Post date: 11-mar-2010 17:33:54
Relato escrito por uno de nuestros socios.
Los primeros rayos del día se cuelan entre las formas afiladas de la crestas de Bernia, desde el calor del saco voy observando como la sierra empieza a desperezarse bajo un cielo despejado de nubes y cargado de expectativas. Otro año más volvemos a juntarnos por tierras alicantinas un grupo de colegas en busca de paredes iluminadas por la luz del mediterráneo, una semana bañada de paredes y risas, de tapas de jamón y juegos verticales. Miramos el tiempo antes de venir, solo dos días de buen tiempo, ayer y la mitad del día que comienza hoy, a partir de esta tarde mucha agua y nieve a partir de 600 metros. Un pronostico horrible que nos parece de fábula con el invierno que llevamos, total ¡un día y medio de buen tiempo!.
Desayunamos como si no fuéramos a comer en una semana, desde la ventana del comedor se ven las olas del mar golpear contra la arena de la playa y me quedo hipnotizado con ese movimiento constante del ir y venir del agua. Repartimos cuidadosamente los friends y los mosquetones en la mochila, siempre al preparar una via dificililla se cuela algún “cacharrillo” de más, es como si ese miedo que precede a la escalada tirara de ellos hacia el fondo de la mochila. Los “habeas corpus” suenan desde el mp3 y nos dejamos llevar por sus letras aceleradas.
El Peñón de Ifach es un grito de piedra que nace del mar y se eleva orgulloso entre sus olas. Lo veas desde la perspectiva que lo veas impone respeto y sobretodo unas ganas locas de escalar en sus paredes.
Dejamos el coche en el puerto y cargamos con lo indispensable para escalar, ya que desde la cima se baja por el lado opuesto y esto hace que llevemos todos los artilugios colgados mientras caminamos por el paseo marítimo. Los turistas que están a esa hora paseando nos miran como si fuéramos extraterrestres y nosotros nos sentimos como las vacas de Majalrayo haciendo sonar los mosquetones al caminar como si fueran cencerros. Siempre que subo al Peñón esta parte del día es la que me parece más mágica, será porque es este el único lugar donde la aproximación a una pared es un paseo por la playa o será por el contraste entre la calma del mar y la verticalidad de sus muros de roca. Es una mezcla de sensaciones entre el azul y el amarillo, entre el movimiento del mar y la inmovilidad de la roca.
Subimos despacio y nuestros compas nos adelantan, las piernas me duelen por la escalada de ayer al Puig Campana y por su aproximación, pero total hay que aprovechar este medio día que nos queda de buen tiempo. La via que vamos a hacer se encuentra muy a la derecha de la pared y como por suerte todavía no han puesto carteles luminosos a pie de via nos pasamos un buen rato buscando donde empieza. Llevamos dos croquis y ninguno bueno, esto sumado a que en este lado de la pared nunca hemos escalado hace que vayamos como tontos de un lado a otro cada uno con un papel en la mano y mirando de la pared al papel y de la papel a la pared, parece como si estuviéramos en un museo ojeando lo que un manual dijera de los cuadros.
Parece que lo hemos encontrado por fin, el croquis pone que una travesía de V+ debe llevarnos a una parte mas difícil de 6b+, al final tenemos que montar la reunión sobre unos parabolts, el siguiente largo es una placa de 6c/c+, miramos a la pared y todo encaja.
Javi se coloca el material y empieza a escalar la travesía que lleva a una especie de diedro vertical, a su paso comienza a caer un montón de arenilla y piedrecillas que van directamente a mi cabeza, la via esta mas sucia de lo que pensábamos imaginamos que por el duro invierno que habrá resentido la roca. Coloca un friend y sigue subiendo por una especie de fisurilla rojiza, veo como coge una cinta y chapa una especie de clavo que se encuentra casi al final de la fisurilla. Según supera ese último chapaje me dice:
- Al loro que lo que he chapado es un clavo super oxidado con un cordino podrido.
- Dabuti- le contesto.
Se estira con su mano derecha y empieza a tantear la repisa que hay encima de su cabeza, parece que ha encontrado algo bueno porque sube rápidamente los pies, de repente oigo un grito y le veo cayendo hacia atrás. Recupero todo lo rápido que puedo un par de brazadas de cuerda y bloqueo el aparato esperando el impacto, por suerte el clavo aguanta y se queda colgado de el.
- Me he quedado con el canto en la mano, se ha roto todo el cuerno-, me dice todavía resoplando por el susto.
Vuelve al paso tras descansar y ahora lo pasa un poco mas a su derecha, unos pasos delicados y llega al diedro difícil, le veo probar por la izquierda, por la derecha, en chimenea y en bavaresa, tras 20 minutos de intentos se agarra a la chapa y supera el paso. Teníamos muchas ganas de hacer esta via en libre, hemos estado escalando todo lo que nos han dejado este invierno para encadenar esta via a vista, pero parece que el largo se le a atragantado al Javi. El resto de la via sigue la misma tónica, por más que se lo curra no consigue pasar en libre por el diedro, así tirando de chapas y colgándose de las cintas llega a la reunión.
Voy primo, grito desde el suelo y comienzo a escalar.
Cuando llego a la reunión no entiendo nada, me he colgado en todas las chapas y el largo no he sabido por donde cogerle. Joder con el 6b+ pienso mientras cojo un poco de aire. Cuando me recupero un poco miro al Javi y me quedo espantado, estamos en una reunión colgada y las chapas están podridas. No es que estén oxidadas como pasa habitualmente en el peñón por el efecto del salitre del mar sino que están totalmente descascarilladas, lo primero que pienso es que este tio esta loco por quedarse en esa reunión, lo segundo es como hostias la reforzamos.
Con una cinta larga consigo chapar el ultimo seguro e intentamos triangularlo (por decir algo) a la reunión.
-Tío vamonos corriendo de aquí ya, le digo.
Me quito de la reunión y empiezo a escalar. No se puede meter ningún seguro hasta la altura de un cuerno gigante que hay dos metros sobre mi cabeza así que intento llegar a él. En el croquis ponía que el principio era fácil en este largo y luego se complicaba, intento llegar al cuerno y no hay manera. Estoy en un pequeño desplome y si esto es lo fácil ni se me ocurre como será lo duro pienso mientras me echo un poco de magnesio en las manos. Vuelvo a intentarlo pero no doy con el paso, me da miedo caer por que todo el impacto se lo llevará la reunión y no creo que aguante, miro hacia abajo y me mareo.
-Me cago en dios, grito nervioso.
-Tranqui que te tengo muy pillado.
Me estiro, busco como un loco pero todo es muy malo, los pies se me escurren, vuelvo a colgarme de la mano derecha intentando buscar algún canto oculto pero no hay nada. Al final abandono, me cojo con mucho cuidado de una cinta vieja que cuelga y lo paso en artificial, ya no lo encadeno, me cago en todo pienso. Subo unos metros y me coloco debajo del cuerno, medirá como dos metros y en su base un cordino hace como de cinturón, lo chapo e intento superarlo, busco justo encima algo donde agarrarme pero solo hay arena. Al final me arrastro como puedo, el estilo ya lo he perdido hace tiempo, y consigo ponerme de pie encima del cuerno, aquí la pared hace como una especie de laberintos de roca y escalo fácil entre ellos. Estoy debajo de un gran desplome, si lo de abajo era lo fácil madre mía lo que me espera, pero según voy subiendo aparecen un montón de buenos agarres y en unos momentos llego a la reunión.
Un rato después Javi llega donde estoy, resoplando como he llegado yo hace un rato;
- Joder, me a costado un montón la primera parte-, me dice
- Ya primo, además según el croquis el siguiente largo tira a la izquierda y esto va a la derecha.
Miramos los croquis y la pared y no cuadra mucho, el problema además es que no hay mucha perspectiva desde donde estamos, por encima todo son desplomes y no vemos la continuidad de la pared. El croquis pone que nos toca un largo fácil de IV, así que decidimos continuar.
A los tres metros mi compañero desaparece tras un desplome y yo me quedo colgado de la reunión asegurándole, para ser un largo fácil va muy despacio pienso mientras la cuerda corre pausadamente entre mis manos. Tras un buen rato oigo que ha llegado a la reunión, mientras escalo hasta donde esta el comprendo el ritmo que ha llevado, no es para nada un largo fácil y los seguros son pocos y malos. Le veo sentado dentro de una cueva muy a la derecha, cuando llego comentamos el largo y lo mal que viene en los croquis, parece que estamos en la cueva pero debía estar a la izquierda y no hemos parado de ir a la derecha desde que empezamos esta mañana. Al final decidimos continuar ya que desde donde nos encontramos no podemos orientarnos y total debemos estar casi en la salida a la cumbre. Supero la cueva por la derecha ya que a parte de ser lo único evidente hay un parabolt resplandeciente tres metros mas arriba, unos pasos en fisura me llevan a un desplome y cundo logro sacar la cabeza me quedo de piedra. Encima mío hay una gran terraza y por encima el desplome brutal que ves cuando llegas al final del paseo marítimo, estamos en la otra punta de la pared.
La liada padre. Dejo un mosquetón y grito a mi compa que me baje hasta el. Sentados en la cueva valoramos la situación, nos hemos colado en algún momento y estamos muy a la derecha de donde deberíamos estar, seguramente un poco, mas arriba de donde la pared y el paseo marítimo se juntan. Solo hay dos soluciones o para arriba o para abajo, para arriba no sabemos que habrá pero muchos largos en artifo seguro, rapelar por la via es imposible ya que hemos subido todo en travesía ascendente hacia la derecha y al bajar las cuerdas caerán recto dejando muy a un lado las reuniones de nuestra via de ascenso. También nos da miedo lo que tenemos debajo, unas bóvedas enormes por las que pasas por debajo cuando subes a la parte alta de la pared y no sabemos si las cuerdas serán lo suficiente largas para poder bajarlas. Mientras discutimos que hacer unas nubes oscuras aparecen por detrás del Peñon y cielo se cubre en unos minutos de negro, es el cambio de tiempo que dijeron en el telediario ayer y justo esta vez tienen que acertar.
Decidimos bajar, aunque un nerviosismo loco se cuela en mi tripa al pensar en quedarnos colgados en una parte de la pared que no conocemos, ¿habrá alguna reunión allá abajo?, ¿nos llegaran las cuerdas en las bóvedas de abajo?, ¿Cómo se nos queden las cuerdas pilladas vamos a flipar?, pienso mientras la cuerda corre por mi decensor. Llevare 50 metros bajados y empiezo a buscar una reunión como agua de mayo, un poco mas a la derecha veo una reu y empiezo a balancearme hacia ella. Tras tres intentos consigo agarrarme, paso mi línea de vida y ato la cuerda al otro mosquetón. Las chapas están oxidadas pero no tan mal como la de la primera reunión , suelto la cuerda de mi decensor y grito a mi compa que baje.
Nos encontramos colgados en mitad de una enorme pared amarilla y desplomada, la serenidad lucha contra los nervios para que hagamos las cosas todo lo bien que podamos. Empezamos a tirar de una punta de la cuerda para recuperarla y montar el siguiente rapel, pensamos en la de veces que se nos ha quedado la cuerda enganchada al bajar rapelando y nos reímos nerviosos al decir que no es un buen momento para que nos vuelva a pasar. El ultimo tirón y la cuerda cae recta desde 50 metros mas arriba y se pierde bajo nuestros pies, una cosa que nos sale bien hoy pensamos. Miramos para abajo pero no se ve si llega al suelo, el bovedón que está a nuestros pies hace que la cuerda se pierda dentro de él y desde donde estamos no vemos el final. No podemos hacer otra cosa que tirar para abajo y jugárnosla.
Empiezo a rapelar muy despacio, buscando un poco mas abajo alguna reunión mejor para rapelar pero no hay nada, llego al borde de la bóveda y me asomo, la cuerda cae recta hacia abajo pero no distingo si llega o no. Mientras la muevo para ver si veo la punta dos escaladores bajan por el pie de la pared, les grito con todas mis fuerzas pero no me oyen.
No queda otra opción y empiezo a bajar, cuelgo del vació, mis ojos están clavados en lo que parece que es el final de la cuerda pero no lo distingo, cuando llevo unos 12 metros empiezo a dar vueltas como una peonza. Levanto mis ojos del suelo para mirar a la pared y no marearme y la veo lejísimos de mí, estoy en mitad del bovedón y una sensación de ingravidez me invade el cuerpo, es como si fuera una broma donde me encuentro colgado. Sigo descendiendo y tras otros 15 metros logro ver como la punta de la cuerda toca una chumbera.
Cierro los ojos y respiro todo lo que me cabe en los pulmones. La cuerda llega al suelo.
Todo cambia de percepción al abandonar mi cuerpo el estado de tensión en el que me encontraba, ahora según bajo por la cuerda mi mirada se pierde en el horizonte del mar, oigo las gaviotas y siento la brisa en mi cara. Estaba tan concentrado en ver si llegaba la cuerda al suelo que al relajarme ahora, es como si una puerta se hubiera abierto dejando pasar a la casa el espacio de la calle. Bajo disfrutando de los últimos metros del rapel. Sonrió al poner los pies en el suelo y me quedo uno segundos sin moverme como queriendo no molestar para no espantar al momento que estaba sintiendo.
Cuando Javi llega al suelo nos reímos embriagados por la adrenalina que todavía corre por el cuerpo, miramos a la otra punta de la pared y vemos a nuestros compas como están en el ultimo largo de su via, los cuatro hoy haremos cumbre, ellos haya arriba y nosotros aquí abajo.
Mas tarde buscando en Internet y en fotos vimos que nos debimos meter en una antigua via de artificial de A2 o por ahí, el pie de via que queríamos hacer estaba 200 metros mas arriba y el nombre de la via pintado en la pared, como diría una que anda por ahí ¡la liamos parda!
Por una vida repleta de sensaciones y sin un solo día de aburrimiento
Fendetestas