Estando en Ciudad del Carmen me invitaron a impartir un curso de “Establecimiento de metas y seguimiento con coaching” en la Ciudad de México. Se trataba de una capacitación de alto nivel y no de esas ofertas que solo engañan a los participantes.
Lamentablemente quienes me contrataron para estar en Campeche no accedieron a la posibilidad de escaparme tres días a la capital.
Este paréntesis era el antecedente de la triste noticia que cancelaría todo el proyecto en Ciudad del Carmen, así que finalmente regresé a la Ciudad de México.
Las decepciones se incrementaron: con la interrupción del programa, los ingresos para el resto del año se volvían inciertos y solo me quedaba esperar a que me pagaran lo trabajado. Traté de justificar lo sucedido con el refrán “No hay mal que por bien no venga”, lo que en el fondo me llevó a reflexionar que cada vez era menos resistente a los cambios que me presentaba la vida. Y ¡que bueno que fue así! Porque en ese momento no sospechaba de los ajustes tan importantes que vendrían a mi vida en el futuro.
También he creado el grupo “Sembradores y constructores del Puente” en Facebook, para que puedas comentar tus impresiones de los diferentes episodios de mi Anecdotario que iré publicando.
La idea es que al comentar con otros, se genere una riqueza de puntos de vista que puedan darte luz acerca de tus propias experiencias de vida.
Te invito a participar, aquí el enlace: