En Lauriama, hay una vía llamada “Pasaje Barranca”. En este lugar hay dos muros de piedra, y que al pasar los vecinos dizque veían a una mujer de blanco sentada en uno de los muros. En una oportunidad a las tres de la mañana pasaba un joven por el lugar en estado de ebriedad, cuando de pronto vio a la mujer sentada, y como era llamativa, él se fue acercando lentamente. La belleza era tal que el joven se quedó impactado y al estar muy cerca, ella desapareció al instante. El joven fue presa de un escalofrío, y llegó a su casa con fiebre alta. Fue atendido mediante rezos.