Nuestras instituciones nacieron como una alianza.
Desde sus inicios pusieron a las personas en el centro de toda su actividad.
La tecnología y su uso para la comunicación, el acompañamiento y la educación está en nuestro ADN misional.
La innovación pedagógica y la fidelidad creativa a la herencia recibida nos dota de una identidad y un modo de hacer específico.
Nacimos en el entorno del Espíritu que marcó a la Iglesia de un concilio innovador. La mística es necesaria, la espiritualidad del discernimiento es una herramienta valiosa, pero necesita buscar los lenguajes y modos de cada momento.
Las crisis se superan con muchísimo trabajo (sacrificios personales) y cuando contamos con una misión clara, un equipo que lidera cohesionado y una alianza social en torno a su misión.