Las luchas de la Mujer trabajadora
Al iniciar el siglo XX la Mujer en México casi no contaba con ningún derecho como ciudadana, sobre ella pesaba una tradición discriminatoria de 4 siglos y una dictadura de 30 años, que hacían nula su participación social, política y económica.
Esa discriminación de la mujer se reproducía y aún podía ser peor en el ámbito del trabajo asalariado, en el acceso al mismo, en las condiciones laborales y en las retribuciones en salario y prestaciones. Quizá por ello, la revolución de 1910 tuvo en la mujer una de sus principales protagonistas, no sólo en la lucha por las causas generales de la sociedad, sino también por causas propias. Aunque ellas fueran poco apreciadas y valoradas por los historiadores y los estudiosos de esa etapa fundamental de la historia.
Podemos afirmar que uno de los grandes cambios del siglo XX ha sido el papel de la mujer en la vida del país, su participación plena como ciudadana con derechos igualitarios. Aunque hoy en labores del siglo XXI permanezcan y aun se agraven, gracias al neoliberalismo reinante, muchos lastres de desigualdad y, por tanto, la lucha de la mujer sigue presente, la que bien vista es la de todos los que aspiramos a una sociedad justa y democrática.
En la literatura que existe del movimiento obrero el papel de la mujer poco ha sido tomado en cuenta, consecuentemente, menos ha sido valorado; aun prevalece una subestimación de su desempeño y de los aportes que han hecho las mujeres por la causa común y por la causa propia del género femenino; que bien vistas ambas , en el fondo, son las mismas de todas y todos los trabajadores . Por que si bien es cierto que el número de mujeres que han participado en las luchas sociales es menor al de los hombres (como lo es su mismo número entre los asalariados y la cantidad de mujeres dirigentes en las organizaciones, incluso a su proporcionalidad), también es cierto que ninguna lucha sindical o laboral del tipo que sea, se ha realizado sin la participación de la mujer, sea en su calidad de trabajadora, esposa, familiar, vecina o parte de la comunidad involucrada en la lucha obrera o social de que se trate. El problema ha sido que en los estudios o reseñas de las luchas poco se destaca la participación de ellas, salvo como excepción o como una participación fulgurante. Por lo general siempre se les ve detrás de los trabajadores, como meras imitadoras de ellos, o de plano se les ignora.
Queremos no sólo reivindicar el papel de las mujeres en la luchas, sino también aproximarnos a una valoración objetiva y justa que permita a las y los lectores reconocer esa participación. Por que estamos convencidos de que no es con lugares comunes o meras declaraciones como se puede hacer esa reivindicación.
Revista, Trabajo y Democracia. Guadalupe Cortés, Ana Alicia Solís de Alba, Oscar Alzaga y Antonio Gutiérrez. Coordinadores.