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En esta sociedad de la imagen en que vivimos, las fotografías tienen una importancia primordial a la hora de hacernos llegar la información. Sucede a veces incluso que lo que no cuenta con una imagen más o menos espectacular de apoyo acaba por no existir, por no ser noticia.
Y algo así empieza a ocurrir también con el otro gran género periodístico, el de opinión. Son textos de opinión las cartas al director, las columnas, los artículos... y son textos de opinión también las viñetas de humor gráfico con las que colaboradores habituales de las grandes cabeceras de prensa -o anónimos ciudadanos a través de las redes sociales- nos quieren llamar la atención acerca de hechos y sucesos y espolear nuestras conciencias. A menudo son más eficaces en este sentido que reflexiones argumentadas de dos o tres páginas.
Un texto de opinión se diferencia de un texto expositivo en que este último pretende informar, y aquel (el argumentativo), convencer. El texto expositivo es objetivo -imparcial-, mientras que el argumentativo es, por definición, subjetivo: ofrece la mirada de su autor o autora. Aquella idea de la que pretende convencer al interlocutor constituye la tesis. Puesto que en las próximas semanas nos aproximaremos a muchos otros textos de opinión quizá podamos empezar por los aparentemente más sencillos.
1. (Pequeño grupo. Escrita) ¿Cuál es la tesis -la opinión- que sostiene el autor de cada una de estas viñetas? ¿Estáis de acuerdo con ella? Tanto en caso afirmativo como negativo dad un argumento (una razón) que apoye vuestra opinión.
2. (Gran grupo. Oral) ¿Cuál de todas os ha gustado -o impactado- más? Conversad sobre ella y, por supuesto, si queréis incorporar alguna más no dudéis en hacerlo.
3. (Gran grupo. Oral) Y nosotros, ¿qué hacemos? ¿Con cuál de estas dos viñetas estamos? ¿Creéis que sus autores sostienen tesis contrarias... o no tanto?
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