En particular en este espacio presentamos algunas experiencias vinculadas a la memoria, la historia, las historias de las comunidades, las familias, las escuelas, como un eje desde el que proponer el dialogo y la interacción.

Nos interesa abordar la riqueza y diversidad cultural de los pueblos originarios, y sus objetos recuperados por la arqueología, la antropología y puestos a disposición en muestras o museos. Esa diversidad que se hace evidente en una mirada diacrónica, -a lo largo del tiempo- hace posible reflexionar sobre la diversidad que puede enriquecernos sincrónicamente -en el momento que compartimos la vida.

Proponemos recuperar la potencia de los objetos que portan historias, que permiten narrarlas y compartirlas o inventarlas.  El brasero de la bisabuela, los libros de la tía, la taba del nono, la manta tejida por maños anónimas que aun nos cobija en las noches de invierno o la campana que aun convoca al recreo en la escuela, portan historias y sentidos que se hacen presente y nos alojan como un eslabón mas de un linaje en una comunidad.

Encontrar en los objetos, los sentidos y las historias de nuestros antepasados, o la propia trayectoria vital, son formas diversas de producir encuentros, diálogos y posibilidades de expresión de los diferentes actores de una comunidad.

Destacamos también la potencia de los espacios museales para generar múltiples interacciones con sus visitantes que posibiliten aproximaciones a otras versiones del mundo, a la vez que propiciar la resignificación del propio. 

Les invitamos a que recorran estos materiales para imaginar las múltiples potencialidades educativas que surgen a partir del trabajo con los objetos y la memoria.