Tierra

La breve época de dominio de los insectos empieza a declinar a medida que una variedad creciente de pájaros comienzan a reemplazarlos.

Cinco millones de años después de que las primeras aves canarias fueron liberadas en una tierra de interminable pradera y pastizal, el mundo de Serina ya ha sufrido varias transformaciones mayores. Pasó poco tiempo para que los céspedes de los prados que inicialmente cubrían al globo fueran obligados a retroceder por su pariente lejano, el bambú de madera dura, dado que se extendió velozmente y daban sombra a la tierra de un mundo que no les ofrecía ninguna competición. Entre las plantas que más rápido crecen de todas, se propagaron y llenaron una tierra a un ritmo fenomenal, que de lo contrario, no tendría árboles, ahora desarrollándose en espesuras densas y frecuentemente monorecortadas de polo a polo, donde lo permita la suficiente humedad del suelo, dejando pastizales expansivos únicamente donde la precipitación es demasiado mínima para la vegetación de la arbolada de bambú. El dominio de la hormiga cortadora de hojas, innumerables miles de millones de estos insectos aún se escabullen en muchedumbres por el bosque, acumulando hojas y brotes a una velocidad solo sobrepasada por la del increíble crecimiento del pasto que ingieren, con los brotes creciendo desde amplios rizomas a una velocidad de hasta un metro por día. Bajo tierra, las colonias de los bichos ahora se extienden por cientos de kilómetros en todas las direcciones subterráneas. Se empiezan a formar superhormigueros, combinando sus esfuerzos para producir las colonias individuales más gigantes jamás documentadas de cualquier insecto, con poblaciones probablemente alcanzando los trillones, todas y cada una de las cuales es miembro de un singular hormiguero cohesivo que provee comida para una serie de jardines fúngicos subterráneos que podrían extenderse 30 metros debajo del suelo. Sin topos o roedores, los hábitats soterraños son en cambio el hogar de lombrices gigantes, grillos y milpiés, aunque un ecosistema, es deficiente en depredadores y en cambio experimenta la rotación de nutrientes a través de las acciones de miles de millones de escarabajos enterradores, que tras la extinción de la hormiga imperial, están provistos con una fuente de alimento infinita y mayormente no explotada, en la forma de pájaros muertos, resultando ahora en su propio boom poblacional. Al trabajar para convertir todos los cadáveres que descubren bajo la tierra, no solo otorgan comida para sus crías, sino que mantienen la superficie del ambiente limpia y libre de enfermedades, mientras que también regresan los nutrientes necesarios al suelo, donde alimentarán a un sin número de insectos y microorganismos antes de que un día retornen a las plantas mismas.

Un mundo hasta ahora dominado por los insectos está lentamente siendo conquistado por los vertebrados, en tanto que los pájaros - igualmente libres de las depredaciones de las hormigas imperiales - empiezan a diversificarse a su mayor velocidad hasta ahora. La era de la hormiga cortadora de hojas está lejos de terminar, pero ahora los insectos ya no son los únicos gobernantes de su nicho, a medida que varias formas, no solamente aves, sino también otros invertebrados, comienzan a competir, cazar o de otra forma aprovecharse de las hormigas podadoras. Cinco millones de años PF, los verdaderos primeros canarios herbívoros, que se alimentan predominantemente de materia vegetal frondosa en favor de semillas o alimento insectil, han iniciado a divergir. Muchas formas únicas han simultáneamente perdido el poder de vuelo o al menos lo han reducido, y han comenzado a desarrollar un poderoso pico cada vez más grande para romper el grueso follaje, junto con un amplio intestino para digerirlo y aprovecharlo. Por otro corto tiempo, el mundo está en gran parte exento de depredadores, y las bandadas de pájaros cada vez más rechonchos, de vuelo pobre y no voladores, son libres de expandirse a lo largo y ancho. De ancestros gordos y similares a palomas, de hace dos millones de años, ya han emergido formas tan grandes como pollos, pavos e incluso gansos, un exponencial incremento en tamaño permitido por la carencia total de la selección predatoria o la competición de recursos. Las alas y, a menudo, incluso las piernas de estas aves, han crecido peculiarmente en conjunto con sus inmensos cuerpos, y son lentos, torpes animales, que anidan en la tierra y a la intemperie, teniendo pocas o ninguna defensa - aún no necesitaban preocuparse de los depredadores. Frente a esta primera ola importante de diversidad aviar, el imperio de las hormigas cortadoras de hojas empieza a menguar en los cinturones templados tanto del norte como del sur, en tanto que las hormigas son lentamente empujadas de vuelta a sus antiguos climas tropicales, incapaces de competir durante los fríos inviernos contra las hordas crecientes de pájaros herbívoros que se pueden mantener activos durante todo el año, y siendo devastadas en el curso de su hibernación temporal por bandadas igualmente grandes de insectívoros paulatinamente más especializados.

Cinco millones de años han sido suficiente tiempo para que muchos linajes independientes de granívoros ancestrales hayan adoptado casi por completo una dieta de bichos y artrópodos, y rápidamente convergiendo con las currucas, los tordos y los reyezuelos de su mundo atávico. Entre las más derivadas de dichas formas están los Serín Corredores de escaso vuelo, que actualmente están dentro de los pájaros más comunes de todos los de alimentación terrestre. Con sus largos picos penetrantes y prolongadas piernas robustas, algunos de estos paseriformes, vagamente parecidos a los frailecitos, ya han abandonado en gran parte el vuelo - una de las primeras líneas carnívoras en hacerlo - y han adoptado un hábito de tierra, ciertos corriendo por la maleza de los bosques de bambú y otros escurriéndose a través de las arenosas sabanas y en medio de las dispersas hierbas del prado, con algunas pocas formas, como el buceador de estanque carirrojo, incluso empezando a alimentarse desde el agua en los entornos fluviales. Todos están en búsqueda de los insectos y otros invertebrados de los que ahora se alimentan casi exclusivamente, aunque el buzo podría ya haber incluido peces en su variada dieta. Con otros favoreciendo a las hormigas, otros caracoles y los demás aún a grillos o escarabajos, esta oleada más temprana de depredadores terrestres muestra gran potencial para la supervivencia a largo plazo, pues los suministros de comida aún infinita alimentan un increíble ritmo de evolución, mientras un mundo antinaturalmente estéril continúa llenando sus propios vacíos.

El carnivorismo también está comenzando en los cielos, ya que los ancestrales canarios oófagos han dado alza a formas más y más intrépidas y oportunistas, los Shriekers (Chilladores, véase Llanuras Aluviales). Aves relativamente grandes, estas especies bulliciosas y sociales han llevado su tendencia de alimentarse de huevos mucho más allá de la eclosión y se han vuelto particularmente adecuadas para el asesinato e ingesta de polluelos, pichones e incluso débiles pájaros adultos, usando sus picos cada vez más filosos, a veces ganchudos. Los arrendajos del mundo canario, aunque permanecen altamente generalistas - aún consumiendo una cierta cantidad de alimento verde, semillas e insectos - ya están empezando a mostrar crecientes adaptaciones de tanto forma como hábito hacia un ideal predatorio. Los pájaros forestales ya no pueden dejar sus nidos desatendidos sin preocuparse, pues los shriekers, habiendo estado mirando desde la distancia, pueden ahora descender inmediatamente para lacerar a sus crías, un miembro de la pareja distrayendo a la hembra y el otro yendo a matar a los polluelos.

Entre las primeras mutaciones que se desarrollaron en la población de aves de Serina fue una asombrosa diversidad en color, evolucionada por la falta de preocupación carnívora, pero en tiempos recientes los nacientes temores predatorios significan que muchos pájaros pequeños ahora presentan una selección mayor para el camuflaje, particularmente de hembras en el nido. Así mismo, reaparecen los antiguamente relajados instintos atrofiados de cuidado parental, perdidos durante los muchos eones de seguridad, en todas las especies de aves pequeñas; mientras que el tamaño de los grandes pájaros terrestres, por ahora, deja a sus retoños, de otro modo indefensos, sin ser molestados por los primeros depredadores pequeños pero especializados de Serina.

Encima: Una especie recientemente evolucionada de poecílidos de agua abierta, que descendió de los colas de espada; es un depredador de nado rápido en mar abierto, que ya ha desarrollado una cola en forma de medialuna y un cuerpo sumamente aerodinámico y similar a un torpedo, como adaptación para la máxima hidrodinámica. Nada justo por debajo de la superficie, donde los niveles de oxígeno permanecen habitables incluso durante los frecuentes eventos de anoxia de esta época, y se alimenta de cardúmenes de peces. Conocido como el cola de quilla esmeralda, este es uno de los primeros depredadores pelágicos en evolucionar dentro de los océanos de Serina. Su forma corporal perfectamente ágil ha sido moldeada por la evolución para permitir un movimiento muy veloz, y con un tamaño promedio de 63 centímetros de largo, el cola de quilla es significativamente más grande que sus ancestros de la Tierra. No obstante, su fisiología y anatomía interna esta aún sin mucha alteración - la única diferencia importante entre el cola de quilla y el cola de espada es una concentración mucho mayor de mioglobina dentro de sus músculos. Esto le otorga más resistencia y le permite al cola de quilla permanecer en movimiento y sin descanso durante toda su vida, lo que es vital en mar abierto, donde la comida escasea.

Ilustración por Preradkor.



Mar

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Aunque los hábitats fluviales ahora rebosan con vida, los mares de Serina se han retrasado en desarrollar estabilidad ecológica, en comparación con la tierra.

Los mares de Serina, de una provisión modesta inicial, rápidamente se enriquecieron con vida. Miles de millones de peces pronto se agruparon y congregaron en sus aguas, como una cadena alimenticia empezando a conformarse fervorosamente, en tanto que cazadores especializados y progresivamente más grandes, principalmente en la forma de colas de espada, persiguieron de modo inconmensurable a los inmensos bancos de vivíparos oceánicos más pequeños, alimentados por cuantiosas algas planctónicas y copépodos. Bosques de quelpo y algas colonizan todas las costas soleadas, alimentando a los cardúmenes de fitófagos místicos de hermosos colores, - babosas marinas - que pueden crecer tan grandes como un perro - e inmensos caracoles marítimos con conchas de más de metro y medio de largo (un último remanente de un breve tiempo de dominación del molusco hace mucho terminado en tierra) tomando los nichos de las vacas marinas en las antiguas aguas de Serina. De todos los surtidos más tempranos de agua dulce de Serina - los tres vivíparos, los cangrejos de río, los camarones y los caracoles - solo el pez platy, una criatura que había triunfado mucho más en los nichos de los ciprinos fluviales, no se ha infiltrado con éxito en los entornos marinos por este tiempo, aunque los retazos de los genes resultantes de la pronta hibridación de los cola de espada probablemente aún permanezcan dentro de los genomas del nuevo superdepredador del mar.

Desde los ambientes costeros iluminados por el sol, el mar Serino habitualmente luce completamente prístino, con bellos peces, caracoles marítimos grandiosamente coloridos y grandes cangrejos brillantes abundando en las aguas claras. Sin embargo, a medida que uno se mueva varios kilómetros hacia el mar, los océanos de los 5 millones de años PF se han convertido poco a poco en una bomba de tiempo haciendo tictac lentamente. La era de paz desmedida de los milenios anteriores se ha marchado. Como consecuencia de que ningún organismo significativo se desplace a través de los diferentes niveles de agua como ocurre en la Tierra, distribuyendo nutrientes y oxígeno, y con casi toda la vida existiendo dentro de los 30 metros de la superficie, las zonas bentónicas de Serina se han estancado y vuelto anóxicas. Los florecimientos de bacterias anaeróbicas las cuales, cuando mueren, liberan sustancias sumamente tóxicas en el agua, ahora ocurren regularmente, provocando extinciones a gran escala de la vida marina, la cual, por su parte, suelta suficientes nutrientes para producir mareas rojas aún más grandes - brotes de alga venenosa - que pueden ser llevados por corrientes de miles de kilómetros, ocasionando daño a toda la vida con la que se cruzan. Los océanos abiertos de Serina están en constante fluctuación y las formas de vida se esfuerzan por establecerse, pues grandes andanas de agua son limpiadas periódicamente de casi toda vida avanzada, a menudo volviéndose jardines de apareamiento para auges poblacionales pasajeros de medusas y poco más. Aunque los altamente adaptables peces vivíparos de rápida procreación, junto con los copépodos, están entre las criaturas más adecuadas para recuperarse tras tal calamidad, su propia habilidad de reproducción veloz se convierte en su ruina. Las formas más pequeñas, capaces de sobrevivir a estas difíciles condiciones periódicas, se fueron al inicio de cada extinción sin los depredadores menos robustos hasta que estos puedan migrar de vuelta desde las regiones no afectadas, experimentando entonces enormes incrementos en su población hasta que gasten todos sus suministros alimenticios e inicie una nueva extinción y el ciclo empiece nuevamente.

La vida en los océanos abiertos es, por consiguiente, una vertiginosa carrera para todas las criaturas, no solo unas contra otras, sino contra el tiempo, para reproducirse y extenderse antes de que el colapso ecológico ocurra de nuevo, esperando que algunos de tus descendientes hayan logrado migrar lo suficientemente lejos para evitarlo esta vez. Incluso en el mejor de los tiempos, la mayor parte de los océanos de Serina están, en este momento, únicamente habitados en los primeros 30 metros, con aguas más profundas presentando una carencia mortal de oxígeno, y con la mayoría de organismos concentrados dentro de los primeros 6 a 15 metros de profundidad en la superficie, donde los nutrientes están muy disponibles. Los depredadores marinos se han adaptado a un hábito sumamente migratorio, moviéndose cientos de kilómetros por océanos enteros para evadir floraciones de alga tóxica y hallar compartimentos amplios de presa fuertemente aglutinada, mientras una extraña disparidad se extiende entre el depredador y la presa, con la primera volviéndose más pequeña, resistente y capaz de sobrevivir periodos de poco oxígeno, y los depredadores creciendo cada vez más grandes y móviles con el fin de encontrarla cuando los tiempos sean buenos y escapar de las condiciones tóxicas cuando sean malos.

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En el interior, los ríos y lagos, considerablemente aislados de la catástrofe marítima, abundan de vida y estabilidad ecológica muy por delante del mar abierto. Una variedad de hierbas acuáticas, algas, tréboles y elodea alimentan y dan cubertura para un sin número de pequeños peces, crustáceos y gasterópodos. En la ausencia de competición, el cangrejo partenogénico ha redesarrollado un género masculino y subsecuentemente comenzado a difundirse y diversificarse en pos de un periodo inicial de declive debido a los efectos dañinos del trinquete de Muller. Sin competición, los descendientes de estas pequeñas langostas se convierten en los primeros herbívoros importantes, así como carroñeros de lagos y ríos, ahora alcanzando pesos de 18 kilogramos o más y longitudes de 1,2 metros; unos de los artrópodos más grandes. Comparten este nicho en muchas regiones con el Gran Caracol Azul de Lago de 2 kilogramos, uno de los gasterópodos más pesados de todos (por peso corporal), es un enorme caracol que pasta de las andanas de vegetación de agua dulce como una verdadera podadora. Los depredadores activos de río más grandes de esta era son los peces, más no exclusivamente los colas de espada como ocurre en el mar. En agua dulce, el humilde guppy ha producido sus propios cazadores singulares en los Peces Grup, un clado diverso y rápidamente especiándose de poecílidos similares a cíclidos, notorios por sus grandes mandíbulas extensibles y un plan corporal musculoso y rechoncho como el de un róbalo o pez mero. A diferencia de los aerodinámicos colas de espada predatorios de nado rápido, los Peces Grup son habitualmente cazadores de emboscada, asechando y arremetiendo contra presa pequeña, la cual es inhalada y tragada entera. Variando en tamaño desde 5 centímetros hasta más de 1,27 metros, ya son uno de los clados más ecológicamente diversos a pesar de su limitación actual al agua dulce.