El amor cortés y la creación de la amada ideal

El amor cortés y la creación de la amada ideal


El amor y las aventuras son los temas esenciales de los libros de caballerías. Siguiendo los principios del platonismo, el caballero es el perfecto enamorado de una dama de noble origen y gran belleza física y espiritual, a la que guarda fidelidad amorosa como señora de sus pensamientos y sus acciones. Ella es el motor que mueve al caballero a la aventura y por ella es capaz de cualquier locura o someterse a pruebas que den cuenta cierta de sus sentimientos.

Don Quijote necesita una dama acorde a su mundo caballeresco, pero en su pueblo de la Mancha no conoce ninguna, así que decide que Aldonza Lorenzo, una labradora del pueblo cercado de El Toboso, de quien anduvo enamorado un tiempo atrás, le va a servir a su propósito. Así como la locura del Quijote consiste en cambiar a su antojo cuanto le rodea, el centro principal de esa locura es el de todo hombre viviente: el amor. Si transformó la realidad, también transforma a la mujer amada hasta ver en ella a una alada princesa de las cortes caballerescas.

Así, aparentemente, el amor no le llevó a la aventura, sino la aventura le llevó al amor.

Le buscó un nombre acorde, de la misma manera que antes había hecho con su rocín y con él mismo, y le pareció que Dulcinea del Toboso, era un nombre apropiado, que tiraba a princesa y gran señora. Don Quijote cambió el nombre a Aldonza Lorenzo y al variarlo, varió con él la personalidad de la moza.

Dulcinea tiene valor de alta princesa por la única razón de que él la ama, como sus aventuras tienen inconmensurable valor por la única razón de que él las ha soñado, como su vida de caballero andante guiada por su ideal, iguala a las más grandes, porque él así la concibió. Para amar a Dulcinea le basta al caballero que posea dos cualidades: hermosura y buena fama. Los dos ideales del Siglo de Oro: la belleza formal y la moral, reflejada en la honra.

Los caballeros andantes, especialmente los que derivan del Amadís de Gaula , tienen la condición de amantes corteses, o sea, de servidores de amor; pero sin el componente del amor adúltero a una “midons”, pues Amadís le es fiel a Oriana y leal con su reino. Es el principal modelo de don Quijote, y así como, por ejemplo, Amadís adopta el nombre de Beltenebrós para hacer penitencia en la peña Pobre, don Quijote se dirige a Sierra Morena, para el mismo fin. Don Quijote, como buen caballero andante, no admite réplica a su amada; en verdad, no hay nada que más le hiera que el que se ponga en tela de juicio la belleza o la nobleza de su dama.

Sin embargo, en el capítulo XXV del libro Sancho Panza nos hace una descripción de la aldeana, como tipo de mujer más cercana a Teresa Panza que a la princesa de Oriana. Este capítulo tiene la importancia de ser el único en el que Don Quijote descubre la verdadera identidad de su amada. Le explica a Sancho, quien ha de llevarle una carta desde Sierra Morena al Toboso, que Dulcinea es en realidad Aldonza Lorenzo. Sancho Panza nos la describe entonces como una mujer bastante hombruna y nada melindrosa con los hombres.

"Bien la conozco- dijo Sancho- y sé decir que tira tan bien una barra como el más forzudo zagal de todo el pueblo. ¡Vive el Dador, que es moza de chapa, hecha y derecha y de pelo en pecho, y que puede sacar la barba del lodo a cualquier caballero andante o por andar que la tuviere por señora! ¡Oh, hideputa, qué rejo tiene, y qué voz! [...] Y lo mejor que tiene es que no es nada melindrosa, porque tiene mucho de cortesana: con todos se burla y de todo hace mueca y donaire"

Don Quijote muestra entonces su cordura y expresa con gran acierto y sensibilidad que su Dulcinea del Toboso es un ideal, al igual que los poetas idealizan a sus amadas, él ha idealizado a Aldonza Lorenzo, y que para lo que él la quiere, ya le sirve. " ¿Piensas tú que las Amarilis, las Filis, las Silvas, las Dianas, las Galateas, las Fílidas y otras tales de que los libros, los romances, las tiendas de los barberos, los teatros de las comedias están llenos, fueron verdaderamente damas de carne y hueso, y de aquellos que las celebran y celebraron? No, por cierto, sino que las más se las fingen por dar sujeto a sus versos y porque los tengan por enamorados y por hombres que tienen valor para serlo. Y así, bástame a mí pensar y creer que la buena de Aldonza Lorenzo es hermosa y honesta, y en lo del linaje, importa poco, que no han de ir a hacer la información dél para darle algún hábito, y yo me hago cuenta que es la más alta princesa del mundo" [...] " Y para concluir con todo, yo imagino que todo lo que digo es así, sin que sobre ni falte nada, y píntola en mi imaginación como la deseo, así en la belleza como en la principialidad..."