Los tres errores del crisolín moderno
Hace unas semanas, SSMM los Reyes Magos de Oriente me han traído de regalo el crisolín de este año. Les agradezco mucho el presente, y ya van siendo unos cuantos años. ¡Que sean muchos más y que sigan gozando de tan buena salud! Les quiero pedir un favor, y es el siguiente: si leen estas líneas por favor ¿serían tan amables de ponerse en contacto con la editorial Aguilar y hacerles llegar unas humildes observaciones? Confiando en sus artes y poderes extraordinarios, quizás sea posible que los responsables de la edición para el año próximo y sucesivos dejen de poner en las librerías estos crisolines indignos de este nombre.
Los errores son los siguientes:
1. Grosor del libro. El crisolín de este año cuenta con 354 páginas. Es más grueso que cualquiera de los editados hasta los años 2000. Como ilustración, el número 0 tenía 458 páginas y 1 cm de lomo. Todos los crisolines eran de aproximadamente el mismo grosor, con lo que estéticamente en la biblioteca la colección quedaba uniforme. El esperpento fue la edición del Capitán Alatriste o de Historia de una Maestra, que parecen los primos tratados con anabolizantes.
2. Color. ¿Dónde se ha visto un crisol o un crisolín de este color? En la colección crisol, los colores determinan el tipo de obra de que se trata, pero siempre será encarnado (tirando a rojo en las ediciones más modernas), verde, azul o corinto (teóricamente un violeta oscuro que con el tiempo deriva en marrón). En la fotografía inferior pueden ver la relación entre los colores y el género del crisol.
En la colección crisolín este criterio no se sigue, pero sí se respeta que el color sea uno de los citados anteriormente, predominando alguno de ellos según las décadas (marrón en los 90, rojo en los 70, etc.) Hay números de crisolín que se han editado en distinto color, lo que para los coleccionistas compulsivos no deja de ser un aliciente. Por ejemplo del número doble conmemorativo de la 50ª edición de la editorial, conocemos uno rojo y otro marrón, además de la edición de lujo en piel morada.
3. Motivo y nota editorial. Cada crisolín tenía una razón de ser. Es decir, la elección del título no era arbitraria, y estaba basada en algún aniversario relevante del autor, la obra, etc. Y en cualquier caso el libro se abría con la nota editorial que además de saludar al lector (¡y bien podían hacerlo ahora que el librito cuesta casi 4.000 pesetas!) daba razón sobre la elección del libro en cuestión. En el de este año llevamos varias semanas intentando averiguar por qué Onetti o por qué "Cuándo ya no importe" ya que ni las fechas de nacimiento o fallecimiento del gran autor o de su obra coinciden con el cuarto, medio o siglo entero.