Desde la ciudad, los «caminos de la niñez» de Carmen Martín Gaite conducían también a los balnearios, afición familiar con evidencias literarias en sus textos. En El cuarto de atrás, rememora una de aquellas llegadas al balneario verinense que guarda relación intrínseca con la concepción novelesca de esos espacios: "Recuerdo, sobre todo, una llegada, desde Orense, al balneario de Cabreiroá, en Verín. Llegamos en un coche de alquiler, hacía calor y en lo alto se veía el castillo de Monterrey, envuelto en nubes rojizas; era el verano del cuarenta y cuatro, yo acababa de aprobar primero de Filosofía y Letras".
Dende a cidade, os camiños da nenez de Carmen Martín Gaite coducían tamén aos balnearios, afición familiar con evidencias literarias nos seus textos. en El cuarto de atrás, lembra as chegadas ao balneario verinés que garda relación coa concepción novelesca deses espazos:«Recuerdo, sobre todo, una llegada, desde Orense, al balneario de Cabreiroá, en Verín. Llegamos en un coche de alquiler, hacía calor y en lo alto se veía el castillo de Monterrey, envuelto en nubes rojizas; era el verano del cuarenta y cuatro, yo acababa de aprobar primero de Filosofía y Letras».