Imitando a Marco Polo

Marco Polo nació y se inició en el mundo comercial en Venecia, mientras su padre Niccolò y su tío Maffeo, viajaban por Asia.

La elección del nuevo papa se retrasaba, así que Niccolò y Maffeo iniciaron el viaje de regreso a la corte de Kublai Kan en 1271, pero esta vez acompañados por Marco, que ya tenía diecisiete años.

Llegaron a Acre, donde se encontraron de nuevo con Tedaldo Visconti, que quizá estaba allí en relación con la cruzada en la que estaba embarcado el futuro rey Eduardo I de Inglaterra.

Tras desviarse a Jerusalén para hacerse con el aceite de la lámpara del Santo Sepulcro, siguieron viaje hasta Layas donde se enteraron de que la elección papal había recaído precisamente en Tedaldo Visconti, que adoptó el nombre de Gregorio X.

Regresaron de inmediato a Acre, en una galera facilitada por el rey León III de Armenia Menor, donde Visconti les facilitó nuevas credenciales además de hacer que les acompañaran dos frailes dominicos, aunque estos pronto abandonaron el largo viaje.

Marco pronto se ganó el favor de Kublai Kan, quién le hizo su consejero. Poco después Marco pasó a ser emisario del kan, quien le daría diversos destinos a lo largo de los años.

En sus diecisiete años de servicio al Kan, Marco Polo, llegó a conocer las vastas regiones de China y los numerosos logros de la civilización china, muchos de los cuales eran más avanzados que los contemporáneos europeos.

Cuando una embajada del rey de Persia le solicita a Kublai Kan una princesa para el rey, los Polo la acompañan, decidiendo regresar a Venecia.


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