1.- Definición de Economía.

Comienza el naufragio“Animado ya al verme en sitio seguro, empecé a mirar en torno mío, para ver en qué lugar me hallaba y QUÉ ERA LO PRIMERO QUE TENÍA QUE HACER. Pronto vi disminuirse mi alegría y pensé que mi situación era horrorosa; porque estaba mojado y no tenía ropas para secarme; sentía apetito y no disponía de nada para comer; estaba sediento y no tenía nada que beber; me hallaba débil y no contaba con qué fortalecerme; no veía otra perspectiva que la de morirme de hambre o ser devorado por las fieras; y lo más triste para mí es que no poseía ningún arma para conseguir algún alimento por medio de la caza o para defenderme contra cualquier criatura que quisiera quitarme la vida para sostener la suya; en una palabra, no llevaba encima más que una navaja y un poco de tabaco en una petaca; A ESO SE REDUCÍAN TODOS MIS RECURSOS, lo cual me sumió en terribles angustias, de tal modo que por algún tiempo corrí de aquí para allí como un insensato. La noche se echaba encima y empecé a meditar cuál sería mi suerte si aquella tierra cobijaba animales feroces, pues sabía yo que las fieras salían todas las noches en busca de su presa”.[1]

[1] Robinson Crusoe. Daniel Defoe. Ed. Orbis, S.A. 1990. Pg. 40.

Nada más naufragar en la isla de Micomicón, te das cuenta de algunas cosas, que esquematizamos, para que sea más fácil recordar:

  • La economía es el estudio de cómo las sociedades organizan unos recursos productivos escasos para conseguir bienes y servicios que satisfacen necesidades y de cómo se distribuyen entre las personas esos bienes y servicios. (Existen otras muchas definiciones, no lo olvides)[2]

    • Hay que conocer qué son las necesidades, los bienes y sobre todos los recursos productivos (K, T, L)

  • Los problemas básicos de la economía: QUÉ, CÓMO Y PARA QUIÉN.

  • La Frontera de Posibilidades de Producción (FPP) Primer modelo económico. (Modelo: simplificación de la realidad. Hace las veces de mapa para guiarnos) “Cada pistola, cada buque de guerra que se bota, cada cohete que se dispara, significa en último término, un hurto a los que pasan hambre”.Dwight D. Eisenhower. Cita tomada del libro Economía, de Paul A. Samuelson. Ed. McGraw Hill 1998. 15º edición. Página 7.

    • Los puntos de la FPP. Inalcanzables, eficientes, ineficientes. La eficiencia productiva. Distintas definiciones pero no olvidéis que si desde una situación que llamaremos 1 podemos llegar a una situación que llamaremos 2, donde alguien o algo se puede mejorar sin que nadie o nada empeore, esa situación 2 será eficiente y objetivamente mejor que la primera. Estaremos, dicho sea de paso, sobre la FPP.

    • Nos movemos a lo largo de la FPP. EL COSTE DE OPORTUNIDAD.

    • La Ley de Rendimientos Marginales Decrecientes y la Concavidad de la FPP. (Con un recordatorio sobre lo importante de no darse panzadas de estudio sino mejor, un trabajo constante de día a día que aproveche el rendimiento de las primeras unidades).

    • Desplazamientos de la FPP. El crecimento económico y la importancia del ahorro (y del estudio).

  • Y por último, una reflexión sobre lo que es la microeconomía, la macroeconomía, la economía positiva y la economía normativa.


Y este esquema, más desarrollado, para un estudio más completo, se puede encontrar aquí.

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And now, an exceptional explanation.

Introduction to Economics: Basic introduction to what microeconomics and macroeconomics study. A bit on Adam Smith

[2] Puedes encontrar otra visión muy interesante del economista Partha Dasgupta en el texto La Agenda del Economista, que es el capítulo de Introducción de su libro Economía, una Breve Introducción.

Y para completar, algunas lecturas sobre este tema:

Como resultado de la anterior investigación sobre necesidad y sobre la cantidad de bienes disponibles puede darse una triple posibilidad:

a) La necesidad es mayor que la cantidad disponible

b) La necesidad es menor que la cantidad.

c) La necesidad y la cantidad disponible son iguales.

Pues bien, podemos observar que, respecto de la gran mayoría de los bienes se registran siempre la primera de las posibilidades, de modo que forzosamente debe quedar insatisfecha una parte de las necesidades cubiertas por los bienes correspondientes. No me refiero aquí a objetos lujosos, ya que respecto de ellos la anterior afirmación es en sí misma evidente. Entran también en este capítulo los vestidos más ordinarios, las viviendas y edificaciones más comunes, los alimentos más usuales. De ordinario, ni siquiera disponemos de tierra, piedras y ni aun de los más insignificantes desechos en tales cantidades que podamos utilizarlos despreocupadamente.

Cuando, respecto de un determinado período de tiempo, adviertan los hombres que se produce esa circunstancia, es decir, que la necesidad de un bien es mayor que la cantidad disponible, comprenden también al mismo tiempo que no puede disminuirse una parte importante de las cualidades útiles de la cantidad disponible, o no puede ser sustraída a la disposición de los hombres, sin que quede insatisfecha una concreta necesidad humana que hasta ahora había sido cubierta, o que quede satisfecha menos perfectamente que si no se diera tal caso.

La más inmediata consecuencia que se deriva de este conocimiento en orden a la actividad humana tendente a la más perfecta satisfacción posible de sus necesidades es que los hombres se esfuerzan por:

1. Mantener aquella cantidad parcial de los bienes de que disponen en la relación cuantitativa anteriormente existente.

2. Conservar las propiedades útiles de dichos bienes.

Otras de las consecuencias derivadas del conocimiento de la mencionada relación entre necesidad y cantidad disponible es que; por un lado, los hombres adquieren conciencia de que, sean cuales fueran las circunstancias, una parte de las necesidades de los bienes de que hablamos queda insatisfecha y, por otra, que toda utilización inadecuada de cantidades parcialmente de estos bienes tiene como consecuencia inevitable que también quedará insatisfecha una parte de aquellas necesidades que podrían haber sido cubiertas con una utilización racional de la masa total de bienes disponibles.

Así pues, respecto de la relación cuantitativa de los bienes, los hombres pretenden con su actividad previsora, encaminan a la satisfacción de sus necesidades, los siguientes fines:

3. Hacer una elección entre las necesidades más importantes, que satisfacen con las cantidades de bienes de que disponen, y aquellas otras que tienen que resignarse a dejar insatisfechas.

4. Alcanzar con una cantidad parcial dada dentro de la relación cuantitativa de bienes, y mediante un empleo racional, el mayor éxito posible, o bien un éxito determinado con la menor cantidad posible. Dicho con otras palabras, utilizar las cantidades de bienes de consumo directo y sobre todo las cantidades de medios de producción de que disponen de una manera objetiva y racional, para satisfacer sus necesidades del mejor modo posible.

A la actividad humana encaminada a la consecución de los mencionados fines la denominamos, considerada en su conjunto, economía. A los bienes que se hallan en la relación cuantitativa antes descrita, y que constituyen su objetivo exclusivo, los llamamos bienes económicos, en contraposición a aquellos otros de los que los hombres no tienen ninguna necesidad para su actividad económica y ello debido a razones que, como veremos más adelante, se explica de lleno en virtud de la relación cuantitativa tomando en su sentido más estricto, como acabamos de indicar a propósito de los bienes económicos. Carl Menger. Principios de Economía. Política. 1871. Ed. Folio 1996. Páginas 83-84.

“Me llamo Octave y llevo ropa de APC. Soy publicista: eso es, contamino el universo. Soy el tío que os vende mierda. Que os hace soñar con esas cosas que nunca tendréis. Cielo eternamente azul, tías que nunca son feas, una felicidad perfecta, retocada con el PhotoShop. Imágenes relamidas, músicas pegadizas. Cuando, a fuerza de ahorrar, logréis comprar el coche de vuestros sueños, el que lancé en mi última campaña, yo ya habré conseguido que esté pasado de moda. Os llevo tres temporadas de ventaja, y siempre me las apaño para que os sintáis frustrados. El Glamour es el país al que nunca se consigue llegar. Os drogo con novedad, y la ventaja de lo nuevo es que nunca lo es durante mucho tiempo. Siempre hay una nueva novedad para lograr que la anterior envejezca. Hacer que se os caiga la baba, ése es mi sacerdocio. En mi profesión, nadie desea vuestra felicidad, porque la gente feliz no consume.” 11,99. Frédéric Beigbeder. Círculo de Lectores, 2002. Novela aparecida en 2002, donde un publicista hace crítica de su propio oficio.

VIVIR CON MENOS

PREGUNTA: La posibilidad de consumir y el libre acceso a los bienes materiales es un privilegio de los países ricos. Ese bienestar económico es envidiado por los países subdesarrollados y parece que se des precia cuando se propone «vivir con menos».

RESPUESTA: No tengo nada contra el bienestar [...]. Lo importante es tener las cosas, pero que éstas no terminen adueñándose de la persona. Hay bienes estupendos que hacen la vida mucho más confortable y grata, que hacen los viajes mucho más rápidos, y eso está muy bien hasta que todo ello se convierte en estorbos. Para nuestra vida normal hay dos impedimentos: uno, carecer de cosas; el otro tener tantas que uno no se puede mover[...].

PREGUNTA: Si hace falta que el cambio de actitud no sea únicamente de unos pocos sino una decisión más general, ¿el vivir con menos no resulta entonces utópico?

RESPUESTA: Se puede vivir con menos. Depende de la persona. Si alguien no tiene más compensación en la vida que lo que venden en las tiendas, es muy difícill que pueda vivir con menos. Las cosas para una persona creativa son relativamente baratas. La televisión con su vídeo, el tocadiscos con unos discos o Los libros ya no son tan caros. Lo costoso es tener que poseer la marca determinada: que no se escuche la música sino la alta fidelidad. Si te gusta la música, disfrutas con la música, no con el aparato; si eres un descerebrado, lo único que te interesará son los botoncitos y que tenga muchos. Si te gusta escribir, con un bolígrafo y una hoja de papel te puedes arreglar; de lo contrario necesitarás un ordenador lleno de cosas que tape el hecho de que tú no tienes nada que deciri.

Entrevista a FERNANDO SAVATER, en WAGCMAN, D. y ARRIZARALAGA, A.: Vivir mejor con menos. Madrid, Aguilar, 1997.

En la línea de la anterior entrevista, resulta recomendable la lectura de este capítulo sobre crecimiento económico, consumo y su relación con el bienestar, del sociólogo Carlos Taibo, de su libro El Decrecimiento Explicado con Sencillez. Ed. Catarata, Madrid, 2011. En este texto, encontrarás una versión no convencional y contraria a lo que se ve habitualmente en los manuales de economía sobre la identificación entre consumo y bienestar.

El jefe de personal se hacía llamar jefe de recursos humanos y, como todos los jefes de personal del mundo, era una de las personas menos afables que uno podía encontrarse. Sentado frente a él, era difícil no pensar que cualquiera capaz de considerar recursos a los individuos –reduciéndolos sin remordimiento alguno al mismo nivel que el petróleo, los ladrillos y los canarios en las minas de carbón-, probablemente no debería estar autorizado a ninguna relación humana que no implicara cerrojos y barrotes carcelarios. Todo lo que Muere. John Connolly. Ed. Maxi Tusquets, 3ª ed. 2010. Página 70.

Más lecturas. ¿Es realmente cierto el modelo de Homo economicus que se ve en clase y que campa por los manuales de economía a sus anchas? Interesante reflexión de Fernando Esteve en El País. Y además añadimos un ejemplo de comentario de este artículo.

Y más sobre el HOMO ECONOMICUS, que pone en tela de juicio su existencia. Aquí también.

El Homo Economicus es egoísta. Sobre el egoísmo y la economía, otro interesante artículo.

Y antes de irnos, nos preguntamos ¿Es la Economía una Ciencia? un debate interesante que tiene más aportaciones interesantes al respecto como esta.

Y siguiendo con las críticas, el Filósofo Michel Sandel quisiera reescribir los textos de economía.