Reciclado de plásticos
Selección y recuperación
Un gran porcentaje de la basura de nuestros hogares es material plástico. Para que el reciclaje sea efectivo es necesario realizar una selección y separación previa de este material.
Precisamente, la primera etapa en el proceso de selección de residuos debe realizarse en los puntos de origen, es decir, en los hogares, donde debemos separar la basura orgánica (materiales que pueden pudrirse o descomponerse), de los residuos inorgánicos (plásticos, metales, vidrios, papel, etc.). Aunque la cantidad de residuos plásticos generados es enorme, únicamente seis plásticos constituyen el 90% de los desechos.
Por tanto, casi toda la industria del reciclado se centra en la recuperación de estos seis tipos. Se ha creado un logotipo con un número interior a modo de código que se imprime en el objeto de plástico para facilitar el reconocimiento del material.
Contenedores
Estos plásticos son:
1. Polietilentereftalato (PET).
2. Polietileno de alta densidad (HDPE).
3. Policloruro de vinilo (PVC).
4. Polietileno de baja densidad (LDPE).
5. Polipropileno (PP).
6. Poliestireno (PS).
7. Otros plásticos.
Tipos de Reciclado
Reciclado químico
Consiste en separar los componentes químicos o monómeros que forman el plástico. Se trata, por tanto, de invertir las etapas que se siguieron para crearlo o «despolimerizar» las moléculas de plástico.
Entre los diferentes métodos que se utilizan están la metanólisis, la pirólisis, la hidrogenación o la aplicación de disolventes.
1. El reciclado químico por metanólisis del PET (polietilentereftalato) se inicia con un lavado y una compresión de los objetos.
2. Se consigue una molienda que se introduce en un reactor, que es la máquina que divide las moléculas de PET en moléculas de tereftalato de dimetilo y etilenglicol, dos compuestos químicos con los cuales se fabrica el PET.
3. Estos compuestos serán la materia prima para fabricar nuevos plásticos.
Reciclado mecánico
Consiste fundamentalmente en aplicar calor y presión a los objetos para darles nueva forma. De todos los tipos de plásticos, este proceso solo puede aplicarse al grupo de los termoplásticos, que funden al ser calentados por encima de la temperatura de fusión.
1. Cuando el material llega a la central de reciclado pasa a una zona de lavado y secado para evitar que se mezclen impurezas.
2. Una vez limpio se le somete a una trituración mediante máquinas de molienda, de forma que los trozos de material salen muy pequeños, en forma de bolitas o incluso a veces en forma de polvo.
3. Este material triturado alimenta una máquina de extrusión que proporciona calor y presión para que la masa de plástico se funda y pueda utilizarse para extrusionar o moldear piezas nuevas.
Reciclado energético
Muchos plásticos pueden arder y servir de combustible. El plástico usado se lleva a una incineradora para ser quemado, obteniéndose energía calorífica que puede utilizarse en los hogares o en la industria, o bien para obtener electricidad.
A modo de ejemplo: 1 kg de polipropileno aporta en su combustión casi tres veces más energía calorífica que 1 kg de madera de leña; 1 kg de PET aporta igual energía que 1 kg de carbón; o 1 kg de polietileno genera igual energía que 1 kg de gasóleo. Pero, al tratarse de un proceso de combustión, se genera CO2 que es expulsado a la atmósfera y contribuye al efecto invernadero, así como otros compuestos gaseosos que pueden resultar tóxicos. Por ello, este proceso debe ir acompañado de controles y medidas de seguridad que eviten estos efectos dañinos.
Degradación de Plásticos
Aunque la degradación de los plásticos no representa en sí un proceso de gestión de los residuos, se considera ya que el resultado final conduce a la eliminación de los materiales plásticos posconsumo.
La degradación es un proceso dirigido a modificar la estructura del polímero para hacerlo vulnerable y perecedero y que desparezca como residuo. Los procedimientos de degradación previstos se basan en la acción de la luz (fotodegradación), del calor (degradación térmica), de la atmósfera (degradación oxidativa), de la humedad (degradación hidrolítica) y de los microorganismos (biodegradación). ía calorífica que puede utilizarse en los hogares o en la industria, o bien para obtener electricidad.
El primer efecto que causa la degradación es la disminución del peso molecular del polímero y en ocasiones aparece una reticulación en el mismo.
En el proceso de la degradación de un plástico se observan variaciones tanto físicas como químicas en el mismo. Entre las modificaciones físicas pueden citarse la pérdida de brillo y color, la formación de grietas, la aparición de zonas pegajosas, y endurecimientos con la consiguiente pérdida de propiedades.
Los cambios químicos producidos van dirigidos fundamentalmente a la aparición de grupos funcionales nuevos que se ha comprobado facilitan la ruptura de las cadenas macromoleculares
Fotodegradación:
La mayoría de los materiales plásticos sufren un envejecimiento que lleva asociado una merma en sus propiedades cuando son sometidos durante largos periodos de tiempo a la radiación luminosa. Es el caso de los filmes de polietileno utilizados en la agricultura que con el tiempo pierden elasticidad, haciéndose frágiles, quebradizos, llegando a rasgar fácilmente. Este envejecimiento se atribuye a una reacción de fotooxidación térmica en cadena producida por la radiación luminosa. Estos grupos son los que desencadenan las reacciones degradativas del plástico.
Biodegradación:
La mayoría de los plásticos son inmunes al ataque de microorganismos, hongos y levaduras aunque se modifiquen las condiciones ambientales de uso como la temperatura, el grado de humedad, la concentración de oxígeno, etc. Se ha comprobado que aquellos plásticos que han sufrido primeramente una fotooxidación, son vulnerables a ciertos microorganismos y a las enzimas generadas por éstos.
Para facilitar la biodegradación, suelen incorporarse al material polímeros naturales como el almidón o celulosa ya que al degradarse primeramente, dejan huecos y porosidades en el plástico que favorecen el desmoronamiento y degradación de aquellos.
Para que tenga lugar el proceso biodegradativo, han de darse ciertas condiciones en el medio como son, además de la presencia de microorganismos, una concentración adecuada de oxígeno y de humedad.
La temperatura debe controlarse en un intervalo determinado generalmente entre 20 y 60 ºC y el pH del medio no debe ser ni demasiado ácido ni demasiado alcalino,. En estas condiciones los microorganismos ejercen su acción degradativa.