Ficciones desde la incertidumbre

2da Edición - 2020

LO COTIDIANO SE VUELVE MÁGICO - 

Horacio Cárdenas - Maestro de escuela - Mataderos, CABA. -Noviembre 2020

Cinco piedras olvidadas

a la vera del camino

nada saben del destino

que señalan las miradas.

Un obrero las amasa

en el trompo de hormigón:

son las fibras del mojón

y las vigas de la casa.

Una niña las convierte

en cometas de payana,

malabares de avellana

que se burlan de la suerte.

Hechicera que a la luna

las ofrece en pentagrama,

como purga de su drama

conjurando la fortuna.

Accidentes del paisaje,

esperando en su secreto

son recurso o amuleto,

son juguete para el viaje.

Una seño las coloca

sobre el paño de la mesa,

en un aula que se expresa

con los ojos y la boca.

Ordinaria roca dura

conversada en colectivo

funda el acto creativo

que consagra la cultura.

Con su voz entreverada

estudiantes de colores

arrinconan los dolores

extrañando la mirada.

Ese día por la escuela

las piedritas se trastocan

en carozos que convocan

un camino de rayuela.

De la tierra al firmamento,

del mirar a la palabra,

un sendero que se labra

del sentir al pensamiento.


Era cosa tan sencilla:

esas rocas cotidianas

con palabras artesanas

se volvieron maravilla.

Instrucciones para reciclar el dolor 

Florencia Olea - Centenario - 2020

Será requisito indispensable

sentirse primeramente desahuciada

pues en este momento de pena

es necesaria la palabra.


Si advierte que de momento

no ha podido anticipar la carga,

no la piense, por favor no lo haga,

que la muerte es un ancla

disimuladamente liviana.


Procure estar en un espacio a solas,

aunque si es acompañada, también valdría.

Lo que pasa es que a estas manos

no le pertenece alguna compañía.


Supongo que también funciona,

tendrá que ver con la empatía,

pero le prometo que si sospecha amargura

la soledad es un camino de ida.


Ahora que el espacio es todo suyo

comience agitando una mano

como si fuera el viento acariciándole,

le prometo, no es en vano.


Prosiga cerrando los ojos,

el alma es vergonzosa,

y si se viera danzando a sí misma

pensaría ¡Qué delirio!


Permítase direccionar su cabeza

junto al brazo y al viento,

su cuerpo, cual si fuera río,

verá que sigue el caudaloso ritmo.


El pie, sincero,

levemente querrá despegarse del suelo.

Verá como el brazo,

el viento, los ojos, la cabeza

su resto del cuerpo y el río,

querrán también hacerlo,

con gran destreza, decididos.


Pero algo más pesado

aún más que la muerte

que simula ser liviana,

los detendrá por completo.

Será el alma avergonzada

al verse despojada sin respeto

de toda la desidia

que carga del mundo "perfecto".


¿Nunca se permitió usted bailar?

Es que nunca nadie nos dijo

que sin tapujos, el alma allí se desnuda.

Y no importa la edad, ni las arrugas,

ni los pechos fulgurosos, ni las piernas enemigas.


Cuando se encuentra un espacio,

y se cierran los ojos,

o se agita un brazo como viento,

o se mueve el cuerpo como río,

o se despega un pie,

como queriendo alcanzar,

aquello que parecemos perder,

entre tanta cotidianeidad.


Cuando eso pasa,

renace a destiempo, junto a la danza,

aquella explosión de sentimiento.

Dese tiempo,

que los prejuicios son más rotundos

que una simple danza.

Usted pensará: no alcanza,

yo le aseguro que sí,

que en ese momento todo parece flotar,

y el alma, en verdad liviana, comienza a sanar.

AL PASO DEL TIEMPO 

RAFAEL - Centenario - 2020 

Hombre de ayer, 

tus días son diferentes

como todos tus iguales

                         fueron y son el amanecer

                                                   campestre.

Nunca te canses,

el amanecer avanza

tus ligeras noches

se acaban –terminan –

tu alma como relámpago

                   a punto de estallar/

                                                   IRONÍA

Examinas la tijera,

             desgajas - fundes – arquea –justifica…

en favor de quién sos parte

el cordón mendigo

                                   -suelto-

de la vida, pequeña brasita 

                                              de quebracho

que reposa en esta noche

la serena luz chispeante de lucero.

Tus manos,

toman formas/

                           -sucias fornidas

 en el yunque las gotas,

                                   DIGNAS…

Te hace dueño,

y el castigo pagas.

Hoy el dolor – alegría

hermana en la razón y el sentir,

                     huelen la ilusión inconmensurable. 

Ayer el transe.

Mañana el imaginero eterno, 

Que tú – yo – todos anhelamos.

Vivir

 Sara Montt- Puerto Mont- 2020

Vivir es confundible con existir.

Existe una planta, una flor, un pez,

un momento, un día y un tiempo.

Yo también existía en una época,

me movía y me perdía

en otros espacios, de otros tiempos

y de otros mundos inventados para mí

en alguna imprenta.

Existí...

Y por breves momentos regalados,

generosamente, por mis duendes

fui feliz...

Pero mis manos no pudieron

contener ese agua

escurridiza.

Dolores añejos y manchones impregnados,

imborrables

y éste otoño que llegó sin miramientos

a preguntarme, qué había hecho,

además de existir.

Y yo...Petrificada,

ausente y vacía.

Miré mis manos, ya secas...

¿Qué vas a hacer?, preguntaste

y entonces comprendí.

Entendí que eso no era vivir

caminé hacia la puerta,

y me fui.


Te atraes a la que eras antes 

Jorge Benitez - Centenario - 2020

Querida niña de sonrisa tímida y ojos fuertes, silencia el televisor y toma mi atención por un segundo. La vida no es como la imaginas o como la ves en la televisión. Gente maravillosa se cruzará en el camino; otra, tristemente, nos dejará por decisión propia y alguna otra, incluso, en contra de su voluntad.

Con el correr del tiempo podrás sanar eso que tanto te hace llorar y que no nos gusta mostrar.

Pero no le temas al maldito tiempo y no dejes que el miedo te debilite y te prive de amar, abrazar y mandar a quien sea a la puta mierda en el momento justo.

Permite equivocarte y no razones tanto, besa demasiado y sin pensarlo, porque los  príncipes no siempre rescatan a las princesas de la torre y no siempre dan el primer beso.

Niña de mirada café, los domingos no se escucha el silencio en la casa. Los pasos de los niños se sienten correr por lugares que no sabíamos que existían, la mesa de dos se hace para siete, para diez, para trece… ya perdí la cuenta. Algunas cocinan, desparramando ese delicioso aroma que tanto conquista nuestros estómagos, mientras algunos otros te traen un mate acompañado de un buen tema de conversación. Así es la familia, que está cuando uno cae y se alegra cuando uno cumple su objetivo.

Querida niña, no te olvides de soñar. Nunca dejes de soñar, las pérdidas no siempre son pérdidas, muchas veces son ganancias, porque equivocarse 

es parte 

de la vida. 


De a poco abrí mis ojos y fui soltando la foto de esa niña tímida y fuerte de ojos color café.

El vibrar de las almas.

Gabriela Guerrero - Centenario - 2020

Parte I


Un día nos despertamos,

y el mundo había cambiado.

Sin embargo nada pudo cambiar,

las ganas de amarte,

de mimarte,

de sentir tu cuerpo desnudo junto al mío.

Nos abrumaron con el trabajo,

pero no pudieron tocar,

las puertas de nuestro paraíso sagrado.



Parte II


No te agobies en presiones

O sentimientos incómodos,

no crees fantasmas,

que persigan tus pensamientos

y  hostiguen tu paz, tu alegría,

dejá brillar tus ojos,

pongamos alas a nuestros cuerpos,

animémonos a viajar,

pongamos nuestro nido a volar

para disfrutar del candente y

exquisito sabor de hacernos el amor.

Que cuando nos fusionemos,

se eleven al universo nuestras almas unidas

en un bello ser de luz.

Vivamos el hoy sin límites,

sin días, sin reloj.

Hoy quiero escribir con vos

la más sublime y sagrada historia de amor.

Ficciones desde la incertidumbre

Laura Gómez; María Clara Lavallén Kenny; Sonia Lucero; Agustina Alen.

Corrían los primeros meses del año 2020 y la noticia de un virus que estaba matando a la población de un pueblo de China empezaba a parecerse a un relato lejano, de tierras exóticas. Nunca imaginamos que llegaría hasta acá y que seríamos protagonistas de esta distopía que se estaba escribiendo en el mundo, en nosotres y en nuestros cuerpos.

En marzo fue un hecho, y debimos resguardarnos necesariamente en nuestros hogares de un virus desconocido hasta el momento. El 20 de marzo el Presidente de la Nación estableció para todas las personas que habitaran en el país o se encontraran en él en forma temporaria, la medida de “aislamiento social, preventivo y obligatorio” a través del Decreto N°297/2020.

Con este panorama vino la suspensión de las clases en la presencialidad. Y les docentes nos encontramos frente a lo incierto. Por primera vez, marzo no significaba escuela. Parálisis, sensación de una continuidad de las vacaciones de verano. Redes sociales explotando, información de todo tipo. Infodemia. “No estamos de vacaciones”. “Quedate en casa”.

Mientras el CPE de Neuquén permanecía en un silencio que nos desesperaba, pensábamos “Algo tenemos que hacer”. Los grupos de WhatsApp de a poco comenzaban a activarse, luego del silencio de los meses de descanso. Y así fue que pensamos que, en medio de tanto sinsentido y de tanta sensación de fin del mundo, la ficción resultaba una puerta de salida del encierro obligado. Así surgió una propuesta de lectura y de escritura a partir de la novela de Agustina Bazterrica, “Cadáver exquisito”(2° Edición. Alfaguara. Premio Clarín Novela 2017) que de alguna manera anticipaba este mundo distópico que se nos presentaba como nuevo. Un virus letal y el cambio en el ritmo de vida eran el escenario en el que la ficción comenzaba a parecerse sospechosamente a la realidad. Con este marco como pretexto, decidimos compartir la propuesta con les estudiantes del Profesorado de Educación Secundaria en Lengua y Literatura, a través del aula general del Campus Virtual del IFD N° 9, en un foro publicado el 27 de abril. Los escritos resultaron sumamente conmovedores, escalofriantes, por momentos el humor fue el recurso para disipar lo incierto y así fue que comenzamos a establecer o, mejor dicho, a restablecer nuevamente el vínculo con nuestres estudiantes. 

La antropóloga Rita Segato, en un conversatorio virtual -hoy todos lo son- llevado a cabo en el marco del “Hay Festival” de Arequipa en noviembre de este año, dio dos consejos para sobrellevar la incertidumbre que vivimos: 1) aprender a escuchar al otro, a identificar qué dicen sus palabras y sus acciones; 2) establecer vínculos a través de las historias. Contar la propia y oír la del prójimo.

Mirando esta iniciativa a la luz del presente, luego de haber transitado un año escolar en la virtualidad, con sus complicaciones y sus ventajas, creemos que hemos logrado nuestra meta inicial que fue la de establecer vínculos a través de las historias, a través de la escucha y a través de la palabra como medio. Por eso es que en esta ocasión, deseamos compartir con ustedes la consigna y las producciones de alumnes y docentes que se animaron a jugar con eso que aún no estábamos pudiendo nombrar. Tal vez encuentran aquí, algún hilo de la trama que nos une del que puedan tirar y seguir tejiendo en otras redes.

Esperamos que disfruten este recorrido por estas ficciones desde la incertidumbre. 

PROPUESTA DE ESCRITURA:

La súbita aparición de un virus letal que ataca a los animales modifica de manera irreversible el mundo: desde las fieras hasta las mascotas deben ser sistemáticamente sacrificadas, y su carne ya no puede ser consumida. Los gobiernos enfrentan la situación con una decisión drástica: legalizando la cría, reproducción, matanza y procesamiento de carne humana. El canibalismo es ley y la sociedad ha quedado dividida en dos grupos: los que comen y los que son comidos.

La situación narrada en el párrafo anterior es el resumen de la novela distópica Cadáver exquisito de la escritora argentina Agustina Bazterrica, publicada por Alfaguara en diciembre de 2017, la que adjuntamos para invitarles a leerla para luego comentarla en otra entrada de este foro.

Te invitamos a pensar ¿qué pasaría si esta situación fuera real? ¿De qué lado de la humanidad estarías? ¿Qué personaje serías? Contanos tus ideas en un texto literario que puede ser un cuento, un microrrelato, una poesía o prosa poética.

¡Manos a la obra! Nos leemos…

 

(Propuesta de las docentes Sonia Lucero y Agustina Alen, abril de 2020).

Cuerpos emergentes que alimentan otros cuerpos

El precio de los alimentos no se correlaciona con el valor de los salarios, la inflación aumenta, la desocupación, mis tripas suenan, mi estómago está anestesiado de tanta hambre, acalambrado, no puedo pensar y ya me cortaron una pierna y una mano con el fin de alimentar a otras personas.

Hace unos meses, yo era repositor en un hipermercado “CHINO” en Neuquén, también tenía una familia, y me gustaba comer asados con amigos, compartía los encuentros de fin de semana, leía los diarios y las revistas y había empezado un curso de economía en la Universidad del Comahue.

Por la flexibilización laboral, y el sinnúmero de despidos que se vienen llevando a cabo hace varios meses, desde el comienzo del 2018, me quedé sin trabajo, dejé de pagar el alquiler y busqué otro empleo pero fue en vano. Las enfermedades aumentaron, la gripe y los virus atacaron también a animales y cosecha, los recursos empezaron a ser insuficientes para toda la población. Los alimentos no alcanzan y se comienza a practicar el canibalismo.

Siento que me expulsaron de la sociedad, ¿por qué yo tengo que ser devorado? Me escondí en la ciudad entre la basura, ya nadie me encuentra, las chatarras electrónicas me sirven como protectores, así es mi nuevo hogar, bajo un cartón y tapado con un diario me mimetizo con el asfalto gris de la ciudad.

Un día vino un periodista y me preguntó: ¿Qué hace usted ahí?, ¿no le tiene miedo a enfermar? Le contesto que sí, pero que no tengo otra opción que esconderme de la vergüenza, la humillación de ser devorado, por el momento no tengo opción, ni ayuda alguna. Me miró despectivo y buscó en su bolsillo un billete de 100 pesos y me lo dio.

Quería ir a buscar a mis hijos a la escuela uno tiene 14 y otro 16, pero no quise avergonzarlos con mi aspecto de ciruja catalogado de comible, por ser negro y pobre.

Tampoco sé si mis ex compañeros del supermercado tuvieron mejor suerte, no sé si están trabajando, creo que les recortaron el salario, y luego fueron puestos a la venta, el gremio no hizo el reclamo correspondiente con la dureza que amerita y hoy los valores de las cosas siguen aumentando, también la discriminación y la ley del canibalismo está más presente que nunca. El Estado la aplicó hace unos meses y las empresas privadas acataron órdenes. Existe un gran monopolio que manipula la mente de consumidores y consumidos.

Ya no alcanzaba antes con un trabajo para comer, pagar el alquiler o comprar medicación, menos ahora. Somos invisibles en este sistema capitalista o ¿somos sus esclavos? Poco a poco me voy desvaneciendo y muero en vida mientras me siguen por la calle el comité de emergencia para comer alguna parte de mi cuerpo o encerrarme en la jaula de los humanos descartables. Sin embargo, pese a toda esta locura, realicé el esfuerzo de ver otra opción y salir a flote con otras personas que estaban en igual condición o peor que yo y que buscan un poco de igualdad y respeto. Algunos consumidores, familias enteras, enfermaban gravemente, sus hijos reclaman justicia, escribimos este relato para brindar testimonio, ayudar a otras víctimas del sistema de consumismo capitalista, la cosificación de personas y ahora esta cruel idea del canibalismo.

 

Compartir,  conciencia social y valor humano, cada uno pone su granito y sabiduría: inmigrantes, pueblos originarios, mujeres, hombres, trans, lesbianas, jóvenes, pobres, intelectuales, desocupados, científicos, trabajadores, testigos de Jehová, son algunos. Buscamos aprender cada día algo nuevo, y no ser un número manipulado del sistema económico. Entre la necesidad y el deseo permanente y cotidiano de escribir y leer, practicamos defender nuestros derechos, dice una científica del grupo. Estamos en esta etapa de deconstrucción, que según la historia es posible cuando la conciencia colectiva lucha por los derechos sociales y la descolonización. Leí una vez el estudio crítico de: Nueva historia Argentina. Política vol. 4 1810-1852 “Primeras economías regionales” Marta Bonando 1852- 1880.  En las clases de economía general con el profesor Leonardo Bla.

Mientras, subsistimos en colaboración y colectivamente, sin dejar de luchar por hacer escuchar nuestras voces que reclaman la igualdad de derechos. 

(Firma: Gala Peri) 

Pacto de amor

Cuando el gobierno decretó el canibalismo, algunos de sus conocidos optaron por suicidarse o dejarse morir de hambre. Ana sabía que tarde o temprano le llegaría el turno. Por suerte, pertenecía a esa casta de privilegiados que no serían destinados al engorde, aunque ella no se sentía muy cómoda de "ese lado". Nunca le había gustado hacer alarde de su apellido, pero esa noche, en la que  los oficiales los detuvieron, dijo en un grito ahogado:

- Soy Ana Sotomayor, mi abuelo es casi el dueño de este pueblo, si me tocan...

- ¡Ya no hay apellidos ilustres, señorita! -la interrumpió agriamente el policía- pero, bueno..., ¡vaya!  ¡corra!  ¡rápido! antes de que me arrepienta...

Por el rabillo del ojo, Ana pudo ver cómo sus amigos subían al camión torpemente, asimilando de un golpe su destino irreversible. Esa imagen la acompañaría durante varias noches de insomnio y estaría presente en todas sus pesadillas. ¿No pudo hacer nada? ¿fue cobarde? ¿egoísta? ¿o solo se dejó llevar por el instinto de supervivencia?

En su departamento, Mimi la espera impaciente. Apenas escucha el ruido de la llave al girar en la cerradura, comienza a dar saltitos de alegría. 

-Hola, mi vida, se me hizo tarde hoy- dice Ana a modo de excusa.

Unos ojos negros le devuelven ternura en la mirada y no esperan nada. Se conforman con su presencia.

-Perdón por amordazarte, Mimi, pero si nos descubren...  ¿Te preparo algo de comer? 

Ya le quedan pocas latas. Ana sabe que en pocos días se quedará sin provisiones. Le convendría comer día por medio, pero abre una lata y sirve dos platos. Hace todo como una autómata, piensa en el tipo que hoy la seguía (bah, quizás eran solo ideas suyas). Lentamente le saca la mordaza a Mimi y no puede pasar por alto la grotesca cicatriz que el animal tiene en su garganta. 

-¿Sabés que lo hice por vos, verdad?- dice mientras la acaricia.

Un sonido gutural le responde como sellando el pacto y dando por terminado el asunto.

 

(Firma: Araceli Enrique)

Apagué la tele. Miré a Luna y a Greta. Ellas no sospechaban en absoluto lo que sucedería. Corrían con la ventaja de no poder entender aún. O tal vez era una desventaja.

Prendí el horno. Me dispuse a hacer el mejor pastel de papas que había comido alguna vez. Ya podía saborear el sabor de la nuez moscada del puré y la suavidad de la carne tierna y jugosa que lo acompañaría.

Hacía días que la angustia no me dejaba comer. Parecía ser que el decreto presidencial había desatado toda el hambre que había acumulado en los días de la prohibición.

El ritual de la cocina se había puesto en marcha. Pelé las papas. Las lavé bien para retirarles la tierra.

Puse un puñado de sal al agua que esperaba por ellas. Una a una las corté en cubitos pequeños. Fui poniendo en la olla cada pedacito tierno y jugoso. Si bien eran nuevitas, necesitaba tiernizarlas primero, tal como lo había hecho el cocinero de la tele.

Cuando las papas estuvieron listas, armé un puré cremoso y sobre él puse la carne tan cuidadosamente cocinada y condimentada.

Metí al horno el pastel de papas.

Mientras se cocinaba, limpié el enchastre que había quedado en la mesada y tiré al tacho la ropita de las gemelas, Luna y Greta. En 10 minutos llegarían mis patrones, sus padres.

El almuerzo estaba listo.


(Firma: Sonia Lucero)

INCERTIDUMBRE  ENCEGUECEDORA

"En la penumbra desgastada,

mi cuerpo va cayendo en una tempestad apresurada..

El hambre y la sed se apoderan de mi ser

y atacan con todo su esplendor mi conciencia limitada..

He querido entre las sombras y sus bordes majestuosos,

liberarme de mi mente y de mis monstruos más ambiciosos..

Morir o vivir, dos palabras que no quedan separadas,

van entrelazadas como las fieras por la hambruna desmesurada..

Sólo quedará sobrevivir en este oscuro calvario de tanta miseria desencajada".

 

(Firma: Cecilia Mansilla)

Capítulo 20 

Jazmín ya no será Jazmín,  tendrá que faenarla y acomodar los mejores cortes en el freezer que es pequeño. A Cecilia le gusta mucho el matambre al limón, piensa. Separa ese corte y lo deja a mano. Casi perdió la cuenta del tiempo que pasó cortando ese cuerpo suave y jugoso. Debía ser preciso, la carne con el calor se pudre rápido. Si bien se había dicho a sí mismo que ya no comería carne especial, el momento ameritaba festejo. Al fin tenía a su hijo. Al fin Cecilia había vuelto y volverían a ser una familia. Una sonrisa se dibujó en su cara. En su cabeza todas las piezas se iban acomodando. La piedra en su pecho se volvió arena, se desvaneció. Se sintió tranquilo. Cerró el galpón y entró a la casa.

Cecilia seguía con su hijo en brazos. Marcos dejó el matambre en la mesada y entró a bañarse, estaba cubierto de sangre. Mientras se cambiaba en su cuarto, le llegó el olor de la carne. Su apetito creció y  se dio cuenta del hambre que antes había ignorado. Jazmín ya no existía.

Entró al comedor y la mesa estaba servida. "Comamos", le dijo Cecilia con una sonrisa. Cuando observó el plato, allí estaban, unas pequeñas piernitas junto a la ensalada.

 

(Firma: Marcela Lara)

El plato principal  

          "La carne podrida sabe mejor que la vergüenza" solía decir mi papá, mientras poníamos la mesa. Al principio resulta extraño abrir el freezer y encontrar a tu par despellejado, pero son tiempos difíciles los que corren, no quiero morirme aún. Siempre fuimos tres: mamá, papá y yo. Pero desde hace días siento que casi no existo.

             Son las once en punto de la mañana del domingo y hace ya tiempo decretaron la matanza y el procesamiento de carne humana. Lo que no se pensó en aquel entonces es que, cual caníbales, nos íbamos a ver inmersos en una escasez irremediable. Sin embargo, como estudiante avanzado de Nutrición, me declaré prontamente en contra de esta medida, pero se vuelve difícil pensar después de tantos días sin almorzar, ni cenar. 

              No pude con mi genio y esta mañana desenvainé el cuchillo de la cocina. También se vuelve difícil pensar cuando, cocinando, el aroma te trae recuerdos de tu niñez. El olor insoportable de la carne humana siendo tostada, prontamente se convierte en música para oídos cargados de un silencio inmundo.

              "Le dije a tu papá que no pasara tanto tiempo fuera de casa", dice mamá mientras le sirvo el plato principal. "La carne podrida sabe mejor que la vergüenza", le digo.

 (Firma: Florencia Olea) 

Desperté cuando no debía hacerlo. Contar lo que sucedió en aquel tiempo es difícil porque yo estaba del otro lado, donde un humano no es más que un animal.

  Resulta difícil recordar aquel momento porque la sangre brotaba entre las piedras y nada la detenía. Aquel día solo había un destino para algunos “morir”. No fuimos educados, no crecimos con padres, no conocimos el mundo, solo encierro.

  Ni hablar de un nombre, solo éramos un número, un número que todos los días se devoraba  un alimento que nunca supimos de dónde provenía, que solo nos engordaba. Pero no todos podíamos consumirlo porque ese alimento nos hacía vomitar y resistimos comiendo sobras de carne que caían de las rejillas, por donde caía la sangre que nunca imaginamos que era y que nunca se detenía…

  En aquel momento, el sujeto que nos cuidaba nos tocaba con una picana para separarnos de los demás que iban a salir de ahí. Por alguna razón nos aferramos a un sentimiento que ninguno conocía pero provocaba que nos defendiéramos de aquel sujeto. En vano, porque de todas maneras había que dejarlo porque aquella picana llegaba hasta el corazón y nos hacía retroceder con dolor.

(Firma: Juan Aguilera)

La gran cena

 

Show …

para dominar

tu mente.

Latinoamérica tan

dulce como la caña de azúcar,

fue y es una presa ideal. 

En pedazos de carne a la venta

las partes humanas, la codicia quiere

estrangular, despojar, abandonar y después ya no mirar atrás.

 

Una multitud que grita asfixiada.

Mutilados afectos, estómagos revueltos

se miran desconsolados

sin poder preguntar,

qué hice yo en este costoso lapidar.

Latinoamérica, ensayos de necedad serán develados

en tu largo viajar.

Nuestras armas siempre serán valores para no desterrar.

Estudiar, pensar, cosas simples para no olvidar.

 

(Firma: Gala Peri)

Exquisito Cadáver

 

¿Curiosidad? Como pasar de un sentimiento natural que siempre está con nosotros, a sentir repulsión, negación, confusión...

De un momento a otro un virus infecta a todos los animales y este se transmite al ser humano. La única opción es eliminar, sacrificar cuanto animal existe. Se declara una extinción en masa.

El hombre justifica sus ansias de poder, de control; su esencia animal mediante una ley que avala el Canibalismo.

 ¿Locura? Horror, decadencia, miseria humana, de esto se alimentan con cada bocado que engullen y llevan hacia sus estómagos. 

 Así dicen, sobreviviremos, llevaremos un control de la sobrepoblación, encontraremos un equilibrio entre las desigualdades. Nada más lejos, solo se refleja no a un humano, sino a un animal domesticado.

 

(Firma: Rosa Eliana Mansilla Arteaga)

“La última cena”

 

Vuelves del  viaje en el que despejas tu cabeza por completo,

en el que tus sueños son capaces de vivir en tu mente.

De pronto,

abres los ojos y

el sol se escondió detrás de una nube negra.

El miedo se apoderó de todos

La noche se tomó el día,

se hizo dueña del sentir de la gente.

El atardecer se hizo cómplice de cada uno,

la soledad  te acompaña en la calle y

 nadie más que ella es tu seguridad de seguir con tu vida,

todos son sospechosos de todos tus miedos.

Sus ojos dicen que esto acabará,

pero nadie lo dice con calma,

ni con eficacia,

sientes que la noche no acaba y

crees que es una película de terror sin final.

Los cumpleaños se festejan solos,

los días pasan sin saber las fechas.

Fueron veinte  noches

las que estuve sin dormir.

Hoy es mi turno de calmar el sonido de tu hambre.

Hoy toca despedirnos

y dejo que me tomes esta vez.

Arrastra,

rompe,

arranca,

muerde

 y  come.

Una que otra lágrima te regalo

pero no me hagas llorar.

No quiero llorar.

No me hagas llorar.

No quiero verte mal.

Hoy toca despedirnos

Y decirnos

 

Adiós.

 (Firma: Jorge Benitez)

Famélica

Se llevó súbitamente las manos a la cabeza, “otra vez las voces” pensó, me hablan, me atormentan, roen mi cabeza hasta el hartazgo ¿cómo detenerlas? El olor a humedad y putrefacción lo marearon, las náuseas lo invadieron pero era inútil el vómito, su estómago estaba vacío… nuevamente. En su memoria ya no existía el tiempo, la línea que marcó la ley fue haciéndose cada vez más delgada, tanto que se reflejaba en su propia figura. Su instinto lo obligaba a sobrevivir, de su estómago salían ruidos estremecedores, no eran voces, eran sus tripas exigiendo devorar… otro de sus dedos.

(Firma: Gabriela Santos)