Camino de Santiago 

En la actualidad, el Camino de Santiago sigue siendo uno de los recorridos más emblemáticos y populares para los peregrinos de todo el mundo. Cada año, miles de personas emprenden esta travesía, ya sea por motivos espirituales, culturales o simplemente para disfrutar de la experiencia única que ofrece este viaje.  

A lo largo de los siglos, el Camino ha evolucionado, adaptándose a los cambios históricos y sociales. Aunque en sus inicios fue principalmente un itinerario religioso, hoy en día también es apreciado como una ruta de senderismo, una experiencia de conexión con la naturaleza y un camino de autoconocimiento y reflexión personal.  


Los peregrinos recorren diferentes rutas que convergen en la ciudad de Santiago de Compostela, donde se encuentra la majestuosa catedral que alberga la "supuesta" tumba del Apóstol Santiago. Este monumento histórico y religioso sigue siendo el punto culminante del Camino, donde los peregrinos encuentran un momento de paz y reflexión tras haber completado su viaje. 

Además de su importancia religiosa, el Camino de Santiago también es reconocido por su riqueza cultural y arquitectónica. 

Camino Norte

El Camino de Santiago juega un papel importante en el Monasterio de Sobrado dos Monxes, ya que se ubica en el Camino Norte, también conocido como Camino Inglés. Se encuentra casi al final de la penúltima etapa del camino, nominado la etapa Sobrado-Arzúa.

Origen

El origen de la Ruta inglesa se remonta a las rutas marítimas utilizadas desde la mitad del siglo XII en la Europa Medieval por los peregrinos del Norte. No solo los ingleses optaban por esta ruta durante el Alto y Bajo Medievo, sino que también era utilizada por personas de los Países Escandinavos, los Países Bajos, Bretaña, Irlanda y Escocia, principalmente. Llegaban a puertos estratégicos como Ribadeo, Viveiro, Ferrol, Neda, Pontedeume o Coruña (El Parrote o El Burgo) desde donde iniciaban la peregrinación hacia Santiago.  


Estos peregrinos compartían las rutas comerciales con la península, donde los barcos transportaban no solo provisiones y mercancías, sino también peregrinos, convirtiéndose en una ruta comercial y de pasajeros. La primera licencia documentada para el transporte marítimo de peregrinos ingleses data de 1235.  


En los primeros siglos del fenómeno jacobeo, aquellos que decidían peregrinar a Santiago desde el Norte tenían que atravesar el Mar del Norte, el Canal de la Mancha o el Golfo de Vizcaya antes de continuar la larga ruta por tierras navarras, castellanas o gallegas, en un viaje lleno de riesgos. La estratégica ubicación de los puertos mencionados potenció esta ruta. Aventurarse en este periplo náutico, a pesar de sus riesgos, reducía el peregrinaje a unas tres semanas, en comparación con los cerca de cinco meses que llevaba cruzar Francia y los Pirineos, donde abundaban los malhechores y ladrones.

La primera imagen muestra el Camino Norte, resaltando en color rojo la ubicación de Sobrado.

La segunda imagen muestra la penúltima etapa del camino.