Ing. Alexander Aragón Chamorro M.Sc. *
El módulo Evaluación para el Aprendizaje en la Universidad, estuvo a cargo de la Dra. Martha Lorena Salinas Salazar (Google Scholar); se desarrollaron los siguientes objetivos:
Presentar la propuesta de evaluación para el aprendizaje, como elemento alternativo a las prácticas tradicionales.
Ofrecer espacios de formación e intercambio entre profesores y profesoras de disciplinas afines o diferentes que permitan conocer las funciones estratégicas de la evaluación para el aprendizaje y construir propuestas derivadas de ello.
Reconocer otras formas alternativas de evaluar que permitan la autorregulación de los aprendizajes y la regulación de la enseñanza.
Acercarse a nuevas formas de evaluación centradas en la participación de los estudiantes.
Planear la evaluación como un ejercicio didáctico.
Reconocer el valor formativo de las rubricas en la evaluación para el aprendizaje.
Este interesante módulo se dividió en cuatro temáticas:
De la evaluación del aprendizaje a la evaluación para el aprendizaje.
Aprendizaje significativo, propósito de la evaluación para el aprendizaje.
Planear la evaluación para el aprendizaje.
Las rubricas, un instrumento de evaluación privilegiado en la evaluación para el aprendizaje.
También destacamos la conexión que puede hacerse entre los distintos módulos del curso (Blogs), así por ejemplo, Salinas (2018) en cuanto a la Evaluación, considera que "es necesario construir propuestas pedagógicas que se inscriban en los contextos específicos, que no recurren a la homogeneización ni a la estandarización exclusivamente; que por el contrario reconozcan las diferencias para favorecer la formación de ciudadanos del mundo, capaces de responder de manera adecuada a los retos subyacentes a las profundas tensiones y contradicciones contemporáneas".
De la misma manera, "Ubicarse en una perspectiva contemporánea requiere dar cabida a la evaluación para el aprendizaje, es decir a la construcción de presupuestos epistemológicos, pedagógicos y éticos adecuados, que permitan construir dispositivos para la participación, que desplacen las prácticas excesivamente burocráticas que excluyen o premian, basadas en tramites ajenos a la formación de los sujetos educativos". Dispositivos como mecanismos o instrumentos para ser utilizados en los sujetos educativos (el ser).
Primero que todo, es necesario definir algunos conceptos, como por ejemplo ¿Qué se entiende por Aprendizaje? y que seguramente será el punto de partida en la discusión que resulte entre nuestros lectores, y que, en nuestro caso particular, adoptamos lo planteado por Tiburcio Moreno O. en su libro "Evaluación del Aprendizaje y Para el Aprendizaje. Reinventar la evaluación en el aula" que compartimos a Ustedes directamente desde el enlace de la editorial en la Universidad Autónoma Metropolitana (Ciudad de México).
Moreno comienza por retomar la teoría constructivista indicando que "el conocimiento no se recibe de forma pasiva ni es mecánicamente reforzado, sino que se produce por un proceso activo de dar sentido", por lo que "los individuos hacen sus propias interpretaciones, formas de organización de la información y enfoques de problemas en lugar de limitarse a tomar estructuras de conocimiento preexistentes".
A partir de esto, Moreno (2016) introduce el planteamiento de de Ausubel et al (2010) para definir el Aprendizaje Significativo:
"El aprendizaje significativo tiene lugar cuando intentamos dar sentido a nuevas informaciones o nuevos conceptos, creando vínculos con nuestros conjuntos existentes de conceptos y conocimientos factuales, o con experiencias previas. En este caso lo aprendido tiene sentido para el individuo"
Por su parte, Entwistle (1998) considera que:
"La comprensión depende de la capacidad de tejer una red de interconexiones que relacione experiencias y conocimientos previos con la nueva información o nuevas ideas que se presentan".
Salinas (2018) por su parte, nos indica que "Aprender de manera significativa exige que el profesor ayude a sus estudiantes propositivamente a aprender, pensar, sentir, actuar y desarrollarse como personas".
Cuando detectamos en el estudiante su debilidad en tejer su red de conexiones con conocimientos previos, solemos decir jocosamente "lo aprendió con manzanas pero no lo puede hacer con peras", refiriéndonos a que se limitó a "memorizar" más no en "comprender" lo que entre comillas decimos que "aprendió", por lo que no le es posible utilizar ese "recuerdo" en otras situaciones distintas. Esto es precisamente lo que Moreno (2016) denomina Aprendizaje Superficial pues "Éste permite recordar, pero mantiene poco o ningún significado para el alumno, no está integrado de forma que para él tenga sentido el mundo. El aprendizaje superficial permitirá a los alumnos manipular fórmulas o trabajar mediante ejercicios detallados a pesar de que no entiendan los principios fundamentales. Esto significa que ellos podrían encontrar dificultades para emplear estos hechos y conceptos en otras circunstancias o contextos, limitando así el valor de su aprendizaje". Lo opuesto se denomina Aprendizaje Profundo que por supuesto, incluye también "memorizar" algunas cosas teniendo en cuenta que "El profesor espera enseñar, pero sólo los alumnos pueden hacer que el aprendizaje ocurra en sus mentes".
Un interesante enfoque de aprendizaje utilizado por el Tecnológico de Monterrey en su Modelo Educativo Tec21, cuyo objetivo reza: "Brindar una formación integral y mejorar la competitividad de los estudiantes en su campo profesional a través de potenciar las habilidades de las generaciones venideras para desarrollar las competencias requeridas que les permitan convertirse en los líderes que enfrenten los retos y oportunidades del siglo XXI", emplea el Aprendizaje Basado en Retos, que se fundamenta en el Aprendizaje Vivencial "que tiene como principio el que los estudiantes aprenden mejor cuando participan de forma activa en experiencias abiertas de aprendizaje, en lugar de intervenir de manera pasiva en actividades estructuradas". El Aprendizaje Vivencial "es un enfoque holístico integrador del aprendizaje, que combina la experiencia, la cognición y el comportamiento (Akella, 2010)".
No sobra relacionar aquí las competencias que esta Universidad busca promover para enriquecer nuestra discusión (en todos nuestros Blogs):
Autoconocimiento y gestión: Construye un proyecto de bienestar personal y profesional, mediante una reflexión responsable y la integración de recursos emocionales e intelectuales.
Emprendimiento innovador: Genera soluciones innovadoras y versátiles en entornos cambiantes, que crean valor e impactan positivamente a la sociedad.
Inteligencia social: Genera entornos efectivos de colaboración y negociación en contextos multiculturales con respeto y aprecio por la diversidad de saberes y personas.
Compromiso ético y ciudadano: Implementa proyectos orientados a la transformación del entorno y el bienestar común, con conciencia ética y responsabilidad social.
Razonamiento para enfrentar la complejidad: Integra diferentes tipos de razonamiento en el análisis, síntesis y solución de problemas, con disposición al aprendizaje continuo.
Comunicación: Utiliza distintos lenguajes, recursos y estrategias comunicativas, acordes al contexto y de manera efectiva, en su interacción en redes profesionales y personales.
Transformación digital: Optimiza soluciones a las problemáticas de su ámbito profesional con la incorporación inteligente de tecnologías digitales de vanguardia.
Continuamos ahora diferenciando la Evaluación de la Calificación, pues no son lo mismo. Hamodi et al (2015) consideran que la Evaluación es "un proceso basado en recoger información, sea por medio de instrumentos escritos o no escritos; analizar esa información y emitir un juicio sobre ella, tomando decisiones de acuerdo con el juicio emitido"; también "evaluar es atribuir valor a las cosas, es afirmar algo sobre su mérito"; de otra parte Calificación es "cuando ese mismo profesor tiene que traducir esas valoraciones acerca del aprendizaje de su alumnado a términos cuantitativos".
Los autores resaltan aquí que "pueden darse procesos de evaluación que no conlleven calificación; de hecho, cuando así ocurre es cuando la mejor evaluación realiza su labor de potenciar y orientar el aprendizaje. Lo que nos gustaría resaltar es que el alumnado no aprende con los procesos de calificación, sino con los de evaluación. Ésta es la clave de la perspectiva desde la que entendemos la evaluación".
Queremos compartir en la figura 1, lo que estos autores consideran diferencias entre Evaluación y Calificación.
Figura 1. Diferencias entre Evaluar y Calificar.
La escritura académica, las pedagogías y los enfoques de la evaluación formativa
Por: M.Sc. Soraya Cuenca Bedoya. & M.Sc. Alexander Aragón Chamorro______________
Competencias en Comunicación Intercultural en los Escenarios Educativos Contemporáneos
Por: M.Sc. Soraya Cuenca Bedoya.______________
A partir de las definiciones de Maccario, B. (1989) y García R. (1989), la Universidad Central de Chile - UCC (2017) divide el proceso de evaluación educativa en tres elementos fundamentales:
La recolección de la información: Relacionada con la captura de las evidencias del aprendizaje.
La producción de juicios de valor: La valoración de las evidencias recopiladas.
La orientación hacia la toma de decisiones: A partir de los juicios de valor emitidos.
Sin embargo, y retomando a Moreno (2016), "valorar el aprendizaje de los alumnos es un asunto fundamental, de otro modo no podríamos saber los logros obtenidos y lo que aún falta por alcanzar; desconoceríamos si se han cubierto los aprendizajes esperados por parte de los alumnos y careceríamos de información para retroalimentar la enseñanza"; es importante tener en cuenta que "el aprendizaje es un proceso multidimensional, por tanto, no cabe adoptar una concepción simplista que limite su alcance mediante el empleo de técnicas e instrumentos de evaluación rudimentarios y reduccionistas".
La Evaluación del Aprendizaje es simplemente eso, Evaluar lo Aprendido.
La UCC (2017) considera que la Evaluación para el Aprendizaje "va más allá de las definiciones tradicionales de evaluación ya que implica considerar a esta como una herramienta más de aprendizaje", por lo que "debe dejar de reducirse al control externo de lo que hace el estudiante y a la mera calificación. La evaluación, más que un proceso para certificar, debe constituirse en un proceso optimizador de los aprendizajes". La Evaluación "debiera centrarse en ayudar a los estudiantes a aprender de manera que las tareas de evaluación se consideren también como tareas de aprendizaje".
En este escenario, cabe destacar el concepto de Evaluación Formativa de la UCC (2017) "nos permite mantener un monitoreo permanente y continuo del aprendizaje de nuestros estudiantes, sus dificultades y avances, para intervenir a tiempo y realizar las modificaciones, mejoras y ajustes que resultan necesarios, tanto en nuestras metodologías como en las actividades y evaluaciones planificadas. Su objetivo no es obtener una calificación". Esto es precisamente lo característico de de la Evaluación Para el Aprendizaje.
Por su parte, Moreno (2016) plantea que la Evaluación Formativa "es un proceso sistemático para obtener evidencia continua acerca del aprendizaje. Los datos reunidos son usados para identificar el nivel actual del alumno y adaptar la enseñanza para ayudarle a alcanzar las metas de aprendizaje deseadas".
Salinas (2018) en su documento de trabajo para el Curso de Formación Docente, manifiesta que "la propuesta de evaluación para el aprendizaje, toma distancia de los propósitos exclusivamente ligados a la medición, en tanto busca integrar aspectos como los modos de razonar y actuar frente a situaciones y contextos. Es decir, más allá del énfasis en contenidos de conocimiento, propende por la inclusión de cuestiones de orden ético y sociopolítico, lo que implica reconocer la evaluación como un entramado de tensiones, cuestiones y presupuestos que ponen en juego decisiones técnicas, éticas y pedagógicas".
Finalmente, en la figura 2 queremos incorporar desde el Foro Nacional para el Mejoramiento de la Enseñanza y el Aprendizaje en Educación Superior Irlandesa, un esquema que resume las características de la Evaluación del Aprendizaje (o Sumativo) versus la Evaluación para el Aprendizaje (o Formativo), y en el cual se relaciona también la Evaluación Como Aprendizaje, entendida como el empoderamiento a los estudiantes para auto-regularse y evaluar críticamente su propio aprendizaje y desempeño. Obsérvese cómo el rol del profesor deja de tener protagonismo hacia el lado del Aprendizaje Formativo, en donde el estudiante tiene mayor responsabilidad y toma de decisiones.
Figura 2. Terminología y ejemplos sobre Evaluación del Aprendizaje.
Primera Reflexión: En otro de nuestros Blogs, indicamos en la primera reflexión que cada uno de nuestros estudiantes se ha formado (y forjado) en el entorno cultural que le ha correspondido (social, económico, religioso, etc), y que también influyen en su educación, en las experiencias de vida que adquiere. Entonces,
¿Cómo podemos lograr que cada estudiante identifique sus experiencias previas para tejer su propia red de interconexiones?
Como lo preguntamos en nuestro Blog Lectura/Escritura, ¿Cómo lograr que con un conjunto de conocimientos "nuevos" (lo que enseñamos), el estudiante conecte sus conocimientos "previos" (lo que ya aprendió) para así, logre deducir, estimar, inferir y finalmente, solucionar un problema por sus propios medios?
¿Cómo podemos ayudar al estudiante a reconceptualizar sus experiencias con lo que le enseñamos?
¿Cómo podemos fomentar el Aprendizaje Significativo en lugar del Aprendizaje Memorístico o Maquinal?
De acuerdo con Salinas (2018), "Un punto clave será la participación de los estudiantes como evaluadores en el proceso de evaluación y de calificación. Participación que se estructura sobre una propuesta de evaluación que asume la planeación de la misma, como un proceso riguroso que incluye determinar qué se enseña, definir y hacer explícitos y visibles los criterios, tanto para evaluar y calificar, como para realizar las estrategias que permiten a los estudiantes establecer relaciones con el conocimiento"; la Planeación de la Evaluación es fundamental entonces para el logro del propósito de convertirla en un recurso más para el aprendizaje.
En esta temática tratada en el Curso de Formación Docente 2018, para Planear la Evaluación debe considerarse:
La planeación misma de la evaluación, en definir los momentos apropiados para realizar la "verificación", y que han de ser oportunos para lograr reorientar o intervenir en los procesos de enseñanza-aprendizaje.
La definición de los Criterios, los Medios e Instrumentos de Evaluación:
Los Criterios, como aquellos "principios, normas o ideas de valoración en relación a los cuales se emite un juicio valorativo sobre el objeto evaluado" y en cuya selección, sería ideal incluir a los mismos estudiantes. Ejemplos: Análisis, Argumentación, Comprensión, Explicación, Justificación.
Los Medios de Evaluación, que permiten recolectar la información a manera de evidencias y a partir de los cuales se evaluará y calificará. Ejemplos: Examen, Trabajo escrito, Ensayos, Exposición, Práctica.
Los Instrumentos de Evaluación, que se aplican sobre los Medios, es decir, sobre las evidencias producidas, y que al inicio de la evaluación, orientan al estudiante sobre lo que tiene (o debería) entregar, mientras que para el profesor representan un apoyo para valorarlas. Ejemplos: Lista de control o cotejo, Escala de valoración, Rubrica.
La Modalidad de Evaluación, en donde se define quién la hace (a quién o quiénes se aplica): Ejemplos: Autoevaluación (estudiante), Evaluación entre pares (entre compañeros), Heteroevaluación (entre profesores) o Coevaluación (entre todos).
Las Realimentación (o Retroalimentación) Prospectiva y Proalimentación, que no es más que entregar al estudiante no solo el resultado cuantitativo de sus productos de aprendizaje, sino también información de utilidad que les ayude a trascender entre un estado actual de conocimiento básico a otro deseado de más alto nivel. La Proalimentación es propia del estudiante mismo, quien se ayuda en ese proceso de aprender, de avanzar en su propio proceso.
Cabe destacar aquí lo que Hamodi et al (2015) manifiesta en cuanto a ciertas definiciones como que "hemos podido comprobar cómo actualmente es difícil encontrar diferenciaciones claras sobre los conceptos de 'medios', 'técnicas' e 'instrumentos' de evaluación, y cómo, hasta el momento, se habla de una manera un tanto caótica, utilizando de manera casi sinónima los siguientes términos: instrumentos, herramientas, técnicas, recursos, métodos, enfoques, dispositivos y procedimientos de evaluación. Se enumeran entremezclados, confundiendo unos con otros, llamando de manera diferente a cosas iguales y viceversa, sin seguir una clasificación única, lo que supone muy poca rigurosidad y conlleva una considerable confusión terminológica".
Hamodi et al (2015) en su búsqueda de literatura relacionada, se llega a las siguientes definiciones, las cuales coinciden con las indicadas por la Dra. Salinas en su documento de trabajo, con excepción del concepto de coevaluación, del cual se aclara en el documento original la diferencia:
Medios para evaluar: son todas y cada una de las producciones del alumnado que el profesorado puede recoger, ver y/o escuchar, y que sirven para demostrar lo que los discentes han aprendido a lo largo de un proceso determinado. Pueden adoptar tres formas diferentes: escritos, orales y prácticos.
Las técnicas de evaluación: (modalidad para Salinas) son las estrategias que el profesorado utiliza para recoger información acerca de las producciones y evidencias creadas por el alumnado (de los medios). Las técnicas a utilizar son diferentes en función de si el alumnado participa o no en el proceso de evaluación.
Cuando las técnicas son aplicadas unilateralmente por el profesor, se han de utilizar unas u otras dependiendo de la forma del medio (escrito, oral o práctico); si el medio que se pretende evaluar es escrito, se utilizará la técnica del análisis documental y de producciones (o revisión de trabajos); si el medio a evaluar es oral o práctico, se utilizará la observación o el análisis de una grabación (audio o video).
Cuando el alumno participa en el proceso evaluativo, las técnicas de evaluación pueden ser las siguientes: a) autoevaluación: evaluación que hace el alumno de su propia evidencia o producción, atendiendo a unos criterios que han sido negociados con anterioridad. b) evaluación entre iguales o coevaluación: proceso mediante el cual el alumno evalúa de manera recíproca a sus compañeros del grupo-clase, aplicando criterios de evaluación que han sido negociados previamente. c) evaluación colaborativa o compartida: procesos dialógicos que mantiene el profesorado con el alumno sobre la evaluación de los procesos de enseñanza-aprendizaje que se han dado. Estos diálogos pueden ser individuales o grupales.
Instrumentos de evaluación: son las herramientas que tanto el profesorado como el alumnado utilizan para plasmar de manera organizada la información recogida mediante una determinada técnica de evaluación. Como ya hemos señalado, todas y cada una de las técnicas anteriormente indicadas sirven para recoger información acerca del medio que se pretende evaluar; pero esa información debe registrarse de manera sistemática y precisa para que la evaluación sea un proceso riguroso.
Ampliando estas consideraciones, la UCC (2017) incorpora al decidir y planificar la evaluación lo siguiente:
Las competencias a las que le apunta la asignatura.
Los resultados de aprendizaje definidos para el curso de acuerdo al diseño curricular.
Las exigencias de la Unidad Académica, de existir (cuántas evaluaciones, qué tipo de evaluaciones, qué tipo de ítems, etc.) y de la Universidad (Reglamento de evaluación y/o del alumno).
Los acuerdos del equipo de docentes del curso (si hay más de una sección).
El tipo y nivel de conocimientos y habilidades que demanda el curso (teóricos, prácticos, etc.)
El calendario académico, sus plazos y condiciones.
La cantidad y características de los estudiantes.
Los recursos disponibles.
Las consideraciones personales del docente.
Segunda Reflexión:
¿Evaluamos El Aprendizajes o Para el Aprendizaje?
¿Cómo podemos ampliar los medios, técnicas e instrumentos de evaluación para nuestros cursos?
¿Es posible en nuestro medio, en nuestros cursos, realizar una verdadera Evaluación Formativa?
La Rubrica, entendida como un instrumento de evaluación que a manera de "guía o matriz, establece niveles progresivos de dominio o pericia relativos al desempeño que una persona muestra respecto de un proceso o producción determinada" (Salinas, 2018), relaciona en una tabla tanto Criterios (factores que determinan la calidad del trabajo) como Descriptores (explicación detallada dividida en niveles de eficiencia).
Similar a lo mostrado en la figura 2, podemos considerar tres propósitos claves de las rubricas (National Forum, 2017):
Asistir al docente en el proceso de evaluación y su correspondiente calificación (enfoque en Evaluación del Aprendizaje - Sumativo):
Provee de una calificación más confiable y precisa, evitando el tener que adivinar en cuánto valorar la evaluación.
Permite definir y asignar características evaluativas de alta calidad.
Facilitar la retroalimentación en los procesos enseñanza-aprendizaje (enfoque en Evaluación Formativa - Evaluación para el Aprendizaje):
Provee de una retroalimentación más eficiente.
Si se provee al inicio de los cursos, ayuda a los estudiantes a comprender cuáles serán las expectativas esperadas.
Cuando los miembros de la facultad colaboran para desarrollar una rubrica, promueve expectativas compartidas sobre el aprendizaje y las prácticas de calificación.
Ayuda a los estudiantes a autorregularse y auto-evaluarse críticamente (enfoque en la Evaluación Formativa, - Evaluación como Aprendizaje):
Proporciona a los estudiantes una manera de evaluar críticamente su propio desempeño y el de sus compañeros.
Le ayuda a planificar el cambio en su aprendizaje (autorregulación).
Si bien poseen muchos beneficios, también se considera que en algunos casos podría limitar la creatividad y la originalidad; ser inconvenientes en estudiantes avanzados o con limitaciones y que su enfoque es hacia los resultados más que en el proceso de alcanzarlos; de otro lado, requieren de tiempo por parte del docente para su elaboración (Salinas, 2018).
Estas cuestiones podrían solucionarse con el uso apropiado de los dos tipos de rubrica más comunes (O'Neill, 2018):
Rubricas Analíticas: Útil si los estudiantes requieren de mayor apoyo y direccionamiento (primeros semestres o primeras temáticas del curso) puesto que divide las tareas o actividades de aprendizaje en componentes que detallan las expectativas esperadas de parte de los estudiantes, a la vez, que facilita al docente el proceso de evaluación y calificación.
Rubricas Holísticas: Útil cuando se desea que los estudiantes se esfuercen mucho más en generar diferentes respuestas (creatividad/originalidad) que pueden ser todas, correctas. Este tipo provee una descripción más general acerca de la tarea o actividad de aprendizaje, permitiendo al estudiante unas expectativas más amplias para considerar distintas interpretaciones o resultados, aunque requieren, por parte del profesor, una revisión más detallada para confirmar su validez.
Cabe destacar que para el proceso de ajuste de algunos programas con miras a la Acreditación Internacional ABET (Accreditation Board for Engineering and Technology), la cual, pretende asegurar que los estudiantes logren los siguientes resultados (Student Outcomes):
La capacidad para identificar, formular y resolver problemas complejos de ingeniería mediante la aplicación de los principios de ingeniería, ciencias y matemáticas.
La capacidad de aplicar el diseño de ingeniería para producir soluciones que satisfagan necesidades específicas con consideración de salud pública, seguridad y bienestar, así como factores globales, culturales, sociales, ambientales y económicos.
La habilidad para comunicarse efectivamente con un rango de audiencias.
La capacidad de reconocer responsabilidades éticas y profesionales en situaciones de ingeniería y hacer juicios informados, que deben considerar el impacto de las soluciones de ingeniería en contextos globales, económicos, ambientales y sociales.
La capacidad de trabajar de manera efectiva en un equipo cuyos miembros en conjunto proporcionan liderazgo, crean un entorno colaborativo e inclusivo, establecen objetivos, planifican tareas y cumplen objetivos.
La capacidad para desarrollar y llevar a cabo la experimentación adecuada, analizar e interpretar datos, y usar el juicio de ingeniería para generar conclusiones.
La capacidad de adquirir y aplicar nuevos conocimientos según sea necesario, utilizando estrategias de aprendizaje adecuadas.
Este trabajo exige recopilar información precisa sobre los progresos que los estudiantes logran en los cursos, por lo que el uso de medios e instrumentos de evaluación efectivos, es clave.
Tercera Reflexión:
¿Cómo podríamos planificar en el tiempo, el desarrollo de rubricas que cubran las distintas evaluaciones en nuestros cursos?
¿Es aconsejable construir rubricas comunes para un curso pero que imparten distintos profesores?
¿Podríamos diseñar rubricas que explícitamente nos permitan evaluar y valorar en el estudiante, los resultados esperados (Student Outcomes) o competencias básicas/profesionales?
En nuestro quehacer docente, nuestra responsabilidad no se limita al "Saber Enseñar" al estudiante para qué él "Aprenda" algo, apoyándolo con nuestro acompañamiento permanente. "Saber Evaluar" en este contexto se traduce a "Enseñar a Aprender" para que la Evaluación para el Aprendizaje sea también una oportunidad, para el estudiante, de aprender.
Ahora si, ¿Cómo puedes aportar a esta temática con tus valiosos y asertivos comentarios?
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Referencias:
Salinas S., M. L. (2018). Evaluación para el aprendizaje en la Universidad. Cali: Universidad Autónoma de Occidente. Documento de trabajo.
Salinas S., M. L. (2018). Planear la Evaluación para el Aprendizaje. Cali: Universidad Autónoma de Occidente. Documento de trabajo.
Salinas S., M. L. (2018). Instrumentos evaluación para el aprendizaje. Cali: Universidad Autónoma de Occidente. Documento de trabajo.
Moreno O., T. (2016). Evaluación del Aprendizaje y Para el Aprendizaje. Reinventar la evaluación en el aula. México: Universidad Autónoma Metropolitana. Retrieved from http://www.casadelibrosabiertos.uam.mx/contenido/contenido/Libroelectronico/Evaluacion_del_aprendizaje_.pdf
Tecnológico de Monterrey (2018). Modelo Educativo Tec21. México. Retrieved from http://modelotec21.itesm.mx/files/folletomodelotec21.pdf
Hamodi, C.; López P. V. M.; López P. A. T. (2015). Medios, técnicas e instrumentos de evaluación formativa y compartida del aprendizaje en educación superior. Perfiles Educativos. vol. XXXVII, núm. 147. Retrieved from https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=13233749009
Universidad Central de Chile (2017). Manual de apoyo docente. Evaluación para el Aprendizaje. Dirección de Calidad Educativa. Vicerrectoría Académica. Retrieved from http://www.ucentral.cl/prontus_ucentral2012/site/artic/20170830/asocfile/20170830100642/manual_evaluacion.pdf
National Forum for the Enhacement of Teaching and Learning in Higher Education. (2017). Expanding our Understanding of Assessment and Feedback in Irish Higher Education. Ireland: Forum Insights. March 2017. Retrieved from https://www.teachingandlearning.ie/publication/expanding-our-understanding-of-assessment-and-feedback-in-irish-higher-education/
O'Neill, Geraldine. (2018). Assessment. Designing Grading and Feedback Rubrics. University College Dublin. Retrieved from: https://www.ucd.ie/t4cms/UCDTLA0046.pdf