Año 2 Núm. 2 28 de octubre de 2022


Crónicas de arte y deporte


Prof. Sandra Acevedo


Este número de La Luz Verde sale justo a tiempo para presentar algunos momentos significativos del mes de octubre. Trabajamos los géneros de la crónica, la columna de opinión y el fotorreportaje. La primera plana hoy la ocupa la crónica Encuentro con el arte. El proceso de escritura que vivió el grupo es lo más importante. Podemos decir que hemos puesto la pluma al servicio de la experiencia y la experiencia al servicio de la pluma.

Cada uno de los párrafos que siguen fue escrito por un estudiante diferente. Fue este un ejercicio de redacción colectiva en el que juntos narramos una experiencia significativa para el grupo.

La crónica no es solo un relato de hechos acontecidos en un momento y un espacio. Es también un borrador para la historia que vamos construyendo juntos y de la que el cronista es testigo y participe al mismo tiempo. Hispano América tiene una larga tradición en la escritura de este género.

Desde las impías crónicas de Indias, hasta las seculares crónicas caribeñas de Edgardo R. Juliá, la crónica propone una lectura de la historia que se va construyendo día a día según la mirada de quien la vive.

Sin duda alguna, los estudiantes del curso de Periodismo Crítico se han convertido en testigos y participantes activos de nuestra historia en sus diversas facetas. Se han convertido en cronistas para permitir la entrada de cada uno de ustedes al Museo de Puerto Rico.

La mirada del cronista se ha posado también en el campo del deporte para dejar constancia del primer torneo celebrado en nuestra escuela después de la pandemia de COVID 19.

Por otra parte, Zara Akram y Valeria Larrache han elaborado un diseño con los colores de octubre. Nos regalan así la textura y el color del final de la primera mitad del semestre. Es aquí donde cito a mi amigo don Quijote para recordarles, amigos lectores, que:

" El rendirse a los sueños -- eso es posiblemente locura... pero demasiada cordura puede ser una locura -- y lo más loco de todo:

¡Ver la vida como es, y no como debería ser."


¡Adelante con la vida vista a través de los ojos de los estudiantes del curso de Periodismo Crítico!






El viernes 14 de octubre a las 10:40 de la mañana, los estudiantes de Periodismo Crítico nos unimos a los estudiantes de la clase Un Siglo de Literatura Feminista, de la Prof.. Johanna Estrella para ir en excursión al Museo de Puerto Rico. Salimos de la escuela y caminamos unos 15 minutos. La caminata fue calurosa y extensa, pero finalmente llegamos, listos para realizar un recorrido por el Museo.

Mientras esperábamos a la guía, exploramos la tienda. Luego comenzamos el recorrido que nos llevó a descubrir piezas de arte de diferentes artistas puertorriqueños como José “Bubu” Negrón, Anaida Hernández, Lorenzo Omar y Pepón Osorio. La exposición principal del Museo es Puerto Rico plural y gira en torno a la obra de Anaida Hernández.

Puerto Rico plural presenta distintos rostros de la mujer puertorriqueña en distintos medios que incluyen pintura, montajes, fotografías y vídeos representativos del arte contemporáneo.


El momento más emocionante fue cuando vimos la pieza final Hasta que la muerte nos separe de Anaida Hernández. Esta pieza presenta las muertes de mujeres a causa de la violencia de género. La plática con las guías del Museo fue una experiencia en la que todos discutimos lo que vimos y sentimos. Las guías formularon preguntas tales como: “¿Qué pueden observar en la pieza?” Muchos dijimos que veíamos flores, rosas, ornamentos, pero que mayormente veíamos pinturas que simbolizaban violencia o vida.

El montaje incluye los nombres de 100 mujeres que fueron asesinadas por sus parejas o ex-parejas entre los años 1990-1994, después de que la Ley 54 fue firmada. Cada nombre está acompañado de un cuadro que recuerda la muerte de las víctimas que continúan viviendo en el corazón de sus familiares.

Nos llamó profundamente la atención el niño que aparece en el centro y que simboliza la falta de una madre en la vida de los niños. Esto causó una gran impresión en el grupo ya que cuando vemos casos de violencia doméstica solo vemos a la mujer asesinada, pero pocas veces nos fijamos en la familia que ella deja atrás. Mientras contemplábamos el montaje Hasta que la muerte nos separe, reflexionamos sobre los roles que la sociedad patriarcal asigna a los hombres y a las mujeres en todo el mundo, las relaciones de pareja, nuestra cultura y cómo resolvemos nuestros problemas.

Otro momento del recorrido que llamó poderosamente la atención de algunos de nosotros fue la exhibición de un montaje fotográfico creado por un barbero que se llama Omar Obdulio. El montaje presenta varios acercamientos a las mejillas y a las barbillas de hombres con barba corta. Aunque esto puede parecer aburrido, descubrimos que el pelo puede tener patrones ocultos, como una torre, una flor y una cara. Algunos de nosotros quedamos muy sorprendidos y a otros les produjo asco. Es, indudablemente una obra inquietante ante la que ninguno quedó indiferente.

Curiosamente, disfrutamos de dos montajes ("performances") que representan el mismo espacio: la barbería. En la barbería no se llora se presenta una instalación que se compone de materiales creados o encontrados por el artista Pepón Osorio incluyendo: sillas de barbería, marcos con fotos de hombres importantes en la historia de Puerto Rico, aros de carros, una mesa de billar, una inscripción en la pared que dice “Perdóname Madre” que mezcla el texto con rosas y balas. También incluye pantallas de televisión, la estatua de San Cristóbal y mucho más. Todos estos elementos diversos comunican la idea de una masculinidad tóxica y cómo el hombre es educado desde que nace para ser rudo, no llorar y no identificarse con la feminidad. Los hombres no lloran, crea un espacio íntimo y seguro solo para hombres, donde la mujer desempeña únicamente el rol de madre. Los componentes más destacados son los televisores con vídeos que presentan la idea de la toxicidad, las sillas en la instalación con los cuerpos de hombres, correas usadas como collar de perro y mucho más. Todos estos materiales tienen un significado más profundo e interesante porque nos enfrenta a la sociedad patriarcal con toda su crudeza.

En nuestro recorrido por el Museo, también nos encontramos con dos obras que demuestran a diferentes mujeres hechas por Miguel Pou y Luisa Geigel. La de Miguel Pou muestra a una mujer en una cocina cortando una calabaza. Representa el trabajo de la mujer en la casa, posiblemente sirviendo a su familia. Podría decirse que Miguel Pou quería hacer una obra sobre la mujer sumisa.

Junto a la obra de Pou se encuentra la de Luisa Geigel que presenta a una mujer posando en un traje amarillo. El cuadro se titula Lorenza la Lavandera. La mujer está parada con ambas manos en la cintura y una ropa secándose a su espalda. Se podría decir que es una mujer empoderada. El punto en común de ambas obras, que se encuentran una al lado de la otra, es demostrar que la mujer sumisa y la mujer empoderada ambas pueden ser mujeres trabajadoras que se dedican a lo que hacen y siempre tendrán un poder como mujer.

La obra y presentación de la silla de ruedas llamada “La Promesa” de Jose “Bubu” Negrón trata de un hombre que carga con una silla de ruedas por un largo trayecto para cumplir con una promesa que le hizo a su madre. También habla sobre cómo él carga con el peso de las expectativas que tiene su padre acerca de él y de su vida. Dos visitantes del museo, Juan José Vega y Miren Guardino interpretaron la obra de una manera similar. Ellos comentaron que a veces los padres le cortan las alas a los hijos y que el hijo, en esta obra, está probando que puede cumplir la promesa y puede lograr sus metas aunque no tenga el apoyo de sus padres. Por eso carga con la silla de ruedas como prueba de que puede. Además comentan que la silla puede ser una manera de mantener la memoria a su mamá.

Para algunos de nosotros, lo más interesante fue el mural titulado La Plena, pintado por Rafael Tufiño en óleo en "masonite", entre los años 1952 y 1954. Se ubica en una sala grande y retrata la presencia de dos fuerzas sobrenaturales en un pueblo de Puerto Rico. La primera fuerza es el temporal, representado como un fantasma anciano azul. La segunda, es el diablo. El mural se compone de 12 partes y parece abstracto a los ojos de alguien que no está familiarizado con la cultura puertorriqueña. Retrata el baile de la plena en el siglo XX. Por ejemplo, la fuerza parecida a un fantasma anciano azul representa el huracán de una canción de plena llamada “Temporal”, que cuenta la historia de la destrucción producida por los huracanes. .En general, el mural es una mezcla de la cultura puertorriqueña y retrata cómo esa cultura se diferencia de la cultura americana y española. Destaca la importancia de la plena en Puerto Rico que siempre ha sido utilizada para comunicar noticias, quejas y críticas ante situaciones de crisis.

Concluimos el recorrido por el Museo de Puerto Rico delante del montaje Hasta que la muerte nos separe. Allí, frente a las fotos de las mujeres asesinadas, reflexionamos y terminamos la excursión dibujando una gran pancarta colectiva en la que cada uno expresó el significado personal de la exposición permanente Puerto Rico plural. Esta fue una experiencia exepcional para todos nosotros.