Retrato de Vasili Perov , 1872
Tras trabajar a los veinte años como traductor en San Petesburgo, su novela epistolar Pobres gentes (1849) le proporcionó una efímera fama. Sin embargo, sus siguientes obras dejaron al autor en un olvido total, en parte, por su condena a muerte tras colaborar con grupos liberales y revolucionarios y posterior estancia en un campo de concentración en Siberia.
Al salir, la suerte volvió de su lado. La obra Recuerdos de la casa de los muertos, le devolvió la fama que ya saboreó en el pasado. Y que mantuvo con sus creaciones posteriores, Memorias del subsuelo y El jugador. Aquella época de celebridad dio como resultado una de las novelas más influyentes e internacionales de la literatura rusa: Crimen y castigo.
El idiota, Los demonios, Diario de un escritor, El adolescente y finalmente Los hermanos Karamov dieron cierre a una trayectoria con luces y sombras.