La vida ahora está cambiando rápidamente sobre Serina, a medida que la naturaleza empieza a intentar equilibrar su entorno artificial. Los canarios se han propagado a todas las masas de tierra principales y adaptado una gran variedad de dietas. Por primera vez para sus habitantes aviares, importantes depredadores están comenzando a emerger. Habiendo pasado de comer huevos a también incluir el hurto de polluelos, los canarios oófagos de pico ganchudo están experimentando un boom en diversidad, habiéndose esparcido a la mayoría de continentes, avanzando más y más al sur a medida que los pájaros locales se vuelven conscientes de su hambre y cada vez más intolerantes. En los bosques de bambú, los caracoles empiezan a decaer tras la evolución de los primeros carnívoros sociales y sumamente agresivos de Serina - las hormigas.


Aunque solo las especies de hormigas pequeñas y naturalmente dóciles fueron introducidas a Serina, principalmente del género Formica, mas no totalmente, les tomó únicamente un millón de años para alterar relevantemente su comportamiento. Exentos de depredadores o competición importante no tomó mucho tiempo para que los mansos omnívoros pasaran a la caza, saqueando los nidos de los pájaros desdichados y ponedores en tierra de Serina. Su agresión creció, reuniéndose en muchedumbres más y más grandes para abrumar a los polluelos y eventualmente también a las madres que los incubaban, desesperadas por proteger a sus crías. Sus mandíbulas se volvieron más extensas y poderosas a medida que muchas especies empezaban a desarrollar punzantes mordidas venenosas. La primera oleada de depredadores en golpear a Serina sería quizás la peor - las Hormigas Imperiales.


Creciendo hasta 2 centímetros en longitud, estos insectos come carne de enormes mandíbulas se convierten en una terrible maldición para los grandes e indefensos gasterópodos del planeta, agobiándolos por millones y desmembrándolos pedazo por pedazo para llevarlos de vuelta como abastecimiento a inmensas colonias bajo tierra, compuestas de túneles subterráneos de algunos cientos de kilómetros. Dentro de diez mil años más, estos caracoles más anormalmente voluminosos serán comidos casi hasta la extinción, sobreviviendo solo las formas de tamaño más razonable, capaces de trepar a los doseles para escapar del nuevo superdepredador de Serina. Así mismo también serán devastados los pocos grandes canarios de tierra no afortunados que han olvidado totalmente como volar en su corto periodo de prosperidad - ya no es seguro anidar en el suelo desnudo, y aquellas aves que no puedan recordar velozmente colocar sus nidos sobre este o aprender a pelear contra las hordas perderán pronto en este juego de vida, en tanto que sus vástagos son repetidamente destruidos por los nuevos gobernantes del mundo.


Son las hormigas las que ahora también empiezan a tomar el control del papel del caracol en los ecosistemas. Mientras que las hormigas Formica carnívoras roban a los caracoles ellas mismas, abren un camino para que las Hormigas Cortadoras de Hojas rápidamente tomen su lugar. Pronto no habrá un claro del bosque libre de su eterna cosecha, a medida que decenas de miles de millones de hormigas empiezan a cumplir con los papeles normalmente desempeñados por unos pocos millones de grandes ungulados. Proviniendo del cinturón tropical, gradualmente se moverán más tanto al norte como al sur para asumir un nicho, de otra forma, casi vacío. Hasta que la vida vertebrada los alcance, así acaba la era del caracol y comienza la época de las hormigas - pero tampoco puede esta superabundancia durar para siempre. En tanto que las hormigas proliferan, así también lo hace el número de criaturas que comienzan a verlas como una fuente de alimento. Los primeros seres en hacerlo son los ácaros predatorios, que principian a infestar los nidos de los insectos, devorando sus huevos y retoños. Pronto muchas criaturas seguirán el ejemplo mientras la ecología de Serina intenta estabilizarse a límites comprensibles.

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Las praderas de Serina en este momento empiezan a explotar con color cuando un puñado de especies de tréboles y girasoles empiezan a especiar a una velocidad remarcable. Inicialmente ambos clados experimentaron una gran caída en diversidad, incapaces de competir con las hierbas y careciendo de insectos polinizadores naturales. Ahora, sin embargo, unas escasas especies sobrevivientes de ambos se han restablecido a estupendas cifras, actualmente polinizadas por el viento - estas plantas son notorias por una atrofia significativa de sus pétalos, que se han vuelto poco útiles - y otras por inusuales hormigas que exhiben la peculiaridad de retener sus alas durante toda su vida. Como las cortadoras de hojas, estas hormigas son enteramente herbívoras, pero comparten una relación mucho más cercana con las Hormigas Imperiales al pertenecer a las Formica. Careciendo de las picaduras tóxicas o grandes mandíbulas de sus parientes, las Hormigas de la Miel, de sabor dulce, se convierten a la vez en una fuente de comida imprescindible para muchas especies de aves, su singular habilidad de vuelo invirtiéndose a una tendencia más temprana hacia la falta de esta en los grupos que empiezan a perseguirlas, y un salvavidas para las flores de Serina, ahora capaces de extenderse por todas partes, llevándose consigo a sus polinizadores, pero que de otro modo se hubieran posiblemente extinguido dentro de los pocos millones de años siguientes. A lo largo de las regiones húmedas del mundo, los bosques de bambú ahora ascienden a alturas de más de 40 metros.

Bajo tierra, un suelo fértil ha sido tomado por los invertebrados en la ausencia de los topos. Los milpiés proliferan en la hojarasca tanto del claro de la pradera como del bambú, alcanzando longitudes de hasta medio metro o más. También habiendo tomado la tierra están los grillos, que se alimentan de las abundantes raíces de las numerosas hierbas de la luna. Ya han iniciado a crecer en la carencia de competición, con una especie alcanzando una longitud corporal de 10 centímetros y el peso de una rata pequeña. De todos modos, el Gusano Toro Serino, del subsuelo más profundo, es ahora el animal terrestre más grande en el planeta, creciendo hasta 8 metros de largo.

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En el mar, una carrera armamentística evolutiva ha comenzado entre los peces vivíparos, a medida que los individuos más grandes se empiezan a especializar en cazar a los más pequeños. Los peces vivos más enormes son ahora los colas de espada pelágicos, por encima de los 30 centímetros de largo, con los machos llevando alargadas colas de espada de la misma longitud. Magníficos y coloridos, son libres de tomar la exhibición a grados extremos, pues carecen de depredadores. Produciendo hasta trescientos hijos cada tres meses, que no necesitan sobrevivir el arriesgado periodo como huevos o larvas al igual que muchos otros peces, estos se propagaron vertiginosamente por un mar abundante de oportunidad, destrozando las hordas de pequeños Poecilids que hasta el momento recorrían un mundo sin depredadores, casi impunes. Actualmente solo están ausentes de las aguas polares más frías, donde los pequeños guppies de mayor adaptabilidad pueden tener aún un breve respiro de sus cazas; aunque incluso aquí la muerte nunca está lejos, puesto que estas regiones experimentan un auge en la población de medusas de agua fría que toman ventaja de esta fuente de alimento.