declaracion
Declaración sobre la Protección de todas las Personas contra la Desaparición Forzada
Siligrafía sobre papel de agave
Políptico (23 grabados), edición 145 copias
30 x 40 cms
2009
El 18 de diciembre de 1992, la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) proclama en su resolución 47/33 la Declaración sobre la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas. Aunque el incumplimiento de ésta por parte de los Estado firmantes sólo amerita una sanción moral, es un documento que contiene una serie de normas y principios que los Estados deben de cumplir.
El Estado mexicano viola por completo lo establecido dentro de esta Declaración, por lo cual decidí realizar cada uno de los artículos de ella en un grabado, todos ellos se integraron en una carpeta gráfica realizada en la técnica de Siligrafía[1]. Realicé una edición de 15 carpetas con las 23 estampas que comprenden la Declaración y decidí entregar algunas de ellas a instituciones relacionadas con este tema, tanto por su omisión como por su ejecución, para hacerla de su conocimiento y aplicación. En el mes de mayo de 2010, enmarcado dentro de la Semana Internacional del Detenido Desaparecido entregué siete carpetas a las siguientes instituciones:
Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal
Comisión Nacional de los Derechos Humanos
Oficina en México de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
Suprema Corte de Justicia de la Nación
Procuraduría General de la República
Representación del Estado de Oaxaca en la Ciudad de México
Representación del Estado de Puebla en la Ciudad de México
Con las carpetas, entregué una carta dirigida al dirigente de cada dependencia explicando en qué consistía la obra y por qué se las obsequiaba, al mismo tiempo esta carta la utilicé como un acuse de recibo (como lo llaman institucionalmente) y para mí estas cartas firmadas y selladas por las instituciones arriba mencionadas forman parte de esta obra, pues son el registro de la acción realizada.
Durante las semanas consecutivas a la acción, fueron llegando a la Academia de San Carlos algunas respuestas de estas instituciones, para mí fue inesperado, pues no estaba acostumbrada a este tipo de relación con ellas, creía que las instituciones hacen caso omiso a las exigencias y demandas de los ciudadanos, ahora, estas cartas también forman parte de la obra. Esto constituye una prueba de que sí fui escuchada, aunque eso no implica que haya una voluntad política por actuar al respecto.
Sin embargo, debido a que esta obra comprende la carpeta gráfica y una acción que fue la entrega de ella en las instituciones así como las respuestas, narraré la acción, porque no todo quedó registrado y esta es una forma de hacerlo:
En cada una de las instituciones mencionadas acudí a “oficialía de partes” que es el lugar destinado a recibir los documentos dirigidos a ellas, no tuve problema en entregar cada carpeta pues sabía que en la carta tenía que apuntar una dirección a la cual dirigir la respuesta, sólo en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, tardaron más de media hora en entender qué era lo que les estaba entregando, fue hasta que uno de los empleados me preguntó si era un “regalo” y yo contesté que sí, que pudieron recibirme la carpeta.
En la Oficina en México de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, para poder acceder al lugar y entregar la carpeta tuve que llenar una ficha en la que me pedían entre otros datos mi teléfono, la llené y una semana después de haber acudido a dicha instancia, recibí una llamada de Alberto Brunoni, quien en ese entonces dirigía la dependencia. Él me agradecía “el regalo” y entre otras cosas manifestó su ignorancia sobre la existencia de desaparecidos políticos en México, me dijo que iba a buscar un lugar adecuando dentro de sus instalaciones para colocar la obra y difundir su contenido, agradecí la atención de la llamada y comuniqué que mi intención más allá de que tuvieran una “obra de arte” era que aplicaran el contenido en ella inscrita.
En las imágenes que integro de esta obra, se encuentran las cartas que dirigí a las instituciones, así como las respuestas que recibí. Cabe hacer una especial observación a la respuesta del Procurador General de la República Arturo Chávez Chávez, quien me comunica por escrito que colocará en una parte pública de la Procuraduría General de la República esta obra, lo cual implica hacer un seguimiento de lo prometido por el Procurador, si bien, no hizo un compromiso en cuanto al fondo de esta obra que implica un ejercicio de justica, si lo hizo en torno a la difusión del tema; por lo cual el que realice o no este montaje de la obra consistiría una evaluación del trabajo de las instituciones del Estado mexicano.