Revisión oftalmológica. Para detectar lo antes posible cualquier problema ocular, es aconsejable realizar una revisión anualmente.
Alimentación sana. Las vitaminas A, B y E, los minerales como el zinc y el selenio, pigmentos como la luteína y la zeaxantina y los ácidos Omega 3, son esenciales para la retina y para retrasar el envejecimiento de las estructuras oculares.
Vitaminas y suplementos minerales. Deben complementar la dieta en el caso de enfermos o personas mayores que no tengan una alimentación adecuada y en pacientes con patologías oftalmológicas que requieran una mayor ingesta de los mismos.
Preservar la superficie ocular. Cuando fijamos la vista, ya sea en el ordenador, el televisor o un libro, reducimos involuntariamente la frecuencia del parpadeo. Esto causa sequedad ocular con molestias como enrojecimiento, dolor y lagrimeo. Para evitarlas es aconsejable el uso de un colirio de lágrimas artificiales.
Proteger los ojos del sol. Es conveniente protegerlos incluso en los días nublados, tras unas gafas de sol homologadas con protección garantizada (filtro contra los rayos UV).
No frotarse los ojos. Ante una contaminación ocular bien por un cuerpo extraño, bien por alguna sustancia química, es aconsejable el lavado inmediato con abundante agua limpia, antes de acudir al oftalmólogo y nunca frotarse los ojos.
Prevenir traumatismos. Al practicar deportes, es conveniente utilizar unas gafas adecuadas, para protegernos de posibles traumatismos y del daño causado por factores ambientales como el viento, el polvo o la arena.
Trabajar con buena iluminación. Una iluminación adecuada es imprescindible para reducir la fatiga visual.
Relajar las estructuras oculares. Se recomienda retirar la vista del objeto enfocado (pantalla, libro), cada 15-20 minutos, durante unos 10-15 segundos, esto reduce el estrés visual.
Educar a los niños. Educar a los niños y concienciar a la sociedad de estas prácticas, asegura una buena salud visual para el futuro.
Cuide su vista siguiendo estos consejos:
El cuidado de la vista se centra en la protección y conservación de los ojos, y para ello es importante seguir las siguientes indicaciones:
No mirar directa ni fijamente al sol bajo ninguna circunstancia, la radiación solar puede provocar quemaduras en la retina, además de dañar el cristalino y la córnea del ojo.
Nunca observar un eclipse solar sin la protección necesaria. Para ello se recomienda utilizar gafas con filtros diseñados especialmente para ver eclipses u otros visores solares que cumplan con la norma internacional ISO 12312-2. También se puede emplear un método de visualización indirecta, como un proyector estenopeico, que proyecta una imagen del Sol en una superficie cercana. no mirar el fenómeno con gafas de sol normales, ya que no brindan protección Alguna en estos casos.
No mirar directa ni fijamente a fuentes artificiales de luz que sean equiparables en intensidad, por ejemplo al arco de la soldadura eléctrica, reflectores fuertes, luces intensas, etc.
Usar lentes cromados u oscuros en ambientes con exceso de iluminación o en días con demasiada luz solar.
No forzar la vista continuamente, sometiéndola a la lectura en ausencia de luz o exponiéndola únicamente a la luz de las pantallas (teléfonos celulares, tablets, computadores, etc.).
Dar descansos a la vista durante sesiones particularmente prolongadas de lectura, especialmente si son frente a una pantalla.
No introducir cuerpos extraños en el ojo, ni sustancias posiblemente irritantes o tóxicas.
Evite tocarse los ojos con las manos sucias.
Acudir al oftalmólogo con regularidad, o al percibir cualquier defecto en la vista, inflamación, infección, secreciones, enrojecimiento, ardor, picor u otro síntoma.