La danza puertorriqueña

Desirée Morales - texto e ilustraciones

Estaba en 6to grado cuando bailé la danza puertorriqueña por primera vez. Era la semana de la puertorriqueñidad y los que estaban en la escuela elemental tenían que hacer algún tipo de baile para presentarlo en el salón de Bellas Artes. A mi grup le tocó la danza. La danza puertorriqueña es un baile de salón que se originó en el siglo XIX , inspirada por la música clásica, los bailes europeos de la época con una mezcla de “syncopation” afro-caribeña y la habanera cubana.

Las damas tenían que usar un traje de salón y tener un abanico en la mano mientras los caballeros llevaban una corbata y un emosquín. Este baile era considerado uno muy elegante durante aquella época y se convirtió en algo cultural y significativo para la historia de nuestra isla y para mí también.

Al principio, yo no estaba muy emocionada de participar en este tipo de baile ya que la vestimenta no era algo que me encantara ni la idea de bailar con un chico. Los ensayos para este baile eran tediosos. Teníamos que practicar en la cancha de la escuela mientras combatíamos el calor y algunas veces en un salón que era demasiado pequeño y estrecho que lo hacía incómodo para poder bailar. Otro factor era que los maestros escogían tu pareja de baile que lo hacía más incómodo ya que no podías bailar con un amigo cercano o con alguien de confianza . Mi pareja, por lo menos era amable.

Con el pasar del tiempo, mi cariño por el baile comenzó a crecer y lo empecé a dominar. Estaba disfrutando y valorando el esfuerzo que mis compañeros poníamos en la danza. Poco a poco integramos en nuestras vidas una nueva riqueza de la cultura puertorriqueña.

El lenguaje del abanico no me gustaba nada. Me dio mucho trabajo aprenderlo. Este lenguaje era utilizado por las damas para comunicarse con los caballeros presentes en el salón. He aquí las reglas.

El día que nos tocó a mí y a mis compañeros bailar en el Centro de Bellas Artes, por la mañana nos fuimos de gira para practicar en el escenario donde se supone que íbamos a bailar esa noche. Luego del ensayo final, fui con una amiga y su madre a comer en PF Changs para luego ir al salón de belleza. La estilista que me atendió era muy amistosa y tenía mucha energía. La forma en que ella me hizo el pelo fue con unos rizos muy bonitos y me puso unas hebillas con forma de rosas para darme el toque final. Después de salir de aquel sitio, fui a la casa de mi amiga donde su madre me maquilló. Fue un maquillaje bastante natural y sencillo, solo tenía un poco de polvo y un labial transparente. Lo último que me faltaba para terminar mi vestimenta era el traje de salón que era de un color azul no muy oscuro pero no muy claro con mangas largas y fue cosido por una costurera que es amiga de mi madre. El traje realmente parecía de una princesa de Disney.

Cuando llegó la hora del baile, estaba muy nerviosa pero al final logré hacerlo bien. El público era enorme, de verdad no esperé que tantas personas estuvieran interesadas en ver un baile montado por un par de estudiantes de escuela elemental. Obtuvimos mucho éxito con nuestra presentación ya que a toda la audiencia le gustó y estableció el significado de lo que es ser puertorriqueño. Después del baile estaba bien cansada pero fue divertido y realmente será una experiencia que nunca olvidaré.