Maternidad

Me permito abrir una sección especial sobre maternidad desde mi propia vivencia.

¿Cuándo comencé a ser madre? ¿Cómo conecté con mis hijos?

Desde que recuerdo he tenido instinto maternal. Hay mujeres que no lo tienen y son, si ellas lo deciden así, grandes madres. Nadie te pide el carnet de madre, aunque de un tiempo a esta parte parece haber una competencia absurda para ver quién es la mejor mamá.

Hay tantas maternidades como mujeres y tantas maternidades como hijos tienes.

Yo he vivido 3 embarazos y estoy viviendo 3 maternidades distintas.

Mi primera hija. Mi primera maestra

Siempre recuerdo aquel día de la Paz en el que un niño de mi clase escribió un deseo en una pluma de la Paloma de la Paz que hicimos entre todos los niños de 1º, 2º y 3º de Primaria.

"Deseo tener un perrito y que Carol tenga un niño".

Quién me iba a decir que ese mismo fin de semana me quedaría embarazada.

Luz llegó sin avisar ni pedir permiso. Ella fue mi primera maestra. La primera que me "zarandeó" para despertar y recolocar mis prioridades en la vida.

Con ella he gozado muchísimo desde el embarazo preparando cositas para ella con mucho mimo. Ahora, que ya se acerca a los 6 años, sigo disfrutando de la magia de descubrirla y descubrirme con ella, de compartir esas cosas que forman parte de "mi fuente escondida".

Con ella descubrí lo que era la Alta Sensibilidad y sigo aprendiendo a honrarla, respetarla y descubrir el don que supone.

Mi segunda hija. Otra gran maestra

Mi largo verano. La que se hizo esperar.

Siempre supe que quería tener más de una hija. Al menos era mi deseo.

Yo, que vengo de familia numerosa, cómo no al menos plantear la posibilidad.

Camino tardó varios años en venir, a pesar de que yo sentía una conexión con ella desde hacía mucho tiempo. Esperar su llegada me hizo conectar con otras mujeres en procesos de infertilidad o de fecundación in vitro, opción que sentí que no era para mí.

Toda mi admiración hacia las mujeres que deciden optar por esperar o por luchar por el sueño de ser madres de mano de la ciencia o gracias a la ovodonación o la adopción.

Camino me ha enseñado (y me sigue enseñando) lo que es la paciencia y aún más si cabe que con mi primera hija, la importancia de las buenas maneras, el tono de voz suave, el juego, la risa, el baile y la conexión profunda con el cuerpo.

Gracias a ella, a mi marido y a mí misma, pude vivir la experiencia de un parto natural respetado.

Me considero una #locadelpartonatural, si bien entiendo y respeto otras opciones, la conexión animal y el empoderamiento que me permitió dar a luz en el agua, en intimidad, con las menos intervenciones posibles, es algo increíble.

Mi pequeña nació en plena pandemia y es increíble todo lo que me ha permitido (y me sigue permitiendo) crecer.

Mi tercer hijo. El gran misterio

Yo conecté con mi primer hijo hace mucho tiempo. Al igual que a las niñas, le llevo escribiendo cartas y hablando con él desde antes de haberlo concebido siquiera.

Me permito decir que soy madre de tres hijos, porque así es.

Mi "eternamente Pulgarcito". Así llamo a mi hijo Airam, puesto que ese era su tamaño cuando su corazoncito se paró.

Él, igual que su hermana mayor, llegó sin pedir permiso, sin hacer ruido y del mismo modo, se marchó.

Yo no sé si mi hijo volverá a encarnar algún día o no. Lo que sí sé es que me hizo el regalo de volver a ser madre por tercera vez, como siempre supe que sería.

Aprovecho este espacio, hoy y siempre, para reconocer que existió. Que estuvo creciendo en mi interior durante mucho tiempo y que me dio la oportunidad de seguir viviendo y experimentando como ser humano.

Reconozco que en su proceso de duelo he tenido momentos de rabia y de tristeza. Al mismo tiempo, siento profundamente que mi hijo no me abandonó y que nadie, salvo yo, puede abandonarme.

Él me sigue enseñando sobre la importancia de poner límites y cuidarme. Es por esto que he estado casi 3 meses alejada de las redes. No sé si volveré, pero sí que quería escribir estas líneas para mí, para él y para el que quiera leerlas.

Ojalá, muy pronto, pueda continuar esta historia.