Pilar Viñuela Tascón

Fue una pionera, de las de verdad, de las que abrieron el camino sobre el que después otras pudieron caminar. Fue una mujer única. Y lo fue por muchas razones. Para empezar, porque eligió una profesión reservada a los hombres y, además, porque lo hizo sin aspavientos, azuzada por el viento de la necesidad y la tragedia que llegó con la guerra. Se llamaba Pilar Viñuela Tascón. Nació en León en 1907. Si viviera, estaría a punto de atravesar el rubicón de los 110 años. Sin embargo, apenas pudo llegar a los 70. Sobrina de Vicente Tascón, el propietario de una de las empresas más importantes de la provincia, la fábrica de chocolates Viuda de Casimiro Díez, Pilar se convertiría —debido a la enfermedad de su tío— en la presidenta de facto de la industria a partir de los años cincuenta. La sociedad fundada en 1921, cuya sede se encontraba en Padre Isla con proyecto de Isidoro Sainz Ezquerra, logró sobrevivir a la posguerra gracias en gran parte a su empuje y determinación. Fue ella la que, a pesar de las tribulaciones que vivió a partir de 1936, logró sortear la escasez y el racionamiento de la guerra para que la actividad industrial no se detuviera.

Aunque nacida en León, su vida transcurrió siempre en Aviados. De allí era su madre y allí sigue en pie la casa familiar. Atraída por el espíritu liberal e ilustrado de la Institución Libre de Enseñanza, tanto ella como sus dos hermanas se trasladaron a Madrid para realizar sus estudios universitarios. Pilar comenzó muy temprano a dar muestras de que iba a contracorriente y, a pesar de las recomendaciones familiares y las convenciones sociales que le recomendaban realizar carreras acordes a su condición —como Filosofía y Letras o Derecho—, decide estudiar Odontología, para lo que se matricula en la facultad de Medicina. Era la única mujer en un lugar de hombres. En las clases prácticas de anatomía, sus compañeros trataban de protegerla de la repulsión de los cadáveres abiertos. Sin embargo, ella demuestra que no está allí por azar y sus calificaciones estarán siempre entre las mejores del aula. Durante estos dos primeros años, Pilar Viñuela Tascón tendrá la oportunidad de asistir a las clases de profesores tan prestigiosos como Juan Negrín. Durante aquellos años, residirá además, junto a varias compañeras de León, en la calle Fortuny, sede de la Residencia de Señoritas que dirige María de Maetzu. Allí pasa cinco años, desde 1925 a 1930, año en el que logra el título de odontóloga a los 23 años. Será una de las primeras mujeres españolas en conseguir el título universitario de esta especialidad médica, puesto que no fue hasta 1914 cuando se publica la Real Orden por la que se crea la Escuela de Odontología en la Facultad de Medicina de Madrid y se dictan disposiciones sobre enseñanza, profesorado, exámenes y matrículas.