Tanto Mauricio Kagel como Heiner Goebbels, Gyorgy Ligeti, Alexander Schubert, entre muchos otros, han transitado el camino de la experimentación a la hora de combinar diferentes disciplinas artísticas, las cuales tienen en común tanto lo performático, como el uso de la voz y la tecnología.
En mi obra, la voz, el cuerpo y el espacio son pilares que se fundamentan en un concepto unificador, el de las formas rituales. Más específicamente sobre cómo se construye algún sentido a través de la coexistencia de una serie de significantes tanto de origen lingüístico como gestual, pero poniendo foco en su forma, materialidad y gestualidad, tanto sonoras/espacio-temporales, como visuales, buscando establecer una relación dialéctica entre las mismas..
Sergei Eisenstein postula en su ensayo El principio Cinematográfico y el ideograma: “El hecho es que la copulación (tal vez sería mejor decir la combinación) de dos jeroglíficos de la serie más simple habrá de ser considerada no como su suma, sino como su producto, es decir, como un valor de otra dimensión. De la combinación de dos elementos "representables" se logra la representación de algo gráficamente irrepresentable” . (1)
El significante es pues, un elemento fundamental en la obra. Significantes de tipo gestual, visual y sonoro. Se busca despojarlos de su significado habitual, por medio de ciertos procedimientos como el reordenamiento de los fonemas, la deformación del gesto, la expansión o contracción del sonido, la redimensión del espacio, tanto sonoro como visual, y una variedad de procesos electroacústicos. Dichos significantes se pueden encontrar en algunos rituales establecidos, como por ejemplo la liturgia cristiana o musulmana.
El filósofo Koreano Byung-Chul Han señala: “Cómo puertas que conducen al vacío tampoco los signos rituales se les puede atribuir un sentido unívoco por eso parecen misteriosos. Un formalismo y un esteticismo intensos, qué se pueden generalizar declarándolos el rasgo esencial de los rituales, dominan las prácticas rituales en Japón” (2). Los rituales se caracterizan por un exceso de significante. Han también señala que “Los poemas se caracterizan por el sobre excedente e incluso por el lujo del significante, disfrutamos sobre todo con su perfección formal. Lo misterioso no es el significado, sino el significante sin significado”. 1 Así mismo J. Baudrillard propone: “Los poemas son ceremonias mágicas del lenguaje. Lo poético es la insurrección del lenguaje contra sus propias leyes”. (3)
En diferentes culturas encontramos rituales en los que se observa una alta riqueza performática. Roland Barthes se refiere al ritual japonés de la entrega de regalos:“es precisamente una especialidad del paquete japonés la desproporción entre la utilidad de la cosa y el lujo del envoltorio” . Diciéndolo semióticamente el significante (el envoltorio) es más importante que lo que él designa, el significado, el contenido. “ Lo que Los japoneses transportan, con una energía de hormiga, son, en suma, signos vacíos” (4) . Vacíos de contenidos también son los gestos y textos utilizados. “Los conjuros mágicos tampoco transportan ningún significado, son en cierto modo signos vacíos” (5) Mi intención no es la de representar un ritual específico sino más bien la de realizar uno. El ritual no persigue conseguir nada, es un hacer por hacer. Un ritual que no responde a un orden superior más que el que los materiales proponen. No ofrece ni una cronología musical, ni una narración lineal para el caso. Se basa en la superficie estética de los rituales y su poder para conectarnos con una posible fuente de conocimiento prelingüística. Entre estos "elementos separados" , como dijo Brecht, se producen distancias, espacios para la imaginación del espectador.