José Martí

A mi alma

                                                              Llegada la hora del trabajo


¡Ea, jamelgo! ¡De los montes de oro

Baja, y de andar en prados bien olientes

Y de aventar con los ligeros cascos

Mures y viboreznos, y al sol rubio

Mecer gentil las brilladoras crines!


¡Ea, jamelgo! Del camino oscuro

Que va do no se sabe, ésta es posada,

¡Y de pagar se tiene al hostelero!

Luego será la gorja, luego el llano,

Luego el prado oloroso, el alto monte:

Hoy bájese el jamelgo, que le aguarda

Cabe el duro ronzal la gruesa albarda.


José Martí de Versos libres (1878-1882)[1913]