nos habla de varios autores. Cervantes se nos presenta, pues, como un narrador-editor: finge ser una especie de erudito que recopilaba datos de otros autores y de los archivos de la Mancha para reconstruir la historia de Don Quijote, este hidalgo rural que enloquece por la lectura de tantos libros de caballerías.

Cide Hamete Benengeli aparece en el capítulo VIII y IX de la primera parte, cuando se interrumpe la pelea de don Quijote con el Vizcaíno, para después de la explicación, retomarla. El supuesto primer autor no halló más información sobre esta pelea y aventura de don quijote y la dejó inconclusa.

Al empezar el capítulo IX, Cervantes se introduce en la narración para indicar que se sintió apesadumbrado al no poder acabar de contar el final de la aventura del vizcaíno, pero que un tiempo después encontró unos papeles escritos en árabe por un tal Cide Hamete Benegeli y que al hacerlos traducir vio que era la historia de don Quijote.

Cervantes finge haber encontrado en el mercado de Toledo un manuscrito árabe que continúa la historia interrumpida en los anales de la Mancha, de donde lo había sacado originariamente. Como está en árabe, Cervantes se la hace traducir a un morisco, por lo cual, el texto que le llega al lector ha sufrido dos mediaciones.

A partir de ahora hará ver que la historia es la traducción de la obra árabe y de vez en cuando hará ver que comenta alguna aspecto de la obra, con lo cual el autor se comenta a sí mismo mientras va creando su novela. Esto no deja de ser una parodia de los libros de caballería en las que los autores a veces fingen que las traducen de otras lenguas o que han encontrado un original en misteriosas circunstancias. El nombre árabe también es burlesco: Cide Hamete Benengeli vendría a traducirse como Señor Hamid aberenjenado ( era proverbial el gusto de los árabes por las berenjenas)

Cervantes recurre a este segundo autor (Cide Hamete Benengeli) y lo continúa usando en la segunda parte, no solo para narrar la historia, sino también para contrastar sus opiniones sobre la verdad literaria, la veracidad y la verosimilitud. Durante la Primera parte, discute la versión ofrecida por Cide Hamete, al que califica de narrador falaz por su condición de musulmán.

La función que cumple es la de la posibilitar que Cervantes haga observaciones a la historia y añadir inverosimilitud a una hipotética crónica fiel y detallista. Esta técnica es una innovadora invención que a Cervantes le permite, como segundo narrador, distanciarse y presentar al lector alternativas más razonables, lógicas o verosímiles.

La labor polémica sobre la verdad de la historia funciona como técnica narradora hasta el momento en que, en la Segunda parte del Quijote, los propios personajes conocen la existencia del libro reelaborado por ese narrador-historiador cristiano tras el que se esconde Cervantes. ( Don Quijote y Sancho ven publicada la primera parte de la obra)

Cervantes ha transgredido de esta manera los tópicos historiográficos y anima al lector y a sus personajes a establecer un diálogo entre realidad y ficción.