La baja productividad del campo en México es uno de los elementos que dificultan la autosuficiencia alimentaria[1], pues implica que las poblaciones en el nivel local carecen de una oferta alimenticia adecuada.
Debido a la baja productividad de las unidades familiares de subsistencia, en particular de los estratos 1 y 2 de las unidades económicas rurales, el 73% de estas recurren a la producción de autoconsumo, situación que podría mantener a esta porción de la población en inseguridad alimentaria.