10 Millones de Años Posfundación

Sin muchos depredadores de aquí a 10 millones de años, animales de todos los tipos han crecido a tamaños enormes en los mares cálidos y poco profundos de Serina, puesto que los peces vivíparos gigantes de 1,8 metros de longitud que descendieron de los platies y colas de espada pastan en prados de alga junto a los caracoles marinos del tamaño de un hombre, coloridos cangrejos de río monstruosos y unos de los antiguos peces predatorios de Serina - un cola de espada de emboscada, parecido a una barracuda, que acecha bajo el alga flotante.


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El mundo es ahora estable, pero en constante fluctuación, pues la época Hiposténica, la era de los nuevos comienzos, llega a un cierre. En los milenios por venir, el planeta tropical - en la mayor parte cálido y ligero durante todo el período - comenzará a enfriarse, entrando en una nueva condición climática más moderada, ocasionada por la separación simultánea de Anciska y Striata a través de las fuerzas tectónicas, inaugurando una amplia extensión de agua y alterando las corrientes globales, y la formación de una alta y rígida cresta montañosa a medida que Striata continúa chocando hacia el sur con Wahlteria, cerrándose en un mar interior y alterando dramáticamente los patrones meteorológicos. Dentro de unos pocos millones de años más, el supercontinente de Cirrus, con forma de lazo y arqueado, se volverá dos masas de tierra independientes, estiradas a grandes rasgos en paralelo de norte a sur, apartadas por una creciente expansión de mar, para no chocarse de vuelta por más de cien millones de años.


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Diez millones de años PF ha traído grandes cambios al mundo de Serina, ya que, quizás por primera vez, la vida ha evolucionado para llenar el joven ecosistema alguna vez vacío de la luna con un próspero, estable y diverso, si aún relativamente conservador, conjunto de organismos cada vez más diferentes de sus homólogos terrestres con cada generación. Los mares ahora experimentan menos extinciones, pues un número de pequeñas pero numerosas formas de vida - entre ellas crustáceos, copépodos e incluso peces - finalmente se adaptan para colonizar los fondos más y más profundos para hacer uso de una fuente de comida intacta y acumulándose, en la forma de nieve marítima - escombros orgánicos de abundantes aguas iluminadas por el sol en la oscuridad debajo, que sin nada que las consuma, pueden encontrarse a veces acumuladas en capas de varios metros de espesor en los suelos marinos más hondos. Moviéndose verticalmente por estas aguas desde el fondo hasta la superficie, ahora jalan con ellas moléculas de agua, inquietando a las aguas estancadas y poniendo en marcha las acciones de las corrientes y la circulación necesaria para mover nutrientes y oxígeno por los mares para apoyar un ecosistema estable.

Con carbono, en la forma de nutrientes descompuestos, que por los anteriores millones de años se asentó fuera de alcance en los fondos de los mares del mundo ahora volviendo a la superficie, el crecimiento saludable de las plantas florece en las aguas soleadas, matando de hambre a estallidos más oportunistas pero nocivos de bacterias y hongos que ahora luchan para dispararse a sus cifras previas a medida que los mares a su alrededor se vuelven más fuertes y establecidos. Los peces marinos e invertebrados experimentan sus booms más grandes en diversidad hasta ahora, en tanto que los mares del mundo de las aves comienzan a despejarse. Las regiones superficiales e iluminadas por el sol respaldan a inconmensurablemente grandes campos de quelpo y alga macroscópica, que, sin competencia, se extienden por los tranquilos fondos marinos tan densamente como la hierba sobre la orilla. Las zonas oceánicas soportan enormes tractos de sargazo y follaje similar sin ataduras que forman espesas alfombras verdes por la superficie, haciendo arrecifes flotantes de decenas de kilómetros de ancho en algunos lugares, y que son hogar a una infinita clase de pequeñas criaturas - camarones, peces, caracoles y bivalvos, estos últimos montándose en los bosques móviles que flotan para filtrar los mares con estilo, no más sujetos a un único sitio rocoso como sus ancestros. A pesar de que no haya vacas marinas o tortugas para pastar de ellas, ayudan, con todo, a masas de literalmente cientos de millones de herbívoros - a las carpas dentadas, algunas de las cuales crecen tan largas como un carro pequeño - y a los descendientes de los pequeños peces platy rojos y amarillos, una vez mantenidos tan habitualmente como mascotas de acuario - que se agrupan a lo largo de la arena, podando grandes tramos de verdor con sus bocas parecidas a aspiradoras apuntando hacia abajo, junto a multitudes de enormes caracoles marinos más pesados que un hombre - los gasterópodos más grandes que jamás hayan evolucionado.

A lo largo de las regiones costeras la tierra empieza a crecer más hacia el mar a medida que el sedimento comienza a reunirse entre las raíces y los brotes del bambú de playa, ya propagado por el globo por todos menos los hábitats terrestres más inhóspitos, siguiendo el ejemplo del mangle e iniciando a probar sus piernas en el mar, puesto que ya han empezado a desarrollar más y más métodos avanzados para remover la sal de sus tejidos con el propósito de reclamar uno de los últimos biomas que les falta dominar. Llevan con ellos sus ejércitos de insectos - las hormigas podadoras, tras un inicial y significativo declive a manos de depredadores recientemente evolucionando, ahora empiezan a recuperar su diversidad después de las nuevas tendencias de algunas especies para anidar a mordiscos sus nidos directamente dentro de los brotes naturalmente huecos de sus plantas huéspedes, haciéndose mucho menos disponibles para la depredación mientras que simultáneamente evitan muchos de los problemas de los bichos autoestopistas y parásitos de nido no deseados en la forma de incontables otros insectos que están más que felices por explotar los esfuerzos de las hormigas como sus colonias, con aún poco para pararlas, crecen a cientos, sino miles de veces, el tamaño de lo que la naturaleza probablemente pretendió en la Tierra. En el suelo muchos pájaros ya se han especializado como mirmecófagos, consumiendo grandes cantidades de hormigas al forrajear, pero pocos aún se han adaptado que son capaces de alcanzar a los insectos dentro de la dura capa de los tallos de bambú, con una excepción importante; un grupo de pequeñas aves insectívoras y de color brillante, aun bastante generalistas y parecidas claramente al pinzón, comienzan a adoptar el uso de filosos vástagos atrapados en los diminutos agujeros de entrada de los bichos para pescar a las larvas rechonchas y burlar esta nueva defensa. Originándose en el sur de Anciska, los Pinzones de Herramientas, con sus habilidades exitosas volviéndose genéticamente heredadas, empiezan a extenderse por el supercontinente, explotando todo tipo de nicho nuevo a medida que avanzan.

La diversidad aviar en otras partes también se ha disparado al cielo dentro de los últimos cinco millones de años, en tanto que nuevas familias verdaderamente distinguibles aparecen, con carnívoros, insectívoros, depredadores terrestres y toda variedad de herbívoros, además de granívoros ancestrales surgiendo de existencias en un principio modestas propagándose por el mundo de polo a polo y siguiendo la difusión de los bosques hasta el extremo del mar y más allá, mientras que múltiples grupos, tanto consumidores de carne como de plantas, expanden por primera vez sus horizontes hacia el mar de modo relevante como una fuente de sustento y refugio. Los canarios corren por el suelo como aves de caza, revolotean a través de los árboles y recogen insectos con sus alargados picos puntiagudos - algunos incluso vadean en ríos, picoteando las plantas acuáticas o rompiendo con la abundancia de vida piscícola, insectil e invertebrada que florece dentro de estos - algunos pájaros - como los ancestros de los buceadores de estanques, incluso se sumergen y nadan por su cena, agarrando bichos del cauce a varios metros por debajo de la superficie. Los verdaderos depredadores se diversifican de la línea de los Shriekers, así como de muchos órdenes terrestres, como el anterior, con picos cada vez más ganchudos y fuertes garras se vuelven progresivamente más especializados como cazadores aéreos de otras aves mientras que el último de depredadores cursoriales - si ahora solo de insectos. A lo largo de los hábitats del interior muchas especies, provistas de alimento ilimitado, comienzan a romper con la barrera del tamaño megafáunico en la carrera armamentística evolutiva para superar a sus depredadores en tamaño - una carrera que solo puede ir tan lejos. Algunos pájaros herbívoros ahora están acercándose por primera vez a tamaños de cientos de libras o incluso mayores. Esta primera megafauna son animales letárgicos, de reproducción lenta y de patas cortas, habiendo evolucionado sin necesidad de velocidad o defensa. Al ser tan grandes, tienen poca preocupación sobre las depredaciones de pequeños cazadores terrestres y por tanto no han tenido la obligación de evolucionar las largas patas y aguante de la mayoría de aves de tierra. Siendo mucho más grandes que cualquier depredador aéreo, no han precisado desarrollar comportamientos defensivos o contramedidas más allá de la grandeza. Hinchados, plácidos y honestamente bastante desmedidos, el reinado de esta segunda diversidad de pájaros no voladores - aunque no son las formas más tempranas, sino un borrador prematuro y garabateado deprisa, con poca probabilidad de llegar a la producción final - es, sin ninguna innovación evolutiva particular fuera del gigantismo, claramente no uno destinado a durar en un mundo rápidamente cambiante, pero es un plan que, por ahora, aún funciona.

Aunque el bambú en sus variadas formas ha venido a llenar los nichos ecológicos de los árboles de hojas anchas de la Tierra, las plantas florecientes están empezando a ponerse al día. Los tréboles crecen hasta tamaños de pequeños árboles en los bosques tropicales húmedos, mientras que las llanuras secas, insuficientes en precipitación para permitir el crecimiento de plantas más voluminosas son dominadas por bosques de maleza irregular de extrañas flores troncalizadas; dientes de león robustos comienzan a crecer considerablemente más altos que sus poblaciones ancestrales en respuesta a una escasez de competición, con rizomas leñosos una vez confinados a expandirse bajo la tierra ahora apareciendo por encima del terreno, algunas veces llevando su penacho terminal de hojas y flores a 150 centímetros sobre el suelo o más, escapando al hambre de la mayor parte de los animales más pequeños, mientras que simultáneamente se alzan por encima de las hierbas de la pradera, que son su mayor competición en ese momento. Un mundo sin coníferas también deja a los vivaces girasoles gigantes con flores de 90 centímetros de diámetro como la base del ecosistema forestal en las regiones templadas demasiado secas como para los bosques de bambú, aunque más húmedas que el matorral, bosques anuales que mueren contra la tierra con cada invierno, pero que se elevan con el calor de la primavera a alturas de quince metros para florecer y poner semillas, una enorme prima explotada por enormes bandadas de pinzones migratorios con números de varios miles de millones que viajan por los continentes de norte a sur, sincronizando sus recorridos para coincidir con la puesta de semillas de diferentes especies y en distintas zonas climáticas. Estos bosques de girasoles son particularmente propensos a incendiarse, puesto que se secan a finales de verano y se vuelven marrones, pero están idealmente adaptados para sobrevivir esto, con sistemas aislados de raíces bajo la tierra y la habilidad para crecer de vuelta a su altura completa en una sola estación, dejándolos mucho más estables que los bosques de coníferas, aunque también incluso menos diversos - muy poco sobrevive en estos durante todo el año, con la mayoría de las especies capaces de salvarse aquí solo por temporadas y partiendo por un mejor territorio durante el invierno cuando su alimento y refugio se acaba.

Correteando bajo el suelo, lombrices, grillos y, por supuesto, hormigas aún encuentran poca competición por los nichos fosoriales, con algunos siendo libres de crecer a tamaños relativamente enormes - las lombrices de 9 metros de largo no son infrecuentes en lo profundo de los subsuelos del norte, y tu típico grillo excavador de tal vez diez centímetros de longitud es ahora considerado bastante insignificante comparado con las formas de vida más grandes, los gigantes come raíces del tamaño de un conejo que vienen a pastar por la noche en las praderas del sur de Wahlteria, donde para suplir sus dietas incluso pueden dominar y consumir pájaros tan grandes como sí mismos mientras duermen en sus nidos al anochecer. Al momento en que los cordados lleguen a adoptar los mismos nichos, muchos encontraran que no hay mucho espacio, pues por primera vez en sus vidas, los invertebrados se encuentran con la ventaja sobre los vertebrados - un ave cantora simplemente no está destinada a excavar y requerirá de mucha modificación antes de que pueda competir verdaderamente; lo máximo que los canarios hacen en este tiempo es quizás anidar en las pequeñas depresiones de tierra arañadas con sus garras, y el cazador de insectos especializado más grande sigue siendo apenas más extenso que una gaviota, dejando a los bichos muy dominantes en al menos un bioma por quizás muchos milenios más.

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1. Recuérdese que la primera fue rápidamente seleccionada en contra durante la temprana y violenta, aunque fugaz, era de las hormigas de Serina.