Dolores Campos Herrero
Es la hora del cielo,
Cuando miramos hacia arriba
Y sobre los tejados
Los azules se balancean
Y parecen copiados.
Ya sé que el sol desciende vertical
Sobre las casas, que no siempre
Son blancas,
Y que por las calles el sueño se esparce
En apacible sesteo.
Es un día cualquiera.
Hay un paisaje urbano de las tres
De la tarde.
Y el silencio no es el silencio
De lo oscuro sino una confusión
De ruidos
-la televisión, la radio, un bebé
Que llora-
Familiar es también el ligero estertor
Del camión de siempre.
A esto se parece
La felicidad, a un instante
Sin noticias
En un lienzo.
Y a la sombra (puertas afuera)
De cualquier verano,
Eternamente la vida
Se finge duradera.
Dolores Campos Herrero