Compartir en exceso puede ser tan malo como evitar conversaciones difíciles. Comience preguntando a los niños qué han escuchado. Usa las palabras que usaron para sacar el tema y pregunta: "¿Qué sabes sobre [este tema]? ¿Qué has escuchado?"
Confrontar la desinformación es una de las cosas más importantes que puede hacer como padre. De hecho, disipar un rumor preocupante puede ser suficiente: el miedo o la confusión sobre algo puede ser lo que le preocupa a su hijo, no un problema más grande y complicado.
Vendrán conversaciones difíciles, y para eso querrás comenzar desde un lugar de amor y generosidad. Establecer la caridad como la forma de leer cada situación, dando a todos el beneficio de la duda y enmarcando todo con esperanza. Esto no significa mirar a través de gafas teñidas de rosa, o minimizar los problemas reales. Pero como cristianos debemos recordar que todos llevan la imagen de Dios y están haciendo lo mejor que pueden, y que Dios es misericordioso y, en última instancia, está en control. Sin usar lugares comunes, puede ayudar dar un paso atrás y adoptar un enfoque general de los temas difíciles, viendo cómo el Plan de Dios se ha estado desarrollando gradualmente, y que a pesar de los períodos oscuros de tiempo, la luz es más fuerte y no será superada.
Para obtener formas más específicas y apropiadas para hablar con sus hijos sobre eventos actuales, consulte este artículo sobre CommonSenseMedia.org