Ñaupa Wiñay
En el templo la gente se aproximaba a lo divino acompañándose de música y de pantomimas (éstas dieron ulteriormente nacimiento al teatro). El sentido religioso hacia el Creador del mundo se unía al más sagrado de los sentimientos humanos, la veneración por los antepasados. Estos eran invocados en las ceremonias religiosas como huéspedes del Señor del cielo y representantes de la humanidad ante lo supremo. Vinculando así el propio pasado con la divinidad en los solemnes momentos de entusiasmo religioso, se establecía la unión entre Dios y la humanidad. El gobernante que veneraba la divinidad en sus ancestros era considerado como el Hijo del Cielo, en quien el mundo celeste entraba en contacto místico con el mundo terrestre. Estos pensamientos son el resumen último y supremo de la cultura china. Confucio mismo dijo respecto al gran sacrificio que se cumplía durante estos ritos: “Aquél que haya comprendido completamente este sacrificio podrá gobernar el mundo como si lo hiciera girar en la palma de la mano”. _I Ching
Marxismo Mágico (Celebración del nacer incesante)
Pequeño contratiempo (separador del Altiplano)