El Lince Informa 11

LAS ORGANIZACIONES DEPORTIVAS PRIVADAS Y SU DESEMPEÑO EN EL SISTEMA DEPORTIVO NACIONAL

Por Viviana Guzmán Paulsen

Saul Barrera, ex presidente del Instituto Peruano del Deporte, nos recuerda que en octubre del año 2019 se anunció desde el gobierno la reestructuración del Sistema Deportivo Nacional y del Instituto Peruano del Deporte - IPD y hasta la fecha no se ha hecho nada. Sin embargo, reconoce que ve en esta generación un deseo de impulsar una verdadera reforma deportiva.

Coincidimos con el señor Barrera en que la Política Nacional del Deporte debe actualizarse y que es importante un interés real por parte del Estado. Pero también, mientras leemos sus líneas, nos surge una interrogante: ¿es necesario que el Estado sea el único en realizar acciones que decanten en el desarrollo deportivo nacional? Y nos respondemos: No, no es el único.

Quedarnos sentados y esperar que sea solo el Estado el que mueva todo su aparato burocrático para cambiar una realidad, es hacer lo mismo de siempre.

Detallemos:

El Sistema Deportivo Nacional SISDEN no solo está conformado por el Ministerio de Educación, los gobiernos locales y regionales; también está compuesto por diferentes organizaciones deportivas, de las cuales las más importantes son las federaciones deportivas y las organizaciones que se encuentran afiliadas a ellas, todas ellas privadas. Estas organizaciones pueden promocionar y desarrollar un proceso de masificación, de detección del talento deportivo y de su formación hacia la alta competencia e incluso la alta competencia. No se necesita de normas, como la Ley de Promoción y Desarrollo del Deporte o la Política Nacional del Deporte para entender que este es el proceso del desarrollo deportivo. Las organizaciones deportivas deben comenzar a mirarse a sí mismas y cuestionarse si realmente están haciendo su tarea, es decir, gestionar esta labor e incentivar a otros agentes del SISDEN a que se unan a la misma.

La historia ha mostrado que el Estado se presenta como un gran elefante que necesita mucha burocracia para moverse (si es que logra moverse), a diferencia de la iniciativa privada, que se adapta a los cambios, conoce la realidad de primera mano y mejora sus procesos con el afán de lograr eficiencia.

Reconocemos que si se unen ambas fuerzas, Estado e iniciativa privada, la realidad sería otra, pero no debemos esperar que el primero sea el que produzca el cambio, muchas veces este surge cuando uno da el primer paso.

Publicado el 15 de febrero del 2020 en nuestros portales de Facebook, Twitter, LinkedIn e Instagram