Hacienda Demiñho

Una de las joyas arquitectónicas más importantes de la comunidad es la Hacienda Demiñho, tanto por su apariencia antigua, como por formar parte del patrimonio histórico de la zona. Por lo que es importante describir aspectos históricos del lugar. Julio César Montoya Cruz en su libro Santa María Batha y sus alrededores (Agosto del 2006) , menciona que:


"Entre los años 1580 y 1594 las tierras de Tuni fueron despojadas por medio del sistema de otorgamientos de mercedes reales (títulos sobre tierras que el rey o el virrey de la nueva España concedían gratuitamente a los particulares), y desde entonces pasaron a ser propiedad de la hacienda Demiñho, que fue fundada en 1611 por Juan Gonzáles Soto. Para establecer “Sitios de Tierra “destinados a la crianza de ganado menor y “Caballerías de Tierra para el Cultivo”, estas porciones se medían en varas; el sitio para el ganado menor equivalía a 780 hectáreas y fracción y las caballerías de tierra equivalían a 42 hectáreas, 79 áreas, tenían de largo, el doble de ancho y dos caballerías formaban un cuadro.

Con el otorgamiento de las mercedes reales a los españoles, inicio el despojo de las tierras de las comunidades poseídas desde la época prehistórica, y con ello surgió el acaparamiento de enormes superficie, según consta en los expedientes del Archivo General de la Nación del Ramo de Tierras, lo que se ha denominado como la primera etapa del despojo, inicio por la parte norte de Santa María, cuando se da una merced de dos Caballerías de tierra, que el Virrey Don Lorenzo Suárez Conde de Coruña, otorgó en el mes de noviembre de 1581, al español Nicolás de Covarrubias.

El despojo continuó en abril de 1589, fecha en que el Virrey Marques de Villa Manrique, otorgó otra Merced de sitio de ganado menor al español Juan Martín Murillo. Fue en este mismo año en el que Covarrubias vendió su Merced a Murillo.

Al morir Juan Martín, Diego del Prado y su esposa Ana Murillo vendieron el sitio y las dos caballerías referidas, al español Gonzalo Pérez de Ajacuba en 1593.

Como las tierras de las comunidades pertenecían a la corona, el otorgamiento de mercedes prosiguió, de esta manera el Virrey Luis de Velasco otorgó otra merced a Juan Baptista Michel, alguacil mayor de las minas de Zimapán, "de un sitio para dos mil cabezas de ganado menor, en términos del pueblo San Francisco Texcatepec y Santiago Iquiquipalpan". Como el cerro del Elefante a lo largo, de lado sur pertenecía a Tuni y de lado norte a Texcatepec, la mencionada merced invadió y despojó los terrenos de ambos pueblos, "la posesión de este sitio la dio en septiembre de 1594, el teniente de alcalde mayor de Chilcuautla, Pedro de Vargas", un mes más tarde Baptista Michel la vendió a Gonzalo Pérez.

Con el otorgamiento de los sitios ya descritos y las dos caballerías referidas, a partir de 1595 Santiago Iquiquipalpan o Tuni perdió la mayor parte de su superficie territorial, la cual paso a ser propiedad del español Gonzalo Pérez, y desde entonces quedó reducido a una pequeña extensión, que de acuerdo a una Cédula Real, constituyó su denominado Fundo Legal de 600 varas, medidas desde la iglesia "por todos los cuatro vientos".

El otorgamiento de mercedes continuó en la parte oriente de Texcatepec, donde en octubre de 1603, "el Virrey Conde de Monterrey hizo merced a Gaspar López, de un sitio para ganado menor y dos caballerías de tierra en términos de Chilcuautla y Texcatepec". En noviembre del mismo año Gaspar vendió dicha merced a Gonzalo Pérez.

Con la compra que realizó Gonzalo Pérez, en 1603 enfrente de Tuni y dentro de la jurisdicción de Chilcuautla, colindando con la jurisdicción del corregimiento Atengo - Mixquiahuala, construyó viviendas, trojes, y corrales para establecer en este lugar "la estancia Deminyo", esta denominación se la dio porque quedó ubicada frente a la falda del lado sur del cerro, que desde la antigüedad era conocido con el nombre otomí de Demiñho: que significa "del Coyote". El alcalde mayor de Ixmiquilpan, Diego de las Ruelas y el teniente de alcalde de Chilcuautla, Luis de Hurtado, representando a la justicia real, dieron posesión de la estancia a Gonzalo Pérez. Con este acontecimiento, se asentaron definitivamente los españoles en las tierras despojadas a las poblaciones otomies. Luego Gonzalo Pérez introdujo nuevos cultivos de cereales europeos como trigo, cebada, y avena, así mismo varias especies de ganado; vacuno, lanar, caballar, caprino, porcino.

En 1611 Gonzalo Pérez vende a su yerno Juan González Soto la estancia Deminyo y con los terrenos que adquirió, en esa fecha fundó la hacienda Demiñho.

En 1620 el encomendero Pablo Vargas Verdugo le vende a Gonzáles Soto una antigua estancia de Chilcuautla llamada Tenayahualco. En 1629 Gonzáles le compra a Alonso Pérez Bocanegra, una extensa superficie llamada Ayutlan, que desde el oriente a poniente abarcaba desde la margen del río Tula hasta la cumbre del cerro de las telillas, del puerto de la Matanza y de los Ocote, y de norte a sur abarcaba desde el lindero de Acayutlan, hasta el lindero de Tepeitic.


HACIENDA XIDOO Y LA VIÑA

Con la compra que realizó Gonzáles Soto, se apoderó de una extensión que perteneció a Chilcuautla. Con este enorme aparcamiento, en 1629 fundó la hacienda Doica-Xidoo. Continuando con su labor de acaparamiento de las tierras de la zona, en 1634 Gonzáles Soto compra a los parrocos Fray Fernando de los Reyes y Fray Melchor de Herrera, una finca conocida con el nombre de "La Viña".


TRES HACIENDAS

A partir de 1634 Juan González Soto era dueño de las haciendas Demiñho, Xido y la Viña. Estas tres haciendas tenían sus respectivas tierras distribuidas en 11 sitios de ganado menor y 8 caballerías de labor. Las caballerías se destinaban para actividades agrícolas, por ser tierras de labor y los sitios, como uno de sus linderos era el río Tula, algunos tenían tierras de labor que se regaban con el agua del río y también montes, pastizales, baldíos, brevadero, donde se desarrollaban actividades ganaderas como la crianza de ganado mayor y menor.


LOS HEREDERO DE GONZÁLES SOTO

En 1645, muere Juan Gonzáles Soto y le hereda a sus hijos las "Mercedes Reales" (títulos) de los sitios de ganado menor y caballerías de tierra, que a lo largo de su vida logró acaparar. Miguel Gonzáles Soto, el mayor de los hijos y Catalina Pérez Gutiérrez Pimentel, después del fallecimiento de su padre queda como albacea y tenedor de todos los bienes que comprendían las tres haciendas, tierras e innumerables cabezas de ganado para hacer la repartición entre hermanos. De esta forma, en 1652 cede "La Viña" a su hermana Martha, en la misma fecha la hacienda Xidoo, se la dio a su hermana Ana. En 1654 también la hacienda Demiñho se la vendió a su hermana Martha.

En 1656 muere Miguel Gonzáles Soto, y su mujer Inés de Contreras y Alvarado, al poco tiempo contrae nupcias con Juan de la Fuente y Ayala, y como obraba en su poder el titulo de la hacienda Xidoo, le despoja esta finca a su cuñada Ana Soto Pimentel y en 1659 la vende a Francisco Gómez de Aymara, "cura beneficiaria del Partido de Mixquiahuala".


JUAN DE CHAVARRIA VALERA

En 1670, el cura de Mixquiahuala Francisco Gómez de Aymara vendió la hacienda Xidoo a Juan Chavarria Valera, caballero de la Orden de Santiago y dueño de la hacienda San Nicolas Ulapa,que desde 1650 se había establecido dentro de las tierras que le despojaron a Mixquiahuala y Tetepango.


JUAN CHAVARRIA SE ADUEÑA DE DOS HACIENDAS

El 23 de abril de 1673 Martha Gonzáles Soto Pimentel y su esposo Juan López de las Ruelas, propietarios de la hacienda Demiñho y de la Viña, le consiguieron a Juan Chavarria un préstamo de 1575 pesos a réditos para pagar en un año, a cambio del préstamo le hipotecaron las dos haciendas, se vence el plazo y pasan tres años, la deuda aumenta a 2483 pesos con todo y réditos. Martha Gonzáles al no poder cumplir con el pago estipulado en el contrato después de 10 años, en 1683 las dos haciendas Demiñho y la Viña, con sus sitios, viviendas, aperos y ganado, pasan a ser propiedad de Juan Chavarria Valera.


REMATE DE LAS TRES HACIENDAS A PEDRO DE LUGO

Años más tarde Juan Chavarria muere y ponen en remate sus tres haciendas. En abril de 1688 las compra el español Pedro de Lugo, por la cantidad de 13 mil pesos. Luego que este nuevo propietario tomó posesión de la hacienda Demiñho, en una solemne ceremonia la bautizó, asignándole el nombre cristiano de "San José". En 1689 construyó nuevas instalaciones que se anexan a la construcción original: un toril, dos almacenes, un machero, una troje, un cementerio, una nueva oficina, dos corrales, una gallinero y un nicho de cantera, donde instalo la imagen escultórica de San José, patrón de la hacienda para hacer misas y festejos. A partir de esa fecha las otras dos haciendas (Xidoo y la Viña) perdieron importancia y pasaron a ser agregados de la hacienda principal de San José Demiñho.


LA MAJESTUOSA HACIENDA DE SAN JOSÉ DEMIÑHO

Para 1690 la hacienda San José Demiñho se convierte en la finca más prospera e importante de la región donde se desarrollan tanto actividades agrícolas como ganaderas, en sus extensas superficies de riego y de temporal se intensifica el cultivo de maíz, cebada, frijol, trigo, chile y maguey. También cobra auge la crianza de ganado menor (carneros, ovejas, cabras y cerdos). En menor medida la cría de ganado mayor (bueyes, vacas, caballos, mulas y burros).

Por otra parte, para llevar a cabo las labores agrícolas y ganaderas, la hacienda en esa época contaba con abundante mano de obra que se componía de tres grupos de trabajadores; los Sirvientes o "gente de razón", la Cuadrilla y los Peones eventuales. Los sirvientes eran los trabajadores de confianza de la hacienda, entre ellos: el administrador; el mayordomo; el capataz, que era la persona encargada de dirigir y vigilar la cuadrilla de peones; estos empleados que por lo regular eran españoles percibían los mayores ingresos tanto en especie como en monetario. La cuadrilla, se integraba de un grupo de aproximadamente 150 trabajadores indígenas que Pedro Lugo había contratado de los pueblos circunvecinos. Estos laboraban al mando de un mayordomo, integraban el núcleo principal de trabajadores permanentes de la hacienda, en donde se empleaban en las labores agrícolas y ganaderas, algunos de ellos desempeñaban oficios de pastores, vaqueros, yunteros, aguadores, leñadores, carreros, caballerangos, tlachiqueros, y otros se concentraban exclusivamente en el cultivo de las tierras. Los peones eventuales eran pobladores de Texcatepec, Tuni y Santa María que acudían a la hacienda a petición de su administrador, y se les contrataba por temporadas para la preparación de las tierras, para la siembra y para las cosechas, se les retribuía en monetario y en ocasiones en especie de acuerdo a las tareas cumplidas por día de trabajo..."




Era de la Hacienda Demiñho, la cual se utilizaba para el proceso de las cosechas.

Iglesia, donde los hacendados adoraban a su santo patrono "San José".

Interior de la iglesia, se observa el altar o nicho en el que estaba su santo patrón.

Pared donde se aprecia partes de lo que en algún tiempo fueron vigas enteras, que sirvieron como base par el techo de la capilla de la hacienda.

Atrio de la iglesia Demiñho, de estilo almenado que simboliza la fortaleza.

Patio principal del interior de la Hacienda el cual se utilizaba como mercado de abastos.

Diseño que se aprecia en algunas paredes de la Hacienda.

Sitio donde se almacenaba agua de lluvia.

Bebederos de animales que se encontraban dentro de la Hacienda.

Fachada principal de la Hacienda Demiñho.