ALIMENTACIÓN

LA ALIMENTACIÓN COMO ACTIVIDAD BÁSICA DE LA VIDA DIARIA

Cuando hablamos de actividades básicas de la vida diaria, los terapeutas ocupacionales nos referimos a aquellas que son comunes a todos los seres humanos y que son necesarias para nuestra supervivencia. Por supuesto de todas, la alimentación es la primordial, de una u otra manera todas y todos la hacemos varias veces al día y sin ella no podríamos hacer cualquier otra actividad. Por este motivo os dejamos aquí una serie de consejos y actividades para llevarla a cabo, mejorando su eficacia y ejecución, y en la medida de lo posible, la participación e independencia de la persona al llevarla a cabo.

La mayoría de nuestros chavales tienen dificultades para hacerlo, ya no sólo para realizarlo de forma autónoma, si no para "tragar", es decir, pueden tener un compromiso en todo el proceso de deglución, desde la colocación del alimento en la boca hasta su entrada en el estómago. El mejor consejo en este caso que es podemos decir es que sigáis las pautas de logopedia, cuyo enlace en esta web os dejamos a continuación.

https://sites.google.com/view/numen-quedateencasa/p%C3%A1gina-principal/logomaestras-de-al/pautas-reeducaci%C3%B3n-degluci%C3%B3n

TAREAS DE LA ACTIVIDAD DE ALIMENTACIÓN

Como cualquier actividad, la alimentación se divide en múltiples tareas, que van unas tras otras. Estas tareas van desde cotar los alimentos, pincharlos, llevarlos a boca, etc. A veces el simple acto de anticiparlos, ya ayuda a participar. Otras veces, una ayuda pasiva, una mano que acompañe el agarre y lleve con un movimiento pasivo (y acompañado) el alimento a la boca, también es esencial. Activa el componente "mano-boca", nos pone en alerta, ayudando por lo tanto a prepararnos para una mejor deglución y hace que sea un proceso más eficaz y por lo tanto más seguro.

En el caso de que alguien no pueda cargar la cuchara o pinchar, lo haremos nosotros, pero si puede llevarlo a la boca por sí mismo, dejaremos que lo haga. Si necesita facilitación en el movimiento, principalmente para descargar el alimento en la boca sin dañarse con los cubiertos, le ayudaremos, pero dejando que sea él quien haga la tarea. Estas micro-tareas para nosotras son más que autonomía, son participación. La participación es una de las claves en la CIF, la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud, desarrollada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y la participación no tiene mínimos, sólo ganas y disposición de quienes acompañamos.

A continuación os enseñamos algunas ayudas de las que disponemos en nuestro comedor, y que ponemos a vuestras disposición si podéis pasaros a recogerlas.

PRODUCTOS DE APOYO A LA ALIMENTACIÓN

Engrosar el mango y hacer una "L", atendiendo a la lateralidad, ayuda a la presa del cubierto y hace más simple el movimiento de llevarlo a la boca. Facilita la coordinación del movimiento, haciéndola más fácil y no se necesita tanta fuerza hacerlo sólo.

El agarre en puño no busca tanto la direccionalidad del cubierto como el soporte del mismo. Esta presa palmar cilíndrica es evolutiva, aparece en estadios tempranos, y muchos de nuestros niños y chavales son capaces de hacerla de forma espontánea. Ayudarles a hacerla al comer, y entrenarla, es aumentar su autonomía en esta actividad básica de la vida diaria.

Engrosar el mango de cualquier utensilio de la vida diaria nos va facilitar su agarre. En el centro usamos el "plastazote", una espuma de polietileno de varios grosores que nos ayuda a ajustarnos a las necesidades cada chaval. Pero hay un montón de formas caseras de hacerlo.

Los platos con distinta altura en los rebordes, son ideales para poder cargar el alimento en los cubiertos con una sola mano. facilitan el cargado del alimento según los coloques, lateral, o con el tope alto próximo a nosotros, de manera que con un mínimo movimiento de hombro y codo se pueda hacer. el toque del cubierto en el borde alto nos recuerda de manera instintiva que el cubierto ya está cargado y preparado para llevarlo a la boca.

Este reborde sirve para cualquier plato estándar que tengamos en casa, se adhiere fácilmente y hace prácticamente la misma función que los anteriores. Nos ayuda a situar los límites del cargado, sabiendo entonces que el cubierto está preparado para llevarlo a la boca. También facilita el pinchar con el tenedor, al atrapar el bocado entre el utensilio y el borde.

Usar un mantel antideslizante es básico para estabilizar el plato, y por lo tanto ayudar a cualquier maniobra de alimentación, ya sea de forma activa como para facilitar el acompañamiento pasivo. Además puede ayudarnos a enseñar cómo se pone la mesa, si sobre él dibujamos la silueta de los diferentes utensilios (plato, vaso, cubiertos, ...) que vamos a necesitar a la hora de comer.

Un vaso escotado ayuda a beber un líquido, o un líquido ligeramente espesado, según pautas de deglución, permitiendo la ingesta sin necesidad de inclinar la cabeza. La textura ondulada del mismo facilita su sujeción.

Un agarrador o asidero colocado al lado contrario del miembro superior dominante, nos ayudará a estabilizar el tronco y por lo tanto a tener mayor control de cualquier movimiento más fino y preciso. Minimiza los movimientos asociados e involuntarios, tan propios de las alteraciones del SNC, colaborando en la praxia voluntaria.

CONDICIONES DEL ENTORNO

El entorno donde vamos a comer debe ser tranquilo y con el mínimo de distractores, para facilitar la atención y concentración de la persona para esta actividad. Debemos evitar usar la televisión, la radio, tablets, móviles u otros distractores a la hora de hacerlo. Minimizar también las conversaciones si queremos anticipar con la voz o que se sigan directrices verbales. Nos ayudará también retirar los alimentos que no se van a tomar y utensilios que no vamos a usar.

Si la persona usa un tablero de comunicación u otro medio alternativo de expresarse, será de gran utilidad usarlo en este momento, para ayudarle a seguir las secuencias y que nos pueda transmitir cualquier necesidad o decisión. Dar por ejemplo a elegir el postre es también una vía a la autonomía que a veces olvidamos.

LA ALIMENTACIÓN, UNA ACTIVIDAD SENSORIAL.

La alimentación es una actividad altamente sensorial y que exige una integración sensorial multimodal. Los componentes sensoriales que debemos tener en cuenta son múltiples:

  • La información gustativa y olfativa en esta actividad es más que obvia. Nuestros niños y mayores aceptarán mejor sabores conocidos, si antes de iniciar la ingesta, se los damos a oler, ayudaremos al proceso de deglución. Con este simple gesto, les anticiparemos y les ayudaremos a participar. Cuando existen problemas de diversidad en alimentos y/o sabores, lo ideal es introducirlos en la dieta uno a uno. No introducir un nuevo alimento y/o sabor hasta que el anterior sea tolerado bien.

  • Proporcionar información visual, en la medida de lo posible, es también muy importante. Presentar la cuchara en su campo visual, ir regulando el ritmo y la aproximación a la boca, ayuda a comprender el proceso. Usar contrastes en los casos de menor visión también es una ayuda.

  • La información auditiva también la tendremos en cuenta, como hemos dicho antes, un entorno tranquilo nos ayuda a organizarnos y a anticipar mejor. Ir relatando cada paso, en los casos de mayor compromiso, ayuda a vivenciar la actividad.

  • La información táctil habla de texturas, cantidades, temperaturas... cada persona es única en esta vivencia. Algunos necesitarán alimentos más calientes o mayor cantidad para notar el comida en la boca. Seguiremos siempre las pautas de deglución individuales para hacerla segura y eficaz.

  • Además hay información vestibular y propioceptiva. Por muy poca movilidad que tengamos, comer siempre exige una postura, un movimiento y un reajuste postural cada bocado. Dar tiempo a este reajuste de postura y movimiento, aunque solo sea a nivel interno, interoceptivo, es muy importante. Hay que hacer pautas cortas y atender a la respiración.