Murallas

Almenara parece ser que estuvo amurallada desde época musulmana, y fue refortificada en la segunda mitad el siglo XVI, entre 1543 y 1553, por el arquitecto director de las obras de amurallamiento de Almenara, mosén Miguel de Santander, estando al frente de las obras el picapedrero alavés Pedro Montoya. Hasta 1798 la población estuvo dentro del doble recinto amurallado.

Las murallas cristianas formaban dos rectángulos concéntricos, separados por un corredor conocido como el corredor de la Muralla de 3.25 m, la muralla interior (de principios del s.XVI) tenía un espesor de 0.45 m, y la exterior (comenzada a construirse en 1543) de 1.20 m.

Estaba defendido por seis torres: cuatro en los ángulos y las otras dos en el centro de los lados norte (casa de Domingo Forner Faet) y sur (en la parte de detrás del palacio del Conde Almenara o de Aversa), estando habilitadas tres puertas, una llamada de Valencia, otra de Barcelona y la última de la Vall.

Hacia 1820 la villa ya tenía consolidados los extramuros; el arrabal de la Vall y el arrabal de Valencia inductores del crecimiento posterior. La muralla fue paulatinamente derribada siguiendo el crecimiento urbano.

Sólo quedan dos de las seis torres primitivas (parte del torreón central del muro norte, en la calle Molino; y el torreón noreste dentro de una parcela privada). También se conservan tramos de lienzos de muro exterior en la calle Cisterna, en interiores de casas, y en la calle Molino.

El conjunto ha sido rehabilitado y declarado Bien de Interés Cultural en 1999. Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.