El uso de una rúbrica para evaluar a estudiantes de educación especial permite  a mi como maestra seleccionar, desarrollar, adaptar, integrar y emplear técnicas e instrumentos que recogen información válida sobre el aprendizaje de cada estudiante, tomando en cuenta sus necesidades individuales. Al analizar, interpretar y comunicar los resultados de manera justa, no solo evalúo el progreso académico, sino que también utiliza esta información para tomar decisiones justas y fundamentadas que fomenten el desarrollo continuo de los estudiantes. Además, el uso de rúbricas proporciona una base clara y objetiva para ver el progreso y/o las fallas en el aprendizaje, asegurando que las evaluaciones reflejen el esfuerzo y las habilidades de cada estudiante, más allá de las limitaciones que puedan tener. Esta hoja de evaluación invita al maestro a reflexionar sobre su propia práctica educativa, permitiéndole identificar áreas de mejora y ajustar sus estrategias de enseñanza, asegurando un proceso educativo inclusivo y efectivo.