Si los usuarios demandaran racionalmente sus productos de consumo o el criterio de oferta de productos fuera la calidad y no el capital, tendríamos una mejor calidad de vida dentro de un sistema económico como el nuestro. Si los seres humanos tuviéramos una mejor calidad de vida dentro de un sistema económico como el nuestro, podrían disfrutar de ratos de ocio tranquilamente, lo cual no sucede. Es fácil colegir que es falso que el criterio de oferta de productos sea la calidad y no el capital.