Las peonzas han jugado y juegan un importante papel que en el estudio del color. En 1675, Isaac Newton expuso una teoría sobre la naturaleza de la luz, según la cual la luz blanca se constituye por la unión de los siete colores fundamentales del espectro solar (arco iris).
Para probar que la luz blanca está formada por la combinación de siete colores se usa el llamado disco de Newton que es una figura circular pintada a franjas con los colores del arco iris. Al hacer girar lo suficientemente rápido dicha figura vemos como los siete colores dejan de distinguirse fundiendose en uno solo: el blanco.
El físico escocés James Clerk Maxwell (1831-1879) experimentó con la visión humana de la luz, describiendo la habilidad del ojo humano para distinguir colores mezclados. Montó varios discos cada uno de un color sobre un eje convirtiendolos en el cuerpo de una peonza. Estos discos, cortados por uno de sus radios podían solaparse entre ellos consiguiendose distintas proporciones de cada color. Al hacer girar la peonza los colores parecían mezclarse. La respuesta del ojo a estos cambios de proporciones resultó ser de gran ayuda para el estudio y entendimiento del daltonismo. Esta peonza cromática fue la base de su teoría de la percepción del color. Cabe reseñar la existencia de la escuela Bauhaus (1919-1933) que utilizó una peonza para el estudio óptico del color.