Historia


El último rey etíope

A finales del siglo XIX, Addis Abeba era una ciudad de unos 100.000 habitantes y la capital de un gran imperio. El emperador Menelik II había derrotado al ejército italiano.

Tafari Makonnen, conocido como Haile Selassie I, nació el 23 de julio de 1892 y acabó sus días el 27 de agosto de 1975. Fue rey de Etiopía entre 1916 y 1930 y emperador de 1930 a 1974. Era el heredero de una dinastía que remontaba sus orígenes al siglo XIII.

El emperador falleció a los 81 años en 1975, meses después de un golpe de estado conducido por militares marxistas encabezados por Mengistu Haile Mariam. Selassie, quien quedó prisionero de los golpistas, murió por las complicaciones de una operación o fue asesinado por lo soldados (No está muy claro) y enterrado en secreto en una tumba sin inscripciones situada cerca de las lavabos del palacio imperial.

HAILE SELASSIE. EL ÚLTIMO EMPERADOR DE ETIOPÍA (1974) – Cuando Miguel colocó el micrófono a Haile Selassie para entrevistarle se dio cuenta de que las cosas ya no eran como parecía. Él había hecho lo que a nadie estaba permitido: tocar al emperador. Todo indicaba que aquel día de agosto de 1974 el gran ras ya no era emperador, aunque oficialmente nada había trascendido. Se confirmó semanas después. Una marea de revueltas populares había propiciado el derrocamiento del emperador que dejaba un país sumido en el subdesarrollo y el hambre.

Tras la caída del régimen, el cuerpo fue descubierto y trasladado en 1992 al mausoleo en el que reposó hasta el año 2000 junto a algunos miembros de la realeza. La familia del emperador, la mayoría en el exilio, negoció durante años con la Iglesia ortodoxa etíope un cambio de ubicación para cumplir así con uno de los deseos de Selassie: reposar junto a su esposa, la emperatriz Menen, en la bella Catedral de la Trinidad de Abeba. El Gobierno aceptó a regañadientes el cambio, pero rechazó la posibilidad de dispensarle un funeral de Estado.

Un pequeño féretro con los restos del emperador de Etiopía, Haile Selassie, muerto hacía 25 años, recorrió el 5 de noviembre del 2000, por última vez, las calles de Addis-Abeba. Apenas unos miles de personas se alinearon en ellas para despedir al hombre que les gobernó con mano de hierro durante 45 años. No hubo grandes movimientos de masas ni despedidas emocionadas; sólo el respetuoso silencio de la mayoría.La procesión funeral recorrió los 10 kilómetros que separan la iglesia de Ba'ata Mariam Geda, donde se hallaba el cuerpo de Selassie desde 1992, y la Catedral de la Trinidad, en la céntrica plaza de Meskal. El patriarca de la Iglesia ortodoxa etíope, Abune Paulos, presidió una misa en medio de cánticos que se podían escuchar desde los alrededores del templo. En su homilía, Paulos ponderó las virtudes de hombre, al que calificó de importante para su país y para África.

Cerca del pequeño ataúd, recubierto con los colores rojo, amarillo y verde, los de la bandera nacional, un grupo de viejos guerreros coronados con melenas de león formó una guardia de honor. Cerca del féretro de quien fuera rey de reyes se alineaban los símbolos del poder; en un extremo, una imagen de san Jorge, el patrón de Etiopía; en el otro, una reproducción del León de Judá, apelativo del ex emperador.

El movimiento rastafari

El movimiento rastafari es un movimiento espiritual que considera que Haile Selassie I es la tercera reencarnación de Jah, después de Melquisedec y Jesús.

Surgió en los comienzos de los años 1930 en los barrios marginales de Kingston, Ate, Jamaica y en los sectores rurales adyacentes, siendo la visión social y cultural de Marcus Garvey lo que inspiró a los Rastafaris, que incluso lo consideran una reencarnación de San Juan Bautista, y atribuyeron un carácter mesiánico a Selassie.

Notable es el gran deseo de sus descendientes de esclavos negros de volver a África, de las aspiraciones sociales y culturales de la comunidad negra y de las enseñanzas del organizador nacido en Jamaica Marcus Garvey que clamaba «África para los africanos». El fin de un rastafari es ir por un sendero recto y verdadero, siempre con bondad, hermandad, verdad. Son conocidos popularmente por sus rastas o dreadlocks (cabello característico) y su uso sacramental del ganja.

Hoy en día el movimiento se ha extendido a lo largo de gran parte del mundo y tiene seguidores provenientes de distintas culturas, lenguas y naciones.

El título de Negus

Negus es el título empleado por algunos reyes o gobernadores de Etiopía, utilizado hasta 1974 en Etiopía y hasta 1890 en Eritrea.

Era usado como un título honorífico otorgado a los gobernadores de las provincias o reinos más importantes del imperio: Gojjam, Welega y el Reino del mar (donde se usaba Bahr Negus, el Rey del mar, que era el título antiguo de los gobernantes de la actual Eritrea central) y más tarde también a los de Shewa. Estos gobernantes, y otros nobles de alto rango, tenían el título de Ras, que era hereditario, para ser elevado al rango de Negus debía ser por decreto imperial.

Negus Negast es el título que usaba el emperador de Etiopía desde c. 1300, cuando Yakuno Amlak repuso la llamada dinastía salomónica. Significa Rey de reyes y distingue al soberano de Etiopía de los otros reyes tributarios, los negus.

Los Emperadores de Etiopía apoyaban su derecho al trono en dos reclamaciones: descender de los reyes de Aksum y descender de Menelik, hijo de Salomón y Makeda, la reina de Saba.

Los Negus Nagast eran coronados por un arzobispo de la Iglesia Etíope nombrado por el Patriarca de la Iglesia Copta, y en su ausencia no podía realizarse la coronación. En general la ceremonia se llevaba a cabo en Santa María de Sion en Aksum. Las emperatrices eran coronadas por el Negus en una ceremonia privada.

Uno de los últimos Negus que se proclamó emperador fue un príncipe regional, Lij Kassa Hailu, hijo de Hailu Dejazmach Wolde-Giyorgis, gobernador de Qwara, y su segunda esposa Woizero Attitaggab, que se rebeló contra la emperatriz Menen y su hijo Ali Alula en 1845, y pasó los siguientes nueve años alternando entre la rebelión y la sumisión, hasta que fue proclamado el 19 de septiembre de 1854 como Negus en Amba Chera. Después de la batalla de Derasge se proclamó como Negus Nagast el 8 de febrero de 1855, siendo coronado con el nombre de Teodoro II en Derasge Maryam al día siguiente.

El último Negus, el Ras Tafari Makonnen, fue coronado en 1928 por la emperatriz Zauditu. A la muerte de la emperatriz en 1930, Ras Tafari se coronó Negus Nagast ze-'Ityopp'ya (Rey de reyes de Etiopía) con el nombre de Haile Selassie. Durante su reinado no fue coronado ningún Negus más, y después de su reinado desaparecieron ambos títulos.

Las guerras de Italia en Abisinia

A finales del siglo XIX, las potencias europeas se habían repartido el continente africano, con la excepción de la República de Liberia y el Imperio de Abisinia. Este último imperio comprendía una región sumida en un sistema feudal de reinos independientes, que luchaban entre sí, y emperadores presionados por las potencias europeas. Italia se había incorporado tardíamente a la carrera colonial. Poseía colonias en Eritrea y Somalia, pero deseaba aumentar su presencia en el Cuerno de África mediante la conquista de Abisinia, uniendo así sus dos territorios costeros por tierra.

El imperio abisinio ha variado a lo largo del tiempo, desde el año 990, pero ha llegado a incluir territorios que se encuentran hoy en día en Etiopía, Eritrea, Sudán, Somalia, Djibouti y Yemen. Esta región tiene grandes montañas como el Ras Dashen, de 4.600 metros de altitud, y tierras altas y mesetas marcados por la presencia de los monzones que alimentan a grandes ríos como el Shabelle y el Juba.

Durante el siglo XIX se sucedieron 24 emperadores, lo que da una idea de lo efímero de sus reinados.

El 11 de febrero de 1855 Kassa Hailou fue coronado como nuevo Negusse Negest con el nombre de Tewodros II. Durante su mandato unificó la iglesia ortodoxa etíope, frente a las influencias de los misioneros cristianos franceses e ingleses. En un primer momento estas otras religiones estaban toleradas, pero acabaron siendo prohibidas y los misioneros encarcelados. Tewodros II también se defendió contra la influencia del islam del imperio otomano, buscando el apoyo del Reino Unido. En este tira y afloja por conseguir un equilibrio de poder, entre las presiones europeas y del imperio otomano, el 4 de enero de 1864 retiene al cónsul británico Cameron y otros miembros del personal diplomático en la fortaleza de Meqdela.

En abril de 1868, Inglaterra organizó una expedición de 32.000 soldados al mando de Robert Napier para liberar a los cautivos presos en la fortaleza de Meqdela. El 13 de abril se produce el asalto final, durante el cual, Tewodros II se suicida con el revolver que le regaló la reina Victoria.

Puerto de Zula en Abisinia, sobre el Mar Rojo, en abril de 1868. Los británicos construyeron esta base militar en pocos meses para la Expedición británica en Etiopía. Disponía de un nuevo muelle, lineas de ferrocarril y telégrafo. Después de permanecer dos años bajo la autoridad egipcia, en 1888 se instauró un protectorado italiano. En 1890 la ciudad fue incorporada a la colonia de Eritrea.

El sucesor de Tewodros II al frente de Etiopía fue Yohannes IV, nacido en 1837 en Beha, una ciudad en el norte del imperio etíope. En 1860, después de colaborar con Tewodros II en la pacificación de los pora, se convirtió en gobernador. Poco a poco, se distanció del Negusse Negest, rebelándose abiertamente a finales de 1860. Posteriormente, cooperó con los británicos en una expedición contra Tewodros II en 1868. El mismo año, comenzó a preparar su ejército para hacer frente al nuevo soberano, Tekle Giyorgis II. El 21 de enero de 1872, Kassa fue coronado Mercha Negusse Negest de Etiopía bajo el nombre de Yohannes IV, continuando el proyecto aglutinador de su antecesor Tewodros II.

A principios de la década de 1880, varios acontecimientos enturbiarán las relaciones con Egipto. En 1881, el movimiento Mahdi estalló en Sudán, en donde los rebeldes se levantaron contra la presencia egipcia.

Al año siguiente, el gobierno italiano adquirió el puerto de Asseb y los británicos ocuparon Egipto, implicándose en el conflicto de Sudán. En tres años, el Mahdi logró muchas victorias en el sur y el oeste, asediando también las guarniciones egipcias en Kassala, Amadab y Keren al este, en la frontera con Etiopía. La única vía de escape en dirección al Mar Rojo, era a través del imperio abisinio, para lo que entablan negociaciones con Yohannes IV, que culminaron con la firma del Tratado de Adowa. En él también se establece el libre acceso al puerto de Metsewa, que se vende a los italianos para evitar el establecimiento de los franceses junto al Mar Rojo, hasta entonces bajo la protección británica, y la entrega de armas al Negusse Negest.

El 13 de marzo de 1884 se produce la batalla de Tamai, al comienzo de la guerra del Mhadi en Sudán. Después de las derrotas sufridas por las fuerzas anglo-egipcias y la muerte de Baker Pasha, con la pérdida de 2.400 hombres, seis cañones y 3.000 fusiles en la primera y segunda batallas de el Teb, los británicos al mando del general Gerald Graham quieren aprovechar su victoria en la segunda batalla de el Teb, pero no lo logran, siendo aniquilado su ejército.

La primera guerra Italo-etíope se sitúa paralela en el tiempo a la creación de la colonia italiana de Eritrea entre 1885 y 1896. Durante este periodo de diez años, Italia expandió cuanto pudo sus posesiones en Abisinia, luchando primeramente contra los ejércitos del Négus Yohannes IV, dirigidos por Ras Alula.

A principios de marzo de 1889 Yohannes IV se encuentra luchando al frente de 100.000 etíopes contra los 70.000 soldados del Mahdi, es herido por una bala en el pecho y muere como consecuencia de estas heridas el 10 de marzo.

El 5 de marzo de 1889, Menelik II, rey de Shewa, se declaró oficialmente emperador de Etiopía, después de haber conquistado las regiones de Tigray y Amhara con el apoyo de Italia. Un mes más tarde, firmó el Tratado de Wuchale con el gobierno italiano, el cual redactó dos versiones distintas. En la versión en italiano se establecía a Etiopía como un protectorado de Italia y se reconocía el control italiano sobre Eritrea y la costa etíope del Mar Rojo, a cambio del reconocimiento al reinado de Menelik II. Al contrario, en la versión en amárico, Etiopía permanecía completamente independiente.

Este primer intento de convertir la región en un protectorado italiano provocó un enfrentamiento armado entre ambos países. En 1895, 20.000 soldados italianos invadieron el norte de Etiopía y avanzaron hacia el sur, pero el ejército del emperador Menelik II infligió una humillante derrota a los italianos en la Batalla de Adua (1896) e Italia tuvo que reconocer la independencia de Etiopía mediante el Tratado de Adís Abeba.

Esta pintura de Michele Cammarano realizada en 1896 evoca la batalla de Dogali (1887) en la que la columna del coronel De Cristoforis fue masacrada por los guerreros etíopes que realizaron una emboscada.

En octubre de 1922 llega al poder en Italia Benito Mussolini y, entre otras cosas, trajo consigo el deseo de una mayor influencia en los Balcanes y la reanudación del sueño colonial africano.

Su plan consistía en convencer al pueblo italiano de que Abisinia era un territorio anárquico que necesitaba "la civilización blanca". Sin embargo, el ras Tafari Makonnen, coronado emperador o negus bajo el nombre de Haile Selassie I, había adoptado medidas para modernizar el país desde su llegada en 1930. Entre ellas, la lucha contra la esclavitud.

En diciembre de 1934, una disputa por unos pozos en Ual Ual (un oasis en el desierto de Ogaden, en la frontera con la Somalia italiana) dio a los italianos una excusa para movilizarse. Además, la Sociedad de Naciones emitió un informe recomendando la "supervisión" del país por parte de Italia. El 3 de octubre de 1935 una fuerza de 100.000 soldados entró en Abisinia desde Eritrea. Seis meses después, los italianos habían tomado el país, 16.000 etíopes habían muerto (frente a unos 1.000 italianos) y el rey Víctor Manuel fue nombrado emperador de Etiopía.

Grupos étnicos

Oromo

Constituyen el grupo étnico más numeroso de Etiopía y también el más heterogéneo, de religión mayoritariamente musulmana y cristiana. Tienen lengua propia, el afaan oromo u oromiña. En su origen, proceden de los cushitas, se trataba de un pueblo nómada, si bien en la actualidad se ha reconvertido en ganaderos y agricultores a lo largo de toda la región del Oromiya. Estan divididos en cuatro grupos, los Wallaga, los Turala, los Oromo del Sur (Arsi y Borana) y los Harage.

Somalí

Su población se distribuye entre Djibuti, Kenia, Tanzania, Somalia y Etiopía. Profesan el Islam y tienen idioma propio.

Fue su tradicional economía basada en el pastorea de rebaños de camellos, cabras y ovejas lo que permitió la expansión somalí, al verse obligados a llevar una vida nómada en busca siempre de mejores pastos.

La sociedad Somalí tiene una estructura claramente patriarcal, desempeñando las mujeres un papel totalmente secundario al estar excluidas de la participación política y alejadas de toda responsabilidad social.

Son los hombres los encargados del pastoreo y de las decisiones que afectan a cada grupo o clan

La lengua de los etíopes

El amárico o amhárico (አማርኛ, ämarəña) desciende de la extinta lengua antigua, ge'ez, una lengua semítica sudoccidental. Es hablado en el norte y el centro de Etiopía, donde es lengua nacional oficial. Toma su nombre de la etnia de los amhara, tradicionalmente habitantes del norte y centro de Etiopía. No sólo los amara, sino toda la población etíope escolarizada domina este idioma.

Fuera de Etiopía, el amárico es la lengua de 2,7 millones de emigrantes, que viven en Egipto, Israel y Suecia. También es hablada en Eritrea por los deportados eritreos procedentes de Etiopía y bien conocida por los eritreos nacidos antes de mediados de la década de 1980, ya que fue la lengua de enseñanza en las escuelas eritreas hasta 1991.

Es la segunda lengua semítica en cuanto a número de hablantes, por detrás del árabe y por delante de lenguas como el tigriña y el hebreo.