Hijos

Hijos


Por la hija que ríe estoy doliente,

por el hijo que llora estoy en pena,

porque los dos me han puesto la colmena

del alma toda abierta y toda ardiente.


Porque los dos han hecho que ese diente

con que la vida muerde y envenena,

me clave más veneno entre la vena

y me vuelva el espanto incandescente.


Porque los dos son chorros de esperanza.

Porque los dos me pedirán mañana

un mendrugo de paz que no se alcanza.


Porque tendré que darles la campana

de la muerte, del odio y la venganza

y nutrirles la voz con sangre humana.


jorge debravo