El rol del presidente o de la presidenta en una comunidad de propietarios es muy importante, ya que se encarga de representar y gestionar los intereses comunes de los vecinos. Algunas de las funciones que debe desempeñar son:
Convocar y presidir las juntas de propietarios, donde se debaten y aprueban los asuntos relacionados con la comunidad, como el presupuesto, las obras, los servicios, etc.
Representar a la comunidad ante terceros, como proveedores, administraciones públicas, tribunales, etc.
Velar por el cumplimiento de las normas y reglamentos de la comunidad, así como de los acuerdos adoptados en las juntas.
Requerir el cese de las actividades molestas o prohibidas que realicen algunos vecinos, como ruidos, basura, fumar, etc.
Contratar y supervisar los servicios de mantenimiento, limpieza, seguridad, etc. que necesite la comunidad.
Cerrar el acta de las juntas de propietarios, con su firma y la del administrador, en el plazo de 10 días naturales desde la reunión.
Para gestionar estas funciones, el presidente o la presidenta puede contar con la ayuda de un administrador o una administradora de fincas, que es un profesional que se ocupa de la gestión y administración de las propiedades inmobiliarias. El administrador o la administradora puede asesorar al presidente o a la presidenta sobre las cuestiones legales, fiscales y técnicas que afecten a la comunidad, así como realizar las tareas administrativas, contables y financieras que se le encomienden. El administrador o la administradora también puede asistir a las juntas de propietarios, redactar las actas y hacer cumplir los acuerdos.
Sin embargo, el presidente o la presidenta sigue siendo el responsable legal de la comunidad y el representante de los propietarios, por lo que debe supervisar la labor del administrador o de la administradora y mantener una comunicación fluida con él o ella. El presidente o la presidenta también debe informar a los vecinos de las gestiones realizadas por el administrador o la administradora y de los resultados obtenidos.