Historia del Monasterio de sobrado dos Monxes

¡Bienvenido a nuestra sección dedicada al Monasterio de Sobrado dos Monxes, el corazón latente y más representativo de Sobrado! En esta sección, nos adentraremos en la fascinante historia de este monumento ancestral, que ha sido testigo de innumerables acontecimientos a lo largo de los siglos. Desde sus días más gloriosos hasta las épocas de cambio y evolución, el monasterio ha dejado una huella imborrable en la identidad de nuestra comunidad. 

Historia 

1ª Fase (952-1042)

Comienzos

En el año 952, Sobrado dos Monxes fue testigo de un momento trascendental en su historia. El conde Hermenegildo, acompañado por su esposa la infanta doña Paterna y su hijo, el obispo don Sisnando, protagonizó un acto de generosidad que marcó el nacimiento del Monasterio, una joya espiritual arraigada en el siglo X.  

San Pedro de Mezonzo

Durante los primeros años del monasterio, se destacó la figura importante de San Pedro de Mezonzo, quien se convirtió en un monje distinguido en el monasterio de Mezonzo. Más tarde, asumió el cargo de abad de Sobrado (965-985), desempeñando un papel fundamental en la consolidación espiritual y la conexión entre las comunidades monásticas. Comenzó como novicio en 959 y fue nombrado abad en 965, contribuyendo significativamente al esplendor de Sobrado. Su legado perduró aún después de convertirse en obispo de Santiago de Compostela en 985. Sin embargo, su fallecimiento en el año 1001 marcó el final de una era.

Crecimiento

Entre los años 952 y 977, Sobrado dos Monxes experimentó un crecimiento sostenido impulsado por el trasvase continuo de propiedades de los condes, Sisnando y el conde Rodrigo, hijos del fundador Hermenegildo. Este florecimiento fue resultado de numerosas donaciones, atraídas por el poder social de los fundadores. Además, los reyes Ordoño I y Ramiro III contribuyeron al prestigio de Sobrado al otorgarle las regalías del Condado de Presaras, así como de los condados de Nalar, Parga, Mera y Nendos.  

Tras la desaparición de la condesa Paterna, los monasterios continuaron realizando adquisiciones significativas. En el caso de Sobrado, el control pasó a manos de Hermenegildo y su hijo Sisnando, quien, tras la muerte de su padre, continuó ejerciendo junto con su hermano Rodrigo y la esposa de este, Elvira. Durante este período, se realizaron inversiones tanto improductivas, como construcciones en el monasterio y adquisición de objetos de culto, como productivas, como delimitar tierras y otorgar préstamos a los campesinos. Sin embargo, se observa una tendencia hacia una mayor inversión en las primeras. Este enriquecimiento llevó a un aumento de la influencia del monasterio en los alrededores, convirtiéndolo en uno de los más poderosos en Galicia.

Decadencia

Tras la muerte del obispo Sisnando y de su hermano Rodrigo sin descendencia, Elvira asumió el patrocinio del monasterio. Sin embargo, alrededor del año 977, tras la desaparición de Elvira, Sobrado quedó bajo la propiedad de Munia y Gutier, sobrinos de la condesa Paterna. 

La segunda fase del dominio de Sobrado abarca desde aproximadamente 977 hasta 1042, dividiéndose en dos períodos: uno de estancamiento entre 977 y 1006, y otro de decadencia entre 1006 y 1042. Durante este tiempo, las adquisiciones del monasterio disminuyeron, lo que dio lugar a un estancamiento de sus ingresos.  

Además, surgieron disputas con el obispo de Lugo y los vecinos de Villa Bidualdi. Esto provocó una disminución en la influencia del monasterio. La donación del monasterio al conde Menendo González en 1006 señaló la pérdida de importancia de los patrones anteriores y su reemplazo por la nobleza gallega. A partir de 1023, las referencias documentales a Sobrado desaparecieron por completo, y además después del fallecimiento de Munia, en algún momento posterior a 1042, los condes Segredo Aloitez y su esposa Adosinda Arie se convirtieron en los nuevos patrones del monasterio.  

2ª Fase (1042-1142)

Fernando I (1060)

En las primeras décadas de la segunda mitad del siglo XI, la comunidad monástica experimentó su ocaso, a merced de las contiendas que enfrentaron a facciones de la nobleza gallega. Esta pugna, que cobró fuerza en esa época, dividió a aquellos que apoyaban a Bermudo III con el nuevo Rey de Castilla y León, Fernando I. Fue este último quien, tras salir victorioso, integró el edificio y las posesiones del desolado cenobio a su patrimonio real en 1060. Aunque aún se registraban vestigios de la comunidad en 1080, poco después quedó sumida en el abandono.  

Sin embargo, a principios del siglo XII, el monasterio se encontraba deshabitado. Es entonces cuando, en 1118, la reina Urraca I de León y su hijo Alfonso VII, lo devuelven a los Condes de Traba, Fernando y Bermudo Pérez de Traba, hijos del ilustre conde de Galicia, don Pedro Froilaz de Traba.  

Alfonso  VII (Donación Cister)

En 1142, instigado por el propio Alfonso VII, el monasterio es donado a monjes franceses y alemanes pertenecientes a la Orden del Císter que lo refundó bajo la advocación de Santa María. Así nace el Monasterio de Santa María en Sobrado Dos Monxes, iniciando una nueva era de relevancia y prosperidad gracias a una variedad de donaciones, concesiones y privilegios otorgados por los nuevos fundadores y sus descendientes, así como por nobles, particulares, prelados, reyes y pontífices.  

Resurgimiento

Bajo el lema benedictino del "Ora et labora", el monasterio se revitaliza, destacando el énfasis puesto en el trabajo manual, una innovación introducida por la orden cisterciense en Sobrado. Espiritualmente, la Orden del Císter trae consigo una interpretación más pura y estricta de la regla de San Benito, patrono de Europa, contribuyendo así al desarrollo espiritual tanto de Sobrado como de toda Europa occidental.  

Abad Pedro (Poblamiento)

Doce monjes blancos, conforme a las directrices de la orden, arriban desde Claraval acompañando al abad Pedro. Juntos, les hacen entrega del monasterio en Santiago de Compostela el 14 de febrero de 1142. Este histórico evento marca la fundación del primer monasterio cisterciense en España. Además, es importante destacar que el abad Pedro fue designado directamente por San Bernardo, el ilustre fundador de la Orden del Císter en tierras francesas. Este nombramiento confirma el reconocimiento y la autoridad conferida por el propio San Bernardo, resaltando la importancia y la bendición especial otorgada al Monasterio de Santa María en Sobrado Dos Monxes.

3ª Fase (1142-1800)

El monasterios cister durante siglo XII XIII

Durante los siglos XII y XIII, el Monasterio de Santa María de Sobrado se benefició de numerosas donaciones de los nobles, lo que le permitió adquirir grandes riquezas y crear actividad espiritual y económica. Sin embargo, como ocurrió con muchos monasterios de España y Europa, durante el siglo XV surgieron problemas económicos y políticos. Guerras, epidemias y conflictos entre la familia real y la iglesia socavando la estabilidad y prosperidad de estas instituciones religiosas.

Problemas

En el siglo XIII, el convento de Santa María de Sobrado sufrió desafueros por parte de abades y monjes de Santa María de Sobrado. Sin embargo se gastaban en limosna todos los años unos 5.000 ferrados de trigo y centeno, así como la ayuda diaria a 600 personas pobres y a actividades caritativas como la hospitalidad, la codicia de los destinatarios destruyó la comunidad monástica. Estos encomenderos, bajo el pretexto de sus títulos, se apoderaron de los prioratos y costos del monasterio, maltratando a los religiosos y llevándolos a una pobreza extrema y al borde del abandono de la institución, debido a que apenas tenían qué llevarse a la boca, y el pan que consumían era de avena y sin sal debido a la carencia de recursos para comprarla.

A pesar de los esfuerzos por recuperar las propiedades usurpadas, muchos encomenderos retuvieron gran parte de lo que habían tomado ilegalmente. Peor aún, esta crisis fue seguida por la llegada de abades comendatarios que, en lugar de velar por el bienestar del monasterio, alienaron sus bienes e incluso redujeron el número de religiosos, admitiendo a personas sin vocación religiosa ni espiritualidad.

Juan I (1383)

Ya en el siglo XIV en el reinado de Juan I, devolvió al monasterio muchas granjas y cotos que le tenían usurpados Fernando Pérez de Andrade, Lope Pérez de Moscoso, Martín Sánchez das Mariñas, Gómez Suárez de Prego, Vasco Gómez das Seixas, García Rodríguez de Valcárcel y Pedro Fernández de Andrade. Aún así, los nefastos encomenderos "se quedarían con mucho". 

Congregación Castellana (1498)

Esta difícil situación llevo a Papado y a la orden cisterciense a ordenar visitas con el objetivo de solucionar los problemas detectados, como la que llevo a cavo el abad de Claraval en 1492. A pesar de las dificultades, el 27 de agosto de 1498 el Monasterio de Sobrado se transformó por completo y entró en la Congregación de Castilla que es la primera congregación cisterciense creada por Martin de Vargas en 1425. Desde entonces se inició un periodo de renovación y se construyeron muchos de los edificios que aún existen en la actualidad, devolviendo al lugar su esplender primigenio.

Reconstrucción (1500)

En 1500, la comunidad de Santa María de Sobrado eligió a su primer abad para un mandato de tres años, abriendo un nuevo capítulo en su historia, destacando la llegada de estudiantes e iniciando un renacimiento significativo. Durante los siglos XVII y XVIII, el Convento de Santa María de Sobrado se convirtió en el monasterio cisterciense más famoso de Galicia y uno de los monasterios más importantes de toda España.

Su elemento más destacable es una gran iglesia construida a finales del siglo XVII y consagrada en 1708. La orden monástica tiene entre cincuenta y ochenta miembros, y cuenta en su poder con 51 prioratos y 61 iglesias parroquiales. Su buena voluntad y hospitalidad se hicieron evidentes en el Año Santo Compostelano de 1773, cuando asistieron gratuitamente 8.000 visitantes por la gracia de Dios.

Conflictos 

Sin embargo, el monasterio no está exento de problemas. En muchos casos, lucharon para proteger sus tierras, campos, ciudades, iglesias, bosques, humedales y derechos de pesca contra nobles, líderes religiosos y ciudades que querían quitárselos y debilitarlos a ellos o a su autoridad. Estas batallas confirmaron el poder de Santa María de Sobrado al proteger su riqueza y patrimonio y establecieron su estatus como base religiosa y en la región.

4ª Fase (1800-1930)

Decadencia del siglo XIX

En el período que abarca finales del siglo XVIII y principios del XIX, el panorama político y social de España se encontraba sumido en una agitación creciente. La presión externa ejercida sobre el país aumentaba, dando lugar a un incremento en los litigios y una clamorosa demanda de reformas tanto en lo social como en lo económico. En medio de este contexto, la invasión napoleónica representó un desafío al que el monasterio supo enfrentarse sin sufrir graves consecuencias.

Decreto de reformas

El 27 de octubre de 1820, mediante una orden emanada del Ministro de Hacienda, se comunicó el Decreto de las Cortes relativo a la reforma de los monasterios. Este evento marcó el inicio de una serie de transformaciones significativas en el ámbito eclesiástico y político del país.

El 9 de julio se reunieron las primeras Cortes del Trienio, compuestas por diputados que, en su mayoría, abordan una diversidad de problemas políticos y religiosos con una premura desconcertante. Entre ellos, se destacaba la presencia de una cuarta parte de eclesiásticos, quienes desempeñaron un papel crucial en la toma de decisiones. En este contexto, la reforma de las órdenes religiosas emergió como una de las medidas más relevantes.

Inicio de las reformas

Las Cortes iniciaron la reforma de los regulares con la supresión de la Compañía de Jesús el 15 de agosto de 1820, una medida que fue sancionada por el rey con la esperanza de preservar a las demás órdenes religiosas. Sin embargo, esta esperanza se desvaneció rápidamente, ya que las Cortes comenzaron a debatir un proyecto de ley sobre la reforma de los regulares a principios de septiembre. Tras una prolongada discusión, el 1 de octubre se aprobó el decreto de supresión de los monasterios y la reforma de los regulares, que entró en vigor tras la sanción real el 27 de octubre.

Desamortización de Mendizábal (Consecuencias)

Este decreto, compuesto por treinta artículos, se puede dividir en tres bloques fundamentales. En primer lugar, se suprimieron completamente las comunidades de las órdenes monacales y otras instituciones religiosas. En segundo lugar, las órdenes religiosas no suprimidas quedaron sujetas a reformas significativas y a una reducción en el número de conventos. Por último, se especificó el destino de los bienes de las comunidades suprimidas, sin hacer distinción entre monacales, mendicantes y otros regulares. Este conjunto de medidas marcó un punto de inflexión en la historia eclesiástica y política de España, con repercusiones duraderas en la sociedad de la época.

Como consecuencia de esta Orden, el 11 de noviembre del mismo año, en la Casa Capitular del pueblo de Sobrado, se inició un detallado expediente de todos los muebles que se encontraban en el Monasterio. El proceso concluyó el 8 de diciembre, aunque se encomendó al P. Abad y a los demás monjes el cuidado y custodia de todos los efectos, enseres y alhajas bajo su responsabilidad. De este expediente se deduce la pobreza y austeridad en la que vivían los monjes, y este proceso eventualmente condujo a su supresión por una real orden, conocida como la desamortización de Mendizábal, el 21 de septiembre de 1834.

Esta medida se aplicó el 28 de octubre en el lugar, y resultó en la exclaustración de todos los religiosos masculinos de las "Casas Religiosas" que no alcanzaban un número determinado de miembros. Además, esta ley prohibió la recepción de nuevos novicios, dando lugar a una verdadera diáspora. Los edificios y posesiones del monasterio fueron vendidos a personas sin relación con la institución religiosa o eclesiástica, lo que inició un deterioro progresivo que eventualmente los convirtió en un enorme montón de ruinas y piedras, que utilizaron para construir la cárcel de la villa de Arzúa, como para pavimentar carreteras, a la vez que las arquerías del claustro neoclásico de la portería fueron voladas con dinamita para su reutilización como simple grava.

Isabel II (1840)

Tras la desamortización, el monasterio fue usado por parte de los isabelinos contra los carlistas que lo utilizaron hasta 1840. Sin embargo, ni el párroco ni el ayuntamiento estuvieron dispuestos a hacerse cargo de él. Ante esta situación, el gobierno central ordenó su venta en una subasta pública, lo que eventualmente condujo a su destrucción, incluyendo la detonación de parte del edificio con dinamita. Previamente, la biblioteca, el valioso archivo y las imágenes religiosas de los retablos habían sido dispersados, e incluso los sepulcros se convirtieron en abrevaderos. 

Resultados de la desamortización

Como resultado de la desamortización, el monasterio junto con la finca, la Vía Sacra y la Laguna fueron vendidos a Francisco López y Verca en julio de 1843. Sin embargo, en 1871, este comprador fue acusado de estafa por la desaparición de 53 acciones de ferrocarril. Para compensar a los estafados, el tribunal ordenó el embargo de sus bienes, que pasaron a su esposa tras su fallecimiento.  

Miguel Payá y Rico  (1879)

Posteriormente, en una subasta pública el 12 de abril, Patricio de Andrés Moreno adquirió estas propiedades. Luego, en marzo de 1879, vendió el edificio del monasterio y la Vía Sacra al cardenal arzobispo de Santiago, Miguel Payá y Rico. Más tarde, en marzo de 1894, Eladia de Andrés Moreno heredó estas propiedades, excepto el Arco de Entrada, la finca cerrada con la muralla y la Laguna con sus cauces.  

En 1901, el Cardenal Payá cedió los bienes inmuebles en Galicia a favor de sus sobrinos, José María y Miguel Payá Alonso. Estos, a su vez, cedieron la herencia recibida a la Mitra Compostelana en marzo de 1902, siendo el Cardenal José Martín Herrera la persona encargada de esta donación en nombre de la Iglesia. 

En julio de 1903, Manuel Arrieta y Arrieta compraron la finca, el Arco de Entrada y la Laguna a los señores Ramiro y Andrés Moreno. Posteriormente, en diciembre de 1907, Josefa Arrieta y Fernández heredó estos bienes de sus padres, Manuel Arrieta y Josefa Fernández.  

Finalmente, en 1930, el monasterio fue declarado Monumento Nacional.

5ª Fase (1954-Atualidad)

Recuperación

El 17 de febrero de 1954, el Arzobispo de Santiago cedió gratuitamente el antiguo Monasterio de Sobrado a la Orden Cisterciense y a Viaceli en usufructo. El 23 de abril de ese mismo año, el Definitorio de la Orden Cisterciense aceptó iniciar la restauración y posible fundación cisterciense en Sobrado.  

Poco después, el Abad General Dom Gabriel Sortaris, junto al Abad de Viaceli Dom Carlos Azcarate, visitaron el lugar. 

El 8 de mayo de 1954, la comunidad de Viaceli aceptó formalmente la fundación y restauración del Monasterio de Sobrado. Las obras comenzaron ese mismo año con la ayuda del Estado y donaciones del Padre José Fernández Cid, quien dirigió la restauración junto a algunos hermanos de Viaceli. 

El 23 de julio de 1966, la nueva comunidad de Sobrado de Viaceli llegó al monasterio, liderada por el Padre Javier Alberdi. Dos días después, coincidiendo con la festividad de Santiago Apóstol, se reinició la vida monástica en Sobrado. 

D. Fernando Quiroga Palacios (1967)

El 4 de enero de 1967, el Cardenal Arzobispo de Santiago, D. Fernando Quiroga Palacios, cedió el monasterio de forma gratuita. El 5 de noviembre de 1971, el Padre Salvador Toro Jiménez fue nombrado Superior, sucediendo al Padre Javier Alberdi. 

El 12 de marzo de 1975, Sobrado fue erigido como Casa Semiautónoma, y el Padre Salvador Toro fue nombrado el primer Prior titular. Este cargo fue renovado varias veces hasta la elección del Padre Carlos Gutiérrez Cuartango el 24 de noviembre de 2003.

El 25 de enero de 1980, el Monasterio de Sobrado se erigió como Priorato Autónomo. 

Actualidad

En 2015 El Monasterio de Sobrado fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, en asociación con los Caminos del Norte de España.

Desde octubre de 2018 a junio de 2020 se limpió y restauró la iglesia principal por dentro y por fuera, se volvió a techar y se instaló un nuevo drenaje perimetral. Y en 2020 comienzo de obras de restauración del albergue de peregrinos.